Rosa
de la Noche
Fúnebre
cabellera, de un negro azabache
Caen sobre tus hombros cincelados
En el marfil mas blanco
Esos rizos adorables.
Quien
pudiera, un instante,
Poseer una mirada de esos ojos deslumbrantes
Que en su grandeza abarcan la mitad de los cielos
Iluminando el bosque con el fuego de dos luceros
Baila
y danza, belleza mía, encantada,
En la oscuridad del bosque y de la noche,
Que te acogen en su manto de terciopelo.
Mi
corazón marca el ritmo invisible
De tus pasos descalzos
Y el rojo radiante de tu vestido
Lo enciende con el fulgor de mil antorchas.
Quien pudiera ahora besar la copa
Para mí tan sagrada, de tus labios adorables
Pétalos de rosa, aliento ahora congelado.
El
viento se llevó tu espectro
A la morada de la eternidad
Y a medida que el día, con su pecaminosa blancura
Asesina a la noche amante
Sólo anhelo yo verte en sueños
Una vez más.
Doncella
de las rosas y de la luna
Bailando estarás en la oscuridad
Por siempre.
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