Así, el Osito
del Brillante Árbol Navideño era el mejor amigo de todos los niños
y Ellie la Elefante Feliz era querida por todos los que la conocían, pero
ni ellos ni ninguno de los otros animales quisieron dirigir un culto de fanáticos
creyentes que, por todo el mundo, estuvieran dispuestos a rendir pleitesía
a una criatura eterna, indestructible que viene de más allá de las
estrellas. |