UN MODERNO MAESTRO
DEL HORROR
H.P. Lovecraft
© VOL MOLESWORTH [*]
<Esta carta acompañaba el texto>
Carta de Leon Stone a August Derleth
Gordon, Australia
1° de noviembre de 1950Estimado August Derleth:
Acompaño la copia de un artículo sobre HPL por Vol Molesworth (uno de los líderes del grupo de Fantasía Australiana) que apareció en la revista de la Sociedad de Arte de la Universidad de Sidney. Tomé conocimiento de su publicación tan sólo muy recientemente. Molesworth me informa que la revista tuvo una circulación limitada a algo de 200 ejemplares. Es ahora muy tarde para obtener una copia de la revista, así que hice lo mejor y lo mecanografié de la copia que Molesworth me prestó. Como su nombre es mencionado pensé que a lo mejor le gustaría aunque más no fuera una copia a máquina.
Sinceramente,
Leon Stone
>~<<El texto mecanografiado>
UN MODERNO MAESTRO DEL HORROR
por Vol Molesworth
ARNA, 1949
Journal of Sydney University Arts Society"La emoción más antigua e intensa de la humanidad es el miedo", escribió Howard Phillips Lovecraft en 1926, "y el más antiguo e intenso de los miedos es el miedo a lo desconocido. Pocos psicólogos pondrán en duda esta verdad; y su reconocida exactitud garantiza en todas las épocas la autenticidad y dignifidad del relato de horror preternatural como género literario. Contra él se disparan todos los dardos de una sofistería materialista que se aferra a emociones frecuentemente experimentadas y a sucesos externos, y los de un idealismo ingenuamente insípido que desdeña el móvil estético y reclama una literatura didáctica que 'eleve' al lector hacia un grado conveniente de optimismo. Pero pese a esta oposición, el relato preternatural ha sobrevivido, se ha desarrollado y ha alcanzado cotas notables de perfección, dado que se funda en un principio profundo y elemental cuyo atractivo, si no siempre universal, debe ser necesariamente intenso y permanente para las mentes dotadas de la necesaria sensibilidad".
Fue sobre esta premisa que Lovecraft basó su prosa y poesía subsiguiente en el campo de lo sobrenatural y lo macabro; escritos que contribuyeron con algo nuevo y diferente a la tradición gótica y que le han asegurado un lugar en la literatura americana moderna. O, como el poeta Winfield Townley Scott, editor literario del Providence Journal, manifestó en 1943:
"Las viejas calles de Providence, por generaciones, se distinguieron por la acechante memoria de la oscura e intensa, y no siempre afirmada, figura de Edgar Allan Poe, y pienso que ahora podemos, al fin, ver que un más ascético, delgado y alto caballero se le ha unido, camina con él y es más específicamente uno de los nuestros".
H.P. Lovecraft nació el 20 de agosto de 1890, y murió el 15 de marzo de 1937. Vivió la mayor parte de su vida en Providence, Rhode Island, haciendo ocasionales visitas a Florida, Charleston, Boston y otros puntos dentro de los Estados Unidos de Norteamérica, y una o dos veces fue a Canadá. Sus padres fueron, ambos, casos mentales; su padre fue sometido a custodia cuando Howard tenía tres años de edad, y cinco años más tarde llegó al climax de un período de creciente anormalidad, muriendo en un estado avanzado de paresía. Su madre era una psiconeurótica determinada a proteger a su hijo de los rigores y peligros de la vida. Sufrió lapsos de fatiga mental y física; lloraba mucho durante sus ataques emocionales. En una palabra, era una mujer "hecha pedazos".
Demasiado celosamente "protegido" por su madre, y de salud delicada él mismo, el joven Lovecraft, por lo tanto, fue apartado de otros niños y librado a su propia suerte. Era grandemente autodidacta, sentando las bases en su infancia del asombroso abanico de su conocimiento en la madurez.
"Cuando niño era muy peculiar y sensible", registró Lovecraft mismo, "prefiriendo siempre la compañía de personas mayores que la de otros niños. No podía apartarme del material impreso. Había aprendido el alfabeto a los dos años y a los cuatro leía con facilidad, aunque cometiendo los más absurdos errores en la pronunciación de las largas palabras que amaba tanto".
A la edad de ocho, adquirió un fuerte interés por las ciencias, y leyó voluminosamente sobre química, geografía y astronomía. En su temprana adolescencia, ya estaba contribuyendo un artículo mensual al periódico local acerca de fenómenos astronómicos corrientes.
Obviamente, Lovecraft fue un prodigio. Estaba fascinado por el "glamour del siglo dieciocho", tal como se desplegaba en las viejas calles y casas georgianas de Providence. Un efecto de su temprana enfermedad fue el de hacerle sentir "sutilmente fuera de lugar en el mundo moderno", y toda su vida vivió como un recluso de la modernidad; le gustaba fechar los manuscritos doscientos años atrás. En su escritura manuscrita gustaba de usar la "s" larga. En su estilo de escritura, e incluso en su habla, tenía los modos formales del siglo XVIII. Su concepto del caballero, la familia y la clase, era parte de la misma ideología, que le condujo a la adoración de lo británico, a un más o menos sincero rechazo por la Revolución Americana y a un disgusto por las nuevas razas en los Estados Unidos de Norteamérica.
Buscaba mantener el mundo a distancia. Tal como observa Winfield Townley Scott:
"sus historias son asexuadas, y uno - incluso impertinentemente - sospecha que el hombre casi lo era; todo parido en la impotencia".
Este diagnóstico puede ser confirmado por su corto matrimonio. En 1924 se casó con la Sra. Sonia Greene de Brooklyn, una mujer diez años mayor que él, que tenía una hija ya crecida. Se separaron en menos de dos años y luego se divorciaron formalmente en una fecha posterior.
Lovecraft vivió una vida fantástica. Era un apasionado por los gatos, pero odiaba la comida marina y cualquier cosa que perteneciera al mar. No le gustaba la leche, pero apetecía el helado. Comenzaba el día yéndose a la cama, se levantaba al atardecer y desayunaba grandes cantidades de café engrosado con azúcar. Trabajaba sólo de noche, y si se veía forzado a hacerlo de día, bajaba completamente las persianas y encendía velas. Diciendo que en realidad consideraba que la prosa no podía ser escrita en una máquina de escribir, componía en forma manuscrita, generalmente con una lapicera fuente, en una letra diminuta y con abundantes interlineados. Por papel usaba los dorsos de sobres, libros mayores familiares, o blocs estudiantiles recién comprados. Mantenía una monumental correspondencia con gente de todo el mundo, algunas de sus cartas llegaron a tener 40 páginas de extensión. Vivió frecuentemente al límite del hambre, de lo que ganaba por escribir, y era dado a solitarios paseos nocturnos por la ciudad. Era, como dijo Scott, "su propia creación fantástica".
Ya es suficiente sobre el hombre. Es su trabajo lo que vive, y en Norteamérica hoy hay signos de que Lovecraft está recibiendo póstumamente el lugar que merece en la historia de la literatura. Durante su vida, sus cuentos y poemas fueron publicados en revistas "pulp" americanas, en particular en "Weird Tales", que por más de una década estuvo prohibida en Australia por "pausible de provocar depravación". (Que sus contribuyentes incluyeran al disertante de la Universidad de Wisconsin y "Guggenheim Fellow", August Derleth; al psiquiatra, Dr. David H. Keller; el ganador del "Short Story Award", Ray Bradbury; y otros, por supuesto es irrelevante.) Desde la muerte de Lovecraft su trabajo ha sido recolectado en forma de libro. La primera colección "El Extraño" [The Outsider] fue publicado en 1939 a u$s 3,50 la copia, y ahora es buscada por los coleccionistas que pagan hasta u$s 50 por una. La segunda colección, "Más allá del muro del sueño" [Beyond the Wall of Sleep] actualmente se ofrece en u$s 25 por copia.
Los cuentos de Lovecraft generalmente caen en dos clasificaciones mayores, y una combinación; esto es, los relatos son, o fantásticos, más o menos en el estilo de Dunsany, o son cuentos extraños y terribles del espacio exterior, siguiendo una estructura que, a pesar de ser un compuesto de Poe, Chambers y Bierce, manifiesta la influencia de Arthur Machen y Algernon Blackwood, y aún así se las arreglan para permanecer individualmente lovecraftianos, a tal punto que ha influenciado a muchos otros escritores del género.
Kenneth Sterling (M[edical] D[octor]) registra que mientras visitaba un antiguo cementerio, se le preguntó a Lovecraft cual sería su reacción si fuera testigo de un cadáver levantándose de la tumba. Lovecraft negó que fuera a experimentar ninguna emoción de horror, sino que al punto buscaría una explicación natural. Podría pensar que sus sentidos le están engañando o que fuera una especie de alucinación. Si esto fuera imposible, buscaría algún oscuro o extraño fenómeno científico para explicarlo, pero que no daría crédito a que fuera un acontecimiento sobrenatural.
Esto puede resultar sorprendente para el más casual lector de la ficción de horror de Lovecraft, que tiende a calificar su trabajo con los relatos de horror más corrientes. Un estudio atento de la obra de Lovecraft revela que sus escritos están desprovistos de los convencionales "fantasmas", "vampiros" u otro tipo de entidades terroríficas, sino que trata de seres macabros que podrían concebiblemente existir sin contradecir definitivamente las leyes científicas.
Lovecraft mismo escribió:
"Todos mis cuentos, desconectados como puedan parecer, están basados en la leyenda o ley fundamental de que este mundo estuvo habitado en otro tiempo por otra raza, y que, por practicar la magia negra, perdieron su fuerte y fueron expulsados, aunque viven en el exterior, siempre listos para tomar posesión de la Tierra de nuevo. De esta forma comenzaron los que han llegado a llamarse los Mitos de Cthulhu".
Esta mitología es elaborada a lo largo de trece relatos. (Está siendo continuada, doce años después de la muerte de Lovecraft, por otros escritores contemporáneos.) El concepto es básicamente el mismo de los mitos cristianos, particularmente con respecto de la expulsión de Satanás del Edén y el poder del Mal. Tal como Lovecraft concibió a las deidades o fuerzas de sus mitos, existieron los Dioses Mayores [the elder Gods], ninguno de los cuales, excepto por Nodens, Señor del Gran Abismo, es mencionado por nombre; estos Dioses Mayores eran deidades benignas que representaban a las fuerzas del Bien y vivían pacíficamente en o cerca de Betelgeuse, en la constelación de Orión; muy raramente aparecían para intervenir en la infatigable contienda entre los poderes del Mal y las razas de la Tierra. Las creaturas malas, conocidas variadamente como los Grandes Viejos [the Great Old Ones] o los Antiguos [the Ancient Ones], son nombradas a medida que hacen atemorizantes apariciones en ciertos cuentos. Entre ellos están Azathoth, Yog-Sothoth, Nyarlathotep, Hastur el Innombrable, Shub-Niggurath, y, particularmente, Cthulhu, una creatura octopoide que vive en la ciudad sumergida de R'lyeh.
Para seguir implementando los mitos, Lovecraft escribió acerca de un libro terrible y prohibido, "El Necronomicón", supuestamente redactado circa 730 d.C. en Damasco por Abdul Alhazred:
"un poeta loco de Sana, en Yemen, que se dice floreció durante el período de los califas Ommiade".
Lovecraft hizo un tan convincente uso de este libro que muchos lectores llegaron a creer que realmente existía y se volcaron a las librerías para conseguirlo. Un librero norteamericano llegó a anunciar "El Necronomicón" a u$s 375, y en ciertos círculos literarios la falsificación llegó a tomarse muy seriamente.
Los mitos de Cthulhu estaban estructurados en torno al "dístico inexplicable" de Alhazred:
"Porque no está muerto lo que yace eternamente, y con extraños eones aún la muerte puede morir".
Como apuntara August Derleth, Lovecraft ponunció también ideas sobre la escritura. Su estilo en prosa en su obra mayor sugiere que era un amante del siglo XVIII. Es grave y afirmativa; es deliberada, más que estudiada, y está allí a lo largo de su obra en prosa tardía con un aire de compulsión relajada - no importa cuán paradójica pueda sonar - que afecta al lector con el deseo de seguir adelante y que nace de la cuidadosa placidez tan típica de Lovecraft en su mejor momento. Lovecraft escribió, en 1932:
"Para hacer que una maravilla de ficción porte el aspecto momentáneo del miedo existente, debemos darle la aproximación más elaborada posible - construyéndola insidiosamente y gradualmente como surgiendo de material en apariencia real, manejado realísticamente. Toda la energía debe ser torcida a la elaboración de una estructura mental que hará que el natural punto de partida del cuento parezca creíble - y, en el momento de tejerla de este modo, la mayor sutileza y verosimilitud son necesarias. En todo detalle, excepto en la cosa maravillosa, el cuento debe ser tan real como la naturaleza misma. La nota debe ser la de la exposición científica - ya que ésta es la forma normal de presentar un "hecho" nuevo al conocimiento existente - y no debe cambiar a medida que el cuento vira gradualmente de lo posible a lo imposible".
En tanto podemos estar de acuerdo con Scott que el más casual crítico de literatura y el más amateur de los psiquiatras pueden hacer salientes conjeturas sobre el origen del carácter de Lovecraft, sería muy erróneo desecharlo a causa de ello. Fue un hábil escritor de ficción sobrenatural, un maestro de lo macabro que no tuvo par en la América de su tiempo.
En una era científica fue un anacronismo que, para citar su propio poema "La ventana" (1931):
"... pispeé y encontré, desplegados, todos los salvajes mundos de los que mis sueños me habían hablado".
[*] Traducido por Dogon (2003). Material didáctico y de estudio para l@s Logi@s y visitantes de la Nueva Logia del Tentáculo.
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