El
corazón que permanece en el ya derrotado paraíso no
comprende ese vuelo alto y distante, no atiende a razonamientos
que, por irracionales son considerados en el inconsciente profundo
de su abismo ventricular. Solamente la recreación en la cronológica
temporalidad de los radiantes momentos, convertirá al corazón
abandonado en dichoso y bienaventurado.
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no habrá más que salinos torrentes de lágrimas
negras de desdicha y desconsuelo. Ya no habrá más
que oscuridades intangibles y sordas que no sentirán el palpitar
del ya volátil corazón perdido en dimensiones eternas
e inaccesibles. El sentimiento de pérdida y de duelo será
el tornasol del existir de ese corazón que permanece arrítmico
en el edén tornado averno, sin más compañía
que los tules rasgados y ensangrentados de otros muchos corazones
vacíos de palpitantes entrañas.
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