QUIJOTE
© Henry Armitage | Abdul Al-Hazred | Harley Warren
Quijote
© Tyndalos
Nadie me lo ha dicho, pero soy un pequeño fragmento de materia orgánica, que empieza a tener conciencia de sí mismo. No sé de dónde emanan estas palabras. Brotan y parecen rebotar sobre una enorme concha oscura, hueca y rellena de un vacío hermético. Poco a poco voy cobrando ciertas dimensiones, puesto que empiezan a aparecer puntos de comparación, referencias espaciales, objetos que empiezan a ser familiares: Un libro da tamaño a mi mano, antes perdida entre columnas ciclópeas y vértigos cósmicos. Los dedos recorren unas líneas escritas. El texto da tamaño a mis ojos, antes perdidos entre los millones de ojos de las estrellas y los vómitos flamígeros de soles hundidos en el espacio más profundo. Siento frío. El frío da tamaño a mis labios amoratados, al castañeteo de los dientes, a la piel de gallina. Labios, dientes y piel forman un cuerpo, un cuerpo relativo, que había sido una molécula de polvo en la negrura de lo infinito. Ahora me he despertado del sueño en el que yo no era más que un amasijo de células que pasaba las noches leyendo de claro en claro, y los días de turbio en turbio. Ahora el mundo queda así reducido a un solo libro: El Libro... que da tamaño a mi existencia, la que quiero empezar a proclamar a los cuatro vientos. Empiezo a cabalgar y dejo en mis huellas objetos que yo no he inventado: búcaro, loriga, bacía, aceña. Pero las gentes ignoran mi existencia, porque soy Idea.
La mancha burbujeante en medio del vacío supura sus tentáculos ocupando parte del cosmos invisible y blasfemo, un cosmos pequeño como la misma mancha; idiota y primigenio. Sus incontables brazos azules danzando en la nada, tomando inalcanzables formas ajenas a la comprensión de miles de millones de razas venideras, ya que la mancha existe solo como una; un precedente incomprensible.
La mancha danza junto al vacío sideral que estira su cuerpo azulado creando ilusiones de sustancia y materia tan ajenas a la mancha como al mismo vacío; siempre danzando, siempre juntos y nunca tocándose, no pueden y no lo harán pues su sustancia rechaza el vacío y aún así se atraen.
Pero el antes o después no se aplican al medio azulado, el tiempo aún no ha nacido en el interior de la danza. En sus ondas atemporales se perfilan las figuras de la vida que vendrá; vida, la mancha esta tan viva como la nada, y aún así palpita de una inteligencia pretérita, básica y extensiva a toda su existencia, que es la vida misma del universo.
Sólo los fendientes de la incomprensión han recurrido a la aljaba para herirte de muerte, pero tu figura incólume se ha desembarazado de la fementida de los aljamiados y ahora son palafrenes en el soto de la murria, del descrédito y de la ceguera; así que de por vida beben en la gamella áurea del cuenco de tu mano. Tanta zaragata impertinente, tanta predicción errónea, que la artrosis cervical de sus torpes mientes no les deja ver el olimpo donde las musas, a cientos e incluso a miles, te acunan la eternidad. Les vinieron en talante levantar una tolvanera de añagazas con el fin de confinarte en el alfoz recóndito de extramuros, pero tú, aforrado de los hados eternos, deleitas el ricote celeste, mientras ellos, (algunos, no todos) muerden la tarabilla del descrédito.
Cuando el albayalde es un piélago por tus miembros, en tu impronta esmaltina se ha perdido el arrebol de tus mejillas y sólo la mirada de tus ojos minuciosos lucen el lampo de la consagración perseguida y alcanzada, tu loriga aplazada, no vencida, rinde alcabala a tus pies, al hombre que la calzó, como alcatifa de honores, sólo al alcance de los elegidos.
Pastor Quijótiz que devanas églogas en compañía del pastor Pancino; tú, desentendido de peteretes y gollerías, que iluminas los caminos de la imaginación, eres la luminaria que trocas las tristezas, el faro que alumbra la abisal finitud de lo verosímil.
Notas
Hee Hoo: Las impresiones, que me van dando hasta el momento, son que me evoca un monólogo fetal, el cigoto que de pronto se transforma en embrión, que de pronto a ese embrión - que, por el momento, no era más que materia orgánica - se le atribuye de pronto su Alma y ahí toma consciencia que es un ser vivo, con derecho a la vida, a la existencia y al reconocimiento por parte de los suyos.
Henry Armitage: Su visión del breve relato es sencillamente fascinante. Efectivamente se trata de la génesis de Don Quijote como personaje, por lo tanto su visión biológica da de lleno en el clavo. Al mismo tiempo intento deslindar al personaje en su interpretación más generalizada. Es decir, que representa el Idealismo, por ese motivo la frase final-conclusión es: Pero las gentes ignoran mi existencia, porque soy Idea.
Mi intención ha sido lovecraftizar este fragmento quijotesco, en el sentido de provocar una cierta inquietud cercana al llamado terror cósmico:
No sé de dónde emanan estas palabras. Brotan y parecen rebotar sobre una enorme concha oscura, hueca y rellena de un vacío hermético.
El vacío hermético , al igual que columnas ciclópeas y vértigos cósmicos son muestras de ese nihilismo tan propio de Lovecraft y que a la postre le sirvió para crear un nuevo tipo de literatura terrorífica.
Tal y como Vd. apunta, se trata de un nacimiento, pero más que en el plano biológico, se refiere a un plano filosófico: El ser que nace es insignificante, es casi nada, relacionado con la medida cósmica de las cosas... son los aspectos cotidianos y los aspectos abarcables los que dan sentido, dan el tamaño junto al personaje: El libro (su tamaño) da sentido a la mano que pasa las hojas, el texto hace posible que podamos hablar de ojos que puedan leerlo, por lo tanto le dan también sentido... y así sucesivamente, el frío (el frío físicamente abarcable, no el frío cósmico que parece ser cosa de dioses o de entidades que desborda la comprensión humana) da sentido a los labios a la piel de ese ser que nace.
El Libro al que me refiero es a El Quijote, por supuesto, pero he querido mantener la ambigüedad para que los "muy sensibles al ámbito lovecraftiano" pensaran en el Antilibro de Lovecraft, El Necronomicón
pasaba las noches leyendo de claro en claro, y los días de turbio en turbio es una cita de El Quijote y las palabras búcaro, loriga, bacía y aceña son parte de un glosario cervantino, palabras muy evocadoras para un lector impenitente de El Quijote: búcaro es una vasija, unas jarra para el agua hecha con esta arcilla (en Andalucía es el botijo, pero no es el caso), loriga es parte de la armadura de un caballero, bacía es la que usaban los barberos en los Siglos de Oro y que Don Quijote tomó como parte de su armadura poniéndosela en la cabeza... un comportamiento grotesco y casi esperpéntico, como si se hubiese colocado un orinal, y aceña es un molino harinero situado dentro del cauce de un río, cuyo movimiento provoca la caída de agua en un desnivel. Estas palabras pretendían caracterizar el léxico cervantino.
Hee Hoo: Ahora que usted explica el significado de su texto, éste cobra mucho más valor ante mis ojos, ya que por fin puedo apreciar en toda su extensión la pertinencia del texto para con la magnifica obra gráfica que la acompaña, de este modo una de las miles de interpretaciones que podría darse al inigualable dibujo de Tyndalos es que se trata de una visualización (con ellos quiero decir una expresión gráfica de un concepto abstracto) de los primeros bosquejos de la novela del Quijote, que fueron tomando cuerpo en la imaginación del Cervantes y es que si miramos bien el dibujo, a simple vista, la base, esa parte del dibujo parece representar una especie de "mar" de materia inconcreta y heterogénea, de la cual una ínfima parte comienza a diferenciarse de la masa y a tomar una forma determinada... la idea del Quijote comienza a distinguirse en medio del mar de ideas de Don Miguel ...
Henry Armitage Ha hibridado Vd. perfectamente el dibujo de Tyndalos y, tal y como Vd. menciona, la hibridación se produce con una amalgama muy fructífera de elementos a los que yo añadiría el más puro estilo de nuestro Lovecraft.
La mancha burbujeante en medio del vacío supura sus tentáculos ocupando parte del cosmos invisible y blasfemo, un cosmos pequeño como la misma mancha; idiota y primigenio.
El horror cósmico se combina con el horror al mar con su iconografía más puramente lovecraftiana: los tentáculos que nos atrapan y nos absorben con sus ventosas haciéndonos el vacío con su húmedo abrazo. Mientras el cosmos no aparece como una muestra de equilibrio universal, sino como una broma hecha por dioses idiotas que no sabían lo que tenían entre manos, una construcción blasfema que se opone a toda sabiduría divina.
Conscientemente (o no) Vd. ha jugado con la ambigüedad al emplear la palabra mancha tan cargada de connotaciones en el contexto de Don Quijote de la Mancha. A pesar de corresponder a una región española, la Mancha es un lugar atemporal y, sin lugar a dudas, un lugar a-espacial. Son como los lugares que aparecen en los relatos de Lovecraft, que pueden ser rastreados en un mapa, pero que de pronto pierden realidad y van a engrosar la geografía de lo irreal, lo desconocido, lo inventado: Arkham, Innsmouth, Miskatonic, Sarnath... Es como el Libro del Necronomicón, que es un libro reseñado, fechado, fichado en bibliotecas y bibliografías, que tiene sus apócrifos, pero que realmente no existe (¿o sí?)
La mancha danza junto al vacío sideral que estira su cuerpo azulado creando ilusiones de sustancia y materia tan ajenas a la mancha como al mismo vacío; siempre danzando, siempre juntos y nunca tocándose, no pueden y no lo harán pues su sustancia rechaza el vacío y aún así se atraen.
Las palabras señaladas son especialmente relevantes: creando ilusiones de sustancia y materia - esa es la base de todo el terror cósmico creado (nunca mejor dicho) por H.P. Lovecraft y que tan perfectamente descrito está aquí en su texto.
Vocabulario
Aforrado Que pone muchos forros o capas de tela.
Albayalde Carbonato de plomo. Sólido de color blanco y se emplea en pintura.
Alcatifa Alfombra fina, especie de tapiz
Alfoz Conjunto de pueblos que forman una sola jurisdicción.
Aljaba Carcaj. Caja o saco en forma de tubo que se cuelga del hombro o la cadera para llevar las flechas.
Añagazas Señuelo para coger aves. Artificio para atraer con engaño.
Aljamiados Que está escrito en aljamía: Textos moriscos en romance, pero transcritos con caracteres árabes.
Esmaltina. Mineral, combinación de cobalto y arsénico.
Fementida. Falto de fe y palabra. Engañoso y falso.
¡ay de mí otra vez
y otras mil!, con fementidas
palabras, buscar disculpa
a su amor.[El alcalde de Zalamea, Calderón de la Barca]
Fendientes. Hendientes. Golpes con la espada dados desde lo alto.
"Dejamos en la primera parte desta historia al valeroso vizcaíno y al famoso don Quijote con las espadas altas y desnudas, en guisa de descargar dos furibundos fendientes." (Cap. IX)
Gamella Arco del yugo que se apoya en el cuello de bueyes, mulas, etc. - Artesa que sirve para dar de comer y beber a los animales, para fregar, lavar y otros usos. - Tejido fuerte e impermeable, generalmente de lana.
Gollerías Manjar exquisito y delicado. Delicadeza, cosa muy buena pero superflua.
Lampo Brillo o resplandor grande y fugaz, como el del relámpago.
Loriga Armadura del caballo para la guerra.
Palafrenes Caballo manso en que solían montar las damas y a veces los reyes y príncipes. Caballo en que iba montado el criado cuando acompañaba a su amo.
Peteretes Golosinas, bocados apetitosos.
Piélago Parte del mar muy alejada de la tierra.
Ricote Aumentativo de rico. También el Valle de Ricote es el último reducto morisco del levante español (Murcia). Uno de los más bellos y desconocidos parajes de la fértil huerta del río Segura. Ricote también es un personaje del Quijote.
Tarabilla Persona que habla mucho y sin orden ni concierto. Conjunto de palabras dichas de este modo.
Tolvanera Remolino de polvo, típico de las zonas desérticas o esteparias.
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2005