Lo Desconocido
© Un poema de Elizabeth Neville Berkeley y Lewis Theobald, Jr [1]
Otra
muestra de horror psicológico puesta en verso por Elizabeth Berkeley.
(H. P. Lovecraft. Conservative 2, nº3)
Un cielo hirviente;
Una luna multicolor;
Un torrente de olas gigantescas;
El delirante alfabeto rúnico [2] de la tormenta.
Nubes salvajes -una sacudida;
vientos feroces -un grito;
negros vapores azotan
en indecible tumulto.
A través de un desgarro se infiltra
la enfermiza belleza de la luna;
¡Pero Señor! ¡Esa mancha
en su cara!
H. P. Lovecraft, 1916.
[1] Elizabeth Neville Berkeley es el seudónimo de Winifred Virginia Jackson. La firma de la poetisa y colaboradora de H. P. Lovecraft aparece por una broma literaria de éste, en realidad auténtico y único autor del poema.
[2] La comparación hecha entre la escena violenta y sombría aquí descrita, con los antiguos caracteres escandinavos como recurso poético, parece inspirada en las campanas del poema de E. A. Poe, cuyo compás es una rima rúnica... .
El texto original y los datos relativos a su publicación, han sido extraídos de la edición realizada por S. T. Joshi de la poesía completa de H. P. Lovecraft: The Ancient Track, The Complete Poetical Works of H. P. Lovecraft, Night Shade Books, San Francisco 2001.
Traducción y notas de Óscar Mariscal
Unas Palabras Sobre Lo Desconocido y la Luna
© Óscar Mariscal
La luna es un quimérico faro,
una pupila de mármol
que arde en el rostro de un ahogado.Anscarius
La luna, al menos en siete de sus ocho fases, ha bañado en plata los versos del poeta desde el remoto alborear de la lírica. Nos referimos aquí a la luna de pálido rostro de Poe -que esclaviza a los planetas-, a la luna opaca -que penosamente ilumina el triste cementerio- de Rubén Darío, a la luna con dientes de marfil -que compra pinturas a la muerte- de Federico García Lorca, ... . A la luz de la luna los muertos van de ronda, escribió Emilio Carrere. Destaca en fin, en la iconografía poética, como obligado punto de fuga de mil y una escenas nocturnas; anegando con su argéntea luz ese misterioso y hondo valle normalmente umbrío bajo el velo de nuestra experiencia diurna.
Esa misma luna irreal -roja, siniestra, menguante y cornuda- asistió asimismo, con su luz vacilante entre los vapores, a célebres y fantásticas escenografías de Lovecraft, trasladadas al papel en prosa o en verso. Concretamente este astro funesto y de rostro deforme de 1916 que nos ocupa, brilló ya con anterioridad en su poema Unda, o La Novia del Mar, de 1915:
He aquí la luna rojiza que desde las brumas del océano
asciende en ominosa grandeza sobre el horizonte;
extraño es su rostro como mi ojo torturado fijo
en los inmensos confines de azur y luceros.Ya dejamos dicho más arriba que esta miniatura fantástica titulada Lo Desconocido, apareció firmada por Elizabeth Neville Berkeley debido a un extraño capricho de Lovecraft, según él como un intento de desorientar al público mostrándole trabajos de estilos radicalmente distintos aunque obra, teóricamente, de un mismo autor; fue en el nº 3 del Conservative 2 de Lovecraft -Octubre de 1916-. El "romance literario" entre Lovecraft y Winifred Virginia Jackson duró lo suficiente para pergeñar dos conocidos cuentos -El Caos Reptante (The Crawling Chaos, The United Amateur, 1919) y La Pradera Verde (The Green Meadow, The Vagrant, 1919)- en su día publicados como colaboración entre Elizabeth Neville Berkeley y Lewis Theobald, Jr -seudónimos respectivos de la Jackson y de Lovecraft- a los que la poetisa tan sólo aportó el argumento.
Óscar Mariscal