Hubo
una vez un hombre
Hubo un escritor, un soñador,
Que con su pluma nos maravilló;
Sobre el papel nos hizo soñar.
Hubo
un alma en pena,
Que a sus 30 años se quitó la vida
Realmente no valió la pena.
¡Oh
querido amigo!
Si pudiera haberte conocido
Con espada en mano, y con el ceño fruncido
Caminaríamos ahora entre valles y montañas,
Desiertos y pueblos.
Porque
tu fuiste un soñador,
Al igual que lo soy yo.
Si ahora mismo vivieras,
Serías un rey entre reyes.
Tus
sueños una vez me cautivaron,
Desde entonces en sus redes me atraparon
Y pude soñar lo que tú una vez creaste,
Lo que tú una vez soñaste
Porque
en definitiva me cautivaste,
Y me hiciste disfrutar.
Pero
he de confesar,
Que no pasa un día sin pensar:
"Si tú en vida siguieras,
¿qué hubiera sido de aquellos sueños,
de aquellos seres de papel,
que de vitalidad rebosaban?"
¡Oh
querido amigo, si siguieras en vida!
Ése es mi más preciado sentimiento.
¡Oh Howard descansa en paz!
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