ocasión,
y que nunca sabremos si se podrán a volver a contemplar más
que en la eternidad, donde todo es posible y donde no existe la
temporalidad.
II
Amores
que hieren y curan, que tensan y relajan, que cultivan y barbechan
las profundas entrañas del humano sentir, muchas veces con
la ingenuidad infantil que envuelve a los seres nítidos y
transparentes sin resquicio de oscuridad alguna.
Excelente
descripción del sentimiento humano, de la dicha y desdicha
del ser que, razonando, no acaba de entender la realidad que le
rodea, pues se encuentra inmerso en las más puras mieles
de la emoción más honda e indescriptible que se puede
experimentar: el Amor.
|