Abdul Alhazred | Albert N. Wilmarth | As Selet | Bolangera | Brown Jenkin | César Pratts| Cyrus Llanfer| Dogon | Ebenezer Holt | Elbarbmonni | Ephraim Waite | Ezdra-Él | Harley Warren | He-Who-Must-Not-Be-Named | Helena Linares | Henry Armitage | Hoda de Sansara | Holden Bedford | Iranon de Aira| Joseph Curwen | Kharvatos | Kryshul D'Naihotep | Lavinia Whateley | Muerte | Nefren-Ka | Pavel, The Outsider | Randolph Carter | Richard Billington | Rodhern Foldant | Selina Frye | Shantak | Sigmund Akeley | Titus Crow | Tyndalos | Ward Phillips III | Wolfgang Ferenczy | Zero | Zeth

Abdul Alhazred Emir de Kitab Al-Azif

Nació en el pretérito pluscuamperfecto; en el Sur, a orillas del Almadán, desde donde creía divisar la Atlántida los días claros. Nunca gozó de espíritu aventurero e interpretaba ocultismo como el tiempo que duraba la revelación de un secreto. Se permitió jugar al escondite con el Tío del Saco y subir al desván a oscuras. En su edad madura conoció al Dr. Henry Armitage y dejó de creer gravemente en Newton; a consecuencia de lo cual, la funcionalidad rectangular de Le Corbussier le acarreó claustrofobia que trata de paliar con contundente farmacopea. Se enamoró perdidamente de las palabras, y ahora las disecciona en lexemas y morfemas. A veces las pulimenta rudimentariamente y las muestra. Hace algo más de un año cedió a la presión, por amistad, y comprendió que todos los mares son navegables, incluso la Laguna Estigia, para cuyo embarque tiene reservado pasaje sin fecha. Ahora juega a conjugar el verbo amar, en todos los tiempos y modos, y ha ensanchado sus constreñidos márgenes por todo el ancho mundo, con la ayuda de H. P. Lovecraft.

Albert N. Wilmarth Caballero de Cimmeria y Regio Portador de la Gran Katana.

Folklorista de gran prestigio y profesor adjunto de Inglés en la Universidad de Miskatonic. Se vió involucrado en un debate sobre los cuerpos inhumanos que aparecieron flotando después de las inundaciones de Vermont. Wilmarth afirmaba que las criaturas que aprecían en las aguas de los ríos realmente no existían, lo que encendían furiosos ataques de sus oponentes en la polémica. Después de largas investigaciones, regresó a Arkham con muy pocas pruebas para demostrar sus teorías. Aún así confió sus descubrimientos a sus colegas Henry Armitage y Nathaniel Peaslee, de esta manera los tres emprendieron una campaña para descubrir las auténticas fuentes de las leyendas locales. Albert N. Wilmarth vive en el Yermo Frío de la Meseta de Leng, donde se le conoce como el Gran Gurú de la Espada por su gran afición y dedicación a Robert E. Howard.

As Selet Guerrero Estoico de Antilia

Nació en 1959 en una lejana isla de los confines occidentales del Gran Océano, en su capital, la Ciudad de las Cien Puertas; era ésta la legendaria Isla de Antilia (más conocida en los tiempos actuales como Cuba). Ya desde su más temprana niñez, se vieron en él señales que auguraban el futuro que tendría, no solo como Guerrero Estoico de Antilia, sino como uno de los Doce Magos del Enigma, dispuesto a desvelar los más oscuros secretos del Universo. Uno de estos rasgos era el hecho de que con apenas uno año, no soportaba la visión de las estrellas en la noche y se tapaba los ojos para no verlas, lo que causaba estupor en todos; y es que donde todos veían simples puntos luminosos en la bóveda celeste, él veía con claridad los siniestros mundos y abismos de horror que es en realidad el cosmos; allí en las lejanas estrellas, estaban los mundos desde donde los Antiguos habían saltado a la Tierra en tiempos remotos, y desde donde planeaban regresar algún día.
No tardó en verse que el niño tenía una poderosa imaginación y tan pronto aprendió a leer, una gran avidez por la lectura, siendo capaz de devorar infinidad de libros que a su edad no era frecuente leer, como el Quijote antes de los 10 años, obras de Shakespeare, como la Tragedia de Macbeth así como obras de contenido científico.
Tenía 8 años, cuando cayó en sus manos un libro que habría de ejercer gran influencia en su futuro desarrollo: una antología recién publicada por aquel entonces en su Isla llamada Cuentos de Horror y Misterio. Allí conoció cuentos demasiado terroríficos para ser leídos a su edad, como El Forastero - El Extraño - de un autor desconocido llamado Lovecraft que lo dejó con la mente totalmente alucinada por aquel universo tan terrorífico como atractivo por los fantásticos mundos a los que se abría su mente. En ese mismo libro encontró otro relato aún más terrorífico si se quiere: Las ratas del cementerio de Henry Kutner, que años después se enteraría que era uno de los discípulos y amigos cercanos a Lovecraft. Al leer aquel cuento, su imaginación lo llevaba a imaginar que de veras se hallaba en aquel cementerio maldito, profanado por horrendas ratas que abrían túneles por los que robaban los cadáveres para llevarlos al inframundo donde cobraban vida después de la muerte y se imaginaba arrastrándose por los túneles de las ratas intentando escapar a su ataque. Pero sobre todo le aterrorizó un cuento de Horacio Quiroga llamado La gallina degollada, el cual lo tuvo durante muchos días sin apenas poder dormir, sintiendo que el mundo a su alrededor se derrumbaba ante cosas tan macabras como las que en él ocurrían.
Pero no perdió sus afanes de lecturas prohibidas y así, más adelante pudo leer otra antología llamada Cuentos Fantásticos, que le reveló a otro autor legendario: Jorge Luis Borges, con un relato tan maravilloso como lleno de imaginación y profundidad filosófica para un niño de su edad: Las ruinas circulares, relato que leyó varias veces intentando descifrar sus más recónditos secretos. Y conoció en ese mismo libro de otro relato horrendo: Lázaro, del ruso obsesionado por la muerte Leonidas Andréiev.
En la escuela, As Selet tenía gran predilección por la Historia, siendo su favorita la Historia Antigua, sobre todo la que hablaba de antiguas civilizaciones ya desaparecidas.
Años después, ingresó en la Universidad de La Habana, para estudiar la carrera de Cibernética Matemática, de la cual se graduó en 1984. Pero no perdió su afición por la historia y la literatura fantástica. Fue durante sus años de estudiante que cayó en sus manos un librito de divulgación científica que trataba de la Atlántida; de ese libro, lo que más llamó su atención era un antiguo mapa en que se veían los contornos del continente americano, y en medio del Océano Atlántico, una gran isla-continente llamada Atlántida, y cerca de ella, una isla más pequeña llamada Antilia. En el mismo libro encontró un antiguo grabado que mostraba a los ejércitos atlantes armados con tridentes, símbolo de Poseidón, así como un fragmento de las obras de Platón en que se citaba a la Atlántida. Ese libro fue la chispa que encendió en su mente la imaginación que le permitiría años después escribir sobre los tiempos legendarios en que la Atlántida se encontraba sobre las aguas y de las guerras que sostuvo con la Antilia.
Poco después, otro libro vino a ejercer poderosa influencia sobre su mente: Ratas en las Paredes de Lovecraft, que le permitió conocer mejor la obra de dicho autor y agregó elementos para su creación mental.
A ello se unió la lectura de Aelita de Alexei Tolstoi que ejerció profunda influencia sobre las historias antilio-atlánticas que tenía en mente y de la cual planificaba escribir toda una saga.
En la década del 80, sin haberse aún graduado en la universidad, comenzó a asistir a los talleres literarios, donde tenía la oportunidad de reunirse con otros escritores noveles como él, y en conjunto, discutir las obras escritas por ellos en colectivo. En especial tuvo profunda influencia en su creación literaria el taller Julio Verne, dedicado a la Ciencia Ficción y la Fantasía. Fue en esos tiempos que escribió los primeros relatos de Fantasía Heroica, imbuidos además de filosofía, en lo que influyó la lectura de numerosas obras de Ocultismo.
Al terminar la universidad, comenzó a trabajar como profesor de informática, trabajo en el que se mantiene hasta la actualidad.
Ganó diversos premios con algunos de sus relatos, como Let, ganador de un Primer Premio en el Encuentro Municipal de Talleres Literarios. Dicho cuento le fue censurado, después de ser premiado, por su contenido filosófico idealista, por la censura oficial que no admitía ninguna obra que se apartara del rumbo materialista impuesto en el país. Ello causó que Let permaneciera en un cajón por largos años hasta que finalmente, en 1999, pudo publicarlo en una antología de cuentos de CF y Fantasía llamada Reino Eterno.
La obra actualmente escrita por él, no es más que la parte visible del iceberg, pues es mucho más lo que tiene en mente aún no escrito.
De la obra Antilia, concebida como epopeya o saga heroico-filosófica-fantástica, tiene partes fragmentarias ya escritas, sin seguir un orden cronológico, las que no son más que una pequeña muestra de lo que será la obra total al ser terminada. En esta obra, aparece como uno de sus personajes principales, el guerrero As Selet, al cual encarna él mismo.
Pese a no haber salido jamás de los confines de su reducida isla, As Selet el escritor ha recorrido con la mente toda la redondez del globo y se ha hundido en los más profundos abismos cósmicos en busca de los misterios más ocultos.

Mesalina Bolangera Dame De Blois

Los orígenes de Bolangera se pierden en primitivas leyendas de extraños cánticos. Cumpliendo con la tradición de toda una saga familiar, la primogénita de cada siete generaciones, queda al cuidado de antiguos secretos que deben permanecer ocultos a los ojos mortales. Su infancia, en la casa de campo familiar, transcurrió entre montones de libros que heredó de sus abuelos. Más tarde se traslada a la Villa de Innsmounth donde se sumerge en el estudio de diferente Grimorios y, entre otras lecturas malditas, se topa con el Necronomicon. Se siente , desde muy joven, atraída por la Literatura Gótica, y en especial por el Maestro de Providence, con el que también compartía su amor por los libros y por los seres gatunos. En la actualidad Bolangera sigue al servicio de los secretos antiguos, y, aunque se mezcla con nosotros, a veces, huye a la montañas y a los bosques, en busca de sus orígenes mimetizándose con las sombras.

Brown Jenkins

Nació en la Arkham del Nuevo Mundo, en una rústica casa del pueblo. Sus padres fallecieron poco después de nacer y fue criado por su abuela. Desde la infancia fue atraído por lo sobrenatural y el ocultismo. Durante su juventud, vivía sobre los libros antiguos de la familia. Años más tarde formó parte de una sociedad esotérica, que se hacía llamar Demonios Primordiales, de la que llegó a ser líder y condujo extraños proyectos con miembros de otras sociedades secretas. Ya adulto sintió el llamado del Gran Cthulhu y de otros dioses. Conoció al Dr. Henry Armitage a través de un pariente suyo, ahora desaparecido, que le introdujo en la Biblioteca de la Universidad de Miskatonic para que consultara el ignominoso Necronomicón. A raíz de estos eventos tempranos de su vida, actualmente se encuentra encerrado en la pared de una habitación, aprovechando los conjuros aprendidos y preparando el regreso de sus Amos ancestrales.

César Pratts

Desde que César Pratts descubrió aquel vetusto ejemplar incompleto del Necronomicon en la biblioteca de su natal Montecruz - rincón de mitos y misterios en el Occidente mexicano, donde los ancestros de Juan Romero confundieron la sangre de las brujas vascas con la de los hechiceros nahuas en el crisol de la Conquista, donde Miguel Quocha pintó alucinantes imágenes primigenias, donde Justin Geoffrey exploró viejos cementerios y descubrió más arcaicos horrores - desde ese día, Pratts quedó fulminado por las revelaciones del árabe loco, cuyo lenguaje adictivo y cáustico marcó su espíritu con la obsesión de perseguir y desentrañar los misterios del Necronomicon, su historia y sus verdades inenarrables. Tal es su desgracia y su destino; ni siquiera las más terribles visiones del carnaval de Cassilda han podido apartarlo de esta persecución que consume su existencia.

Dr Cyrus Llanfer

Sucesor de Henry Armitage en la dirección de la Biblioteca de la Universidad de Miskatonic. Al terminar sus estudios en la Miskatonic en 1902, se convirtió en director auxiliar de la Biblioteca y, al final, acabó ocupando el puesto del Profesor Armitage en 1936. El Dr. Llanfer hizo posible que la Biblioteca consiguiera importantes libros para la Colección Especial de Libros sobre Ocultismo y se encargó personalmente de su control y de los permisos para las correspondientes consultas. Su aportación más importante a la biblioteca fue su obra El Aprendiz del Brujo, que consistía en un catálogo de tamaño muy considerable en la que se hacía una relación exhaustiva de los volúmenes que contenía la Sección Especial. En sus años de juventud, desarrolló una gran actividad artística como dibujante, afición que mantuvo hasta sus últimos días, ya como respetable bibliotecario. Una de sus obras pictóricas más conocidas es Nos, anagrama que corresponde al críptico título de Nefas Oraculum Stygium.

Dogon II Barón de Darkestshire y Gran Caballero de las Dos Sarnath

Nacido en Sarnath, en un país tropical del Nuevo Mundo, de selva exuberante y naturaleza implacable. Viajero infatigable que siempre prefirió lugares con historia, naciones extravagantes o sitios arqueológicos. Desde los 6 años recibió el llamado de Anubis y dedicó su vida y sus estudios a la Antropología y la Egiptología. En 1974, participó de excavaciones en la lejana y fabulosa Isla de Pascua, junto al Dr. Murdoch de la Universidad de Miskatonic, con quien halló ciertas cosas que prefirieron callar y ocultar, y que, muchos años después, terminó confesando tenían algo que ver con un culto primitivo y sangriento mantenido por los antiguos pobladores de la isla, dedicado a un tal Ktulju o Cuchulu, como dejó escrito en unos papeles dispersos. Igualmente, junto con el Dr. Carlos Scala de la Universidad de Asunción, excavó, en 1980, en el área de la represa de Yacyretá, sobre la margen de su tierra natal, en donde exhumaron 52 yacimientos de las culturas locales, trabajos sobre los cuales ambos responsables se negaron a publicar o dar detalle alguno. En otro documento suelto, ha consignado veladamente que los restos materiales de la región develaban una historia antediluviana, acerca de seres no humanos, que es preferible olvidar para siempre. Los objetos extraídos de la tierra roja paraguaya está celosamente guardados por una agencia gubernamental de esa nacionalidad y supervisados por otra norteamericana, en un lugar no revelado públicamente. Que se sepa, visitó el país del Nilo y se enamoró de la mediterránea Alejandría, aunque sólo permanecía en ella entre misiones en busca de misterios dormidos bajo el cálido manto de las arenas saharianas. Cada tanto, enviaba escritos a diversos editores, sobre temas sorprendentes y en rebuscado lenguaje, a veces erudito, otras iniciático, y sus mensajes dejaban entrever su devoción por el dios cánido Anubis, aquel que, en su niñez, le había convocado a su mundo fascinante desde la tapa de un libro en la vidriera de una librería. La vida compartida con los chamanes del Chaco Paraguayo y con un sheij egipcio, en una villa cercana a las pirámides de Guiza, le hicieron conocer muchos senderos hacia los Otros Mundos. Ahora sigue la máxima de Tsung Tzu: "Ve como el rayo y vuelve como el relámpago", y, como el personaje de uno de sus pocos relatos literarios conocidos, "nadie sabe que me he marchado de donde estaba y nadie sabe que estoy donde me encuentro" - o algo así. Pero siempre nos hace llegar algo suyo, algún manuscrito, alguna señal del Otro Mundo. Unos dicen que vive en otra dimensión, una realidad aparte; otros, que fue llevado por unos seres en forma de cono rugoso a su mundo, a eones de aquí, y no falta quien ha dicho que, en realidad, siendo un Dogon, un descendiente o pariente de aquella extraña tribu del mismo nombre, se encuentra en la que ellos llaman Po, la estrella enana blanca que acompaña, invisible, a la bien conocida Sirio o Sothis, como le decían los griegos. Es curioso que Sirio sea la Estrella del Perro, la estrella de Anubis, quien está en el Misterio, como Dogon.

Ebenezer Holt, Capitán de Marina Mercante y explorador de las Rutas-Fuera-De-Las Cartas.

A diferencia de esos aborígenes que trazan diagramas de sus experiencias vitales con perfecto sentido de la continuidad o de la relevancia, mis recuerdos saltan en el tiempo, entrelazados por incongruentes nexos cuyo sentido casi siempre se me escapa.
Recuerdo fresca y nítida, la excitación que me producía la noticia de la llegada al condado de cualquier vendedor ambulante avanzando entre los maizales, durante mi infancia en la granja familiar en Kansas. Y sin embargo debo hacer memoria para recordar la carga de mi última travesía, hace apenas un mes.
Podría recrear con exactitud los tatuajes tribales de un buen número de islas polinesias, pero no logro poner nombre ni rostro al primer armador barrigón que puso uno de sus buques en mis manos de -por aquel entonces- bisoño patrón mercante.
El olor del muelle de Plymouth la primera vez que lo ví tras huir de Kansas a los catorce años, me evoca sin saber por qué la triste deriva que siguió a la renuncia sobre la hermosa May, y esta me lleva - a través de incomprensibles asociaciones - a los secretos ritos de iniciación durante las sofocantes noches del Congo en mi segundo largo viaje, cuando aún era un simple piloto.
Podré tambien olvidar serenos apretones de manos con comerciantes y armadores en Hamburgo, Montevideo o Shanghai, cuando mi reputación profesional aumentó años despues, pero no olvidaré los secretos aprendidos de aquella hechicera caribe en el arrabal de Port au Prince, cuando agonizaba tras el motín de una supersticiosa tripulación, a la edad de treinta años.
Todo se superpone, y aunque sé claramente el orden de todos y cada uno de los hechos de mi vida, me complace dejarlos fluir suavemente, a su ritmo, durante las ásperas travesías o en los crepúsculos serenos de Arkham, junto a Sei-Loh, donde recalo durante períodos más largos cada vez.
Poco importa, pues, que mis contactos con los reductores de cabezas fueran antes o despues de la visita a aquellas catacumbas de los Cárpatos donde conocí al Príncipe, porque sé que de una forma u otra hubiera logrado saciar esa sed de ver la cara inquietante de las cosas, que ha soplado mis velas desde que tengo recuerdos.
Y, desde luego, no morí durante la guerra del 61, como muchos creyeron, tan solo... cambié de residencia.
He aquí los datos necesarios. Quien quiera extraer una cronología precisa puede hacerlo, pero yo no lo haré, porque si algo he aprendido es que el tiempo no discurre siempre a la misma velocidad ni con la misma intensidad, como muy bien sabemos quienes viajamos de noche por caminos poco transitados. .

Elbarbmonni

Personaje de origen desconocido, muchos estudios sobre su posible edad y localización han llegado a conclusiones sobrecogedoras y sin duda absurdas para la mente humana. Tanto las demostraciones por inducción como por reducción al absurdo se han visto desmoronadas frente al imposible objetivo de conocer y averiguar datos biográficos de este personaje remoto. Aparece en relatos mitológicos de todas las civilizaciones y su existencia pertenece tanto al plano de lo real como al plano de lo imaginario. Se le ha llegado a llamar la décima encarnación - avatar - del dios hindú Vishnu, quinto jinete del apocalipsis y muchas más denominaciones confusas producidas por la mente curiosa de la gente. Se desconoce sus intenciones en este plano existencial pero quien goce de su ayuda puede sentirse arropado por un halo de protección y ayuda supuestamente desinteresada.

Ephraim Waite

No es un personaje que le guste hacerse de notar demasiado y en secreto practica ritos arcanos para devolver a la tierra a Lo que una vez Estuvo y Lo que siempre Estará. En Innsmouth, de donde son originarios los Waites, muchos le consideran un mago de gran poder. Supuestamente puede controlar el clima y es capaz de llevar a cabo otras hazañas de carácter místico. Visita con frecuencia la Universidad Miskatonic para consultar los fondos ocultistas de la Biblioteca. Ha participado en los ritos del Culto de la Calavera. Se casó con una mujer a la que nunca se le pudo ver el rostro y desapareció después de dar a luz a su hija Asenath. Ephraim vive en el Yermo Frío, en la Meseta de Leng, y en la sombra degusta de la literatura de H.P. Lovecraft.

Ezdra-Él, Invocador del Bermejo Cthuhu.

Llamado también Ninmah neberu, originario de la ciudad de Kalah, esculpió los relieves que muestran al monarca Salmanasar III recibiendo el tributo que le entregaba Jehu, "el temible monarca israelita", copió el detalle del Me de Enki, que genera a los otros Me y los gis-hur, los algoritmos del universo y la Naturaleza y puede crear nam-shubs, sortilegios que hacen que lo que se relate se convierta en realidad. Se dice que por este motivo, debió salir del sitio de Kalah, emigrando a tierras desconocidas al oriente donde le enseñó a escribir a los pueblos bárbaros cerca de la actual Nerchinsk. Según la tradición, cosa que resulta casi improbable, fue capturado por Gengish Khan y comisionado a enseñar a los mongoles a escribir el mongol en escritura uigur. Después del supuesto cautiverio, se retiró a la isla de Gotland, en el Mar Báltico. Junto a los godos conoció al Obispo Ulfilas o Wulfila, quien creó la escritura gótica y predicó entre los godos el arrianismo; marchó hacia el norte, concretamente hacia la Galia, viajando con los años hasta España, desde donde llegó a Chile con la expedición de Don Pedro de Valdivia, conocido con el nombre de Juan Gómez de Almagro desempeñandose como Alguacil Mayor. No mucho se sabe de la suerte de Don Gómez de Almagro, dicen que murió peleando junto al Capital Trizzano en el sur, liberando las ciudades de Algol, Valdivia, Cautín y Chiloé, o que habría contraído matrimonio con una bella joven Libanesa de nombre Yohara Kokaly Farah ... lo que si es seguro es que no se supo de el hasta el año 1999, cuando bajo el nombre de Carlos De los Reyes Mc Logan (su segundo apellido ha hecho pensar a muchos sobre alguna influencia Celta en su historia) aparece nuevamente como Teniente de Carabineros, singular cuerpo armado, encargado de resguardar el orden institucional de la Republica de Chile. No gozando de popularidad entre los Oficiales, se le atribuyen practicas oscurantistas, lectura de libros prohibidos (mucho se especula sobre que encontró un ejemplar del Ars Necronómica, oculta en la Biblioteca de La Escuela de Carabineros del General Carlos Ibáñez del Campo, en Santiago de Chile) y la pertenencia a una muy hermética Logia Oscurantista, razón por la cual, fue destinado a servir en el puesto fronterizo de la localidad del valle de Uruk, entre la Ciudad de Aguas Negras y la ciudad del Trueno, logrando con esto solo inspirarlo en sus afanes cognitivos, dada la soledad e imponente silencio de las montañas nuevas de los Andes. [...] Sobre su pseudónimo, se manejan inciertos datos, algunos dicen que se debe a que el mismísimo Arcángel Azrael, se le habría aparecido en el interior de las montañas, otros dicen que se debe a un capricho personal, por su avidez a la historia del medio oriente, incluso se corre el rumor de que Azrael habría personalmente escogido la tierra para la creación de Ezdra-Él, y este mismo Arcángel le habría moldeado y depositado su cuerpo cerca a la ciudad de Ur, llamandolo "Ezdra"... Hoy en dia está dispuesto a dejar las armas y partir al Oriente, “siempre al Oriente”, con la finalidad de desenterrar sus tablillas Me, movido por una extraña obsesión que rodean sus cada día mas recurrentes y horribles pesadillas.

Harley Warren Onírico Habitante de N'Kai

Ellos no me han dejado desde que la oscuridad lo cubrió todo. Nunca lo harán. Ahora soy parte de aquellos, aunque de alguna manera siempre lo fui.
Mis recuerdos previos al cambio son fragmentarios, borrosos destellos de claridad mental, ocultos a medias por las profundas tinieblas que devoran y regurgitan mi mente en un caos continuo y absoluto.
Sé que debería haber muerto hace años. ¿O hace ya eones desde entonces? ¿Es que acaso mi estado ha sido mutado al punto de ser irreconocible por la misma memoria de mis genes? Por un motivo que desconozco, vislumbro el desarrollo de la humanidad, un espectador incapaz de escapar de su prisión de tinieblas.
Mi último recuerdo es la loza cayendo sin piedad sobre la trampilla, ellos rodeándome, y entonces… y entonces la voz, una voz que era mía y no lo era. Y esa voz estaba formada por cientos de miles de criaturas, dispuestas de órganos fónicos que no eran en sí gargantas, pero devoraban, ¡Oh, por los dioses antiguos aún devoran en una dimensión tan distinta del tiempo como del espacio! Y todas aquellas criaturas hundían su carne en la mía mientras la agonía física mutaba en algo innominado y pude verme a mi mismo aunque ya no era como el recuerdo de los días en que recorría los caminos de Nueva Inglaterra.
Pude verme como un ser que se hallaba escribiendo en una máquina desconocida y extrañamente familiar, un ser que carecía de pasado o futuro, desprovisto de propósito, solo sirviendo como vasija para una voluntad mayor, la voluntad de ellos, yo, todo y nada.
El Ser se había preparado con una máscara de cera blanca que cubría sus facciones y supe inconscientemente que detrás de ella sólo se encontraba el vacío que debía ocupar su alma.
He pasado parte de la existencia que ellos me han dado escribiendo estas palabras que ahora se remontan a siglos de introspección y a la voluntad de la memoria perdida que en instantes recupero como la noción de un dulce aroma o el lejano sonido sibilante del viento entre las hojas otoñales. Todo ha cambiado, lo sé, pero aquí en este orbe donde abundan los jardines el tiempo es lento y el espacio se extiende en tantas dimensiones como el pensamiento de un ser ímprobo. La ciudad, a veces llamada N'Kai, a veces Gartenstadt, o simplemente La Ciudad de los Jardines; es profunda y vacía, aunque las sombras se extienden como las mismas plantas, creciendo y cubriendo a su paso. Formo parte de las sombras porque la ciudad y yo somos uno. De vez en cuando percibo la presencia de otros, pero al intentar alcanzarlos huyen de mi presencia horrorizados.
En el centro de todo se halla la torre, un monolito infinito que asciende eternamente atravesando las capas de negrura que me limitan.
Mientras espero dentro de la torre, escribo, mientras escribo, leo y cada vez que lo hago encuentro que mis palabras han cambiado y no lo comprendo, pero lo sé. Y ellas me guiarán finalmente hacia fuera, donde al cruzar el firmamento recompondré mi forma y el mundo que he perdido, y entonces seré nuevamente Harley Warren y podré descansar.

He-Who-Must-Not-Be-Named, Hee Hoo, Comte d’Erlette.

Hace un tiempo ya, nació cierto individuo como tantos otros nacen y que sin duda estaba destinado a la vida chata y sin sentido que llevamos la mayoría, por no decir todos. No obstante, aconteció que ya desde muy niño, este individuo empezó a constatar cuánta injusticia y miseria había en este mundo. No había aprendido a contar hasta diez aún, que ya había constatado la naturaleza insana y mezquina del Ser Humano y, desde ese entonces, comenzó a cultivar un desprecio profundo por su propia especie.
Tal vez empezó como un juego, pero la cuestión es que con el tiempo terminó desarrollando (tal vez más voluntariamente que de manera natural) su misantropía al punto más extremo que se pueda imaginar.
Fue un buen día, cuando hubo alcanzado ya su edad madura, que se propuso meter todo en obra para conducir la especie humana al desastre, a su decadencia y a su caída.
Tras consultar viejos libros y grimorios maditos y malolientes se retiró a un sitio aislado e inhóspito donde, según se rumorea concluyó una alianza con Arcanas Entidades tan viejas como el universo y de las cuales, se dice que el propio Satanás es una criatura pueril comparado a Ellos.
Hoy en día, ha desaparecido por completo de la circulación y todos ignoran su paradero... No obstante... por los verdes matorrales, más allá de la vieja estación ferroviaria, donde terminan los campos cultivados y donde empieza el monte salvaje, hay quien dice que de cuando en cuando, en las noches de luna llena se lo ve deambular a lo lejos, acompañado de extrañas sombras alargados y fluctuantes... ¡Silencio desdichado! ¿Estás loco? ¡Ni se te ocurra pronunciar su nombre! Porque ya no es más aquel que nosotros solíamos conocer...ahora es HE-WHO-MUST-NOT-BE-NAMED.

Helena Linares

Es una mujer oscura y misteriosa. Le gusta vivir apasionadamente cada día y le encanta toda la literatura que encierra al miedo y al desconcierto. Junto a su cuñada y compañera Rose Dexter, trabaja en la Biblioteca del Ateneo de Sarnath, en el Departamento de Manuscritos, Incunables y Grimorios Hispanos, y juntas suelen pasearse por la ciudad al amparo de la oscuridad de la noche, que es cuando sus calles proporcionan al paseante nocturno visiones de lo extraño y lo terrible, de lo macabro y de lo insólito: salen de las rendijas y grietas, de las buhardillas y callejones de la ciudad aquellos seres humanos que, por razones tenebrosas y remotas, se guarecen durante el día en sus grises nichos. En uno de estos paseos conocieron a Arthur Phillips y al Señor Allan, que completaban el paisaje inusitado con su curioso parecido a Howard Phillips Lovecraft y a Edgar Allan Poe. Helena entró en contacto con la llamada Hermandad Negra, que estaba formada por unos entes en forma de cono rugosos, los que Lovecraft había descrito como la Gran Raza, habitantes de Yith, que podían viajar a través del tiempo y el espacio y que se habían apoderado de la imagen, repetida hasta siete veces, de Edgar Allan Poe. En una ocasión, que para Helena fue memorable, Rose le presentó a su hermano Ambrose, con el que encontró un buen número de afinidades. Helena compartía con el doctor Ambrose Dexter el interés por el ocultismo, lo que les llevó a interesarse por una secta heterodoxa llamada Starry Wisdom (Sabiduría de las Estrellas) que celebraba sus reuniones clandestinas en la iglesia anbandonada de Federal Hill.

Henry Armitage V Barón del Priorato de Exham.

Bibliotecario Real de la Universidad de Miskatonic, Custodio del Necronomicón Bibliotecario de la Universidad de Miskatonic y autor de obras eruditas como Bibliografía anotada sobre Ocultismo, Magia y Misticismo o el ensayo más conocido y divulgativo llamado Diablos y demonios del Valle del Miskatonic. El misterio rodea su infancia, ya que su familia fue víctima de los acontecimientos de Innsmouth, ciudad marítima donde en la actualidad reside y desde la que mira con desconfianza el Arrecife del Diablo. Fue alumno de la Universidad de Miskatonic y años más tarde hizo el doctorado de Filosofía Oriental y Lenguas Semíticas en Princeton. Consiguió un ejemplar del Necronomicón para la Biblioteca de la Universidad de Miskatonic y se convirtió en su custodio frente a las malas artes de Wilbur Whateley, que provocó los acontecimientos de Dunwich. El Dr. Armitage es cofundador de la Nueva Logia del Tentáculo y trabaja en la Página, que recoge las inquietudes de todos los miembros y asociaciados de la Logia.

Hoda de Sansara

No hay lugar en esta extraña dimensión, donde me encuentro sumida, que no se sienta acariciado por los tentáculos del gran Cthulhu. En los momentos en los que me he dignado a sentarme para descansar - pues la Meseta es tan inmensa que el cansancio se apodera de mi joven y débil caparazón corporal - he podido vislumbrar a lo lejos una ciudad marmórea y blanquecina que se mantiene erguida y habitada por unos extraños seres a los que no puedo calificar, ya que mi visión no alcanza todavía a verlos definidos. Cada día que pasa intento acercarme más, escrutar desde mi posición el lugar al que me dirijo, que me atrae por su similitud con algunos parajes citados en los libros antiguos que leí en mis tiempos de universidad y cuyo autor era el Maestro H.P.Lovecraft. Desde que estoy aquí, solo han pasado dos noches con sus respectivos sueños y he podido contemplar la ciudad desde dentro... pero nunca a sus habitantes protegidos por el anonimato de la distancia que nos separa. Hoy me he propuesto gritar a los vientos del desierto las palabras que oí en mi más temprana juventud de los labios de un personaje de cuento, un presentimiento me dice que Ellos las oirán y me mostrarán el camino para traspasar los muros infranqueables de la distancia, esta noche gritaré, esta noche veré por fin las inscripciones de la ciudad lejana.

Holden Bedford

Sus antecedentes familiares parecen estar relacionados con William Beckford (1760-1844), el autor de la Historia del Califa Vathek, admirada por Lovecraft por mezclar la estética romántica con un orientalismo sofisticado y extrañamente gótico. Beckford se vio envuelto en varios escándalos que le excluyeron de la sociedad puritana que le tocó vivir y se refugió en la Abadía de Fonthill, donde llevó una vida llena de excentricidades y misterio. Algunos comentan que huyó a Virginia, donde adoptó el nombre de una de esas villas coloniales que tanto le recordaban su origen británico y su apellido. Una rama de la familia Bedford hizo de Salem su hogar manteniendo viva la mala fama familiar. Los últimos del clan Bedford buscaron cobijo en una vida en apariencia normal. En Arkham, Holden consiguió una beca para estudiar Filosofía Oriental y Parapsicología en la Universidad de Miskatonic, donde obtuvo el doctorado con gran brillantez y llegó a ser una mente preclara y cuyo interés por lo oscuro le llevó a un extraño estado de cordura. Publicó una colección de ensayos recogidos con el título de Magna Kordura. En la solapa del libro y utilizando su peculiar ortografía, habla de sí mismo en los siguientes términos: "Tras mis inkontables años de experiencia en el mundo de lo okulto, sigue entusiasmándome todo lo relacionado kon rituales ancestrales y con prohibidos paraísos onírikos dejados de la mano del kreador, ke me han llevado a un extraño estado de kordura". Esa magna kordura y otras extrañas experiencias tuvo que continuar disfrutándolas dentro de una celda de paredes acolchadas en el Arkham Sanatorium. Hoy vive en Ferroponte en una de las laderas del monte de Ngranek.

Iranon Del Señorío de Aira

Perteneciente a la Casa de Fuentelabrada y Caballero de la Orden del Rey de Amarillo En la ciudad granítica de Teloth vagaba este joven, coronado con hojas de vid, el pelo amarillo reluciente de mirra, y la ropa púrpura desgarrada por las zarzas de la montaña Sidrak, situada al otro lado del antiguo puente de piedra. Los hombres de Teloth son graves y sombríos, y viven en casas cuadradas; y con el ceño fruncido, le preguntaron de dónde venía y cuál era su nombre y fortuna. Y él contestó: "Soy Iranon y vengo de Airá, ciudad lejana que recuerdo vagamente, la que quiero encontrar otra vez. Soy cantor de canciones que aprendí en la lejana ciudad, y tengo por vocación producir belleza con las cosas recordadas de la niñez. Mi riqueza consiste en pequeños recuerdos y ensueños, y en esperanzas que canto en los jardines, cuando la luna es tierna y el viento de poniente agita los capullos de loto." Suele vagar por la Meseta de Leng en busca de su idílica tierra nativa, donde las gentes viven de la belleza y la poesía. Su gran afición es la música y especialmente la de los Grandes Juglares del Siglo XX. Miembro de la antigua Logia del Tentáculo y colaborador habitual en su boletín Revelaciones Insanas.

Sir Joseph Curwen Lord Dexter de Innsmouth, la Noble Villa de las Dos Torres Almenadas

Nació en Innsmouth. Desde muy joven se sintió seducido por el influjo del mar, donde vivió casi toda su vida. Se enroló en la marina mercante y recorrió todos los puertos desde su ciudad natal hasta exóticas poblaciones del Pacífico. Después de pasar muchos años en el mar, volvió a Innsmouth con una pequeña fortuna que le permitió vivir con una cierta holgura. Después de la Caza de Brujas, tras los acontecimientos de Salem, tuvo que salir huyendo debido a las sospechas que recaían sobre él , que le atribuían prácticas nefandas de brujería. Fijó su residencia en Arkham y se convirtió en uno de los armadores más acaudalados y prestigiosos del Condado, ya que mantenía importantes intercambios comerciales con las colonias de Polinesia. A pesar de sus generosas donaciones a instituciones benéficas y a las asociaciones filantrópicas, apenas fue capaz de desempañar su mala reputación por ejercer la nigromancia. Las malas lenguas no cejaban de inmiscuirse en sus asuntos y persistían en atribuirle unas artimañas despiadadas y unas malas artes en la misteriosa desaparición de personas. Circularon intrigantes rumores sobre un enigmático cargamento que llegó a su casa y luego trasladado a una alquería que tenía en el Valle del Río Miskatonic, donde al parecer había montado un laboratorio. También se especulaba con su edad, ya que a pesar de los años de su supuesta ancianidad, se mantenía atractivamente joven y en condiciones físicas excelentes. Pero, pasado el tiempo, no le fue posible ocultar determinadas acciones que podrían ser calificadas no solamente como ilegales, sino taxativamente inmorales, lo que les llevó a sus vecinos a formar un comité secreto con las personas más poderosas de la ciudad para tomar una determinación en contra de este brujo abominable y con estas intenciones se encaminaron a la alquería donde se encontraba Curwen. Lo que pudo ocurrir en esta redada nunca fue esclarecido, pero el caso es que a partir de aquel momento nunca se volvió a ver a Joseph Curwen.

Kharvatos, El Portador de Destrucción

No me preguntéis jamás sobre mis orígenes y procedencia… pues los desconozco. Y cada vez que se me hace esa pregunta mi esencia vital se diluye un poco más.
Soy mensajero. Mero transmisor de la Verdad Oculta. Y como la Verdad es transgresora siempre, en cada una de sus revelaciones destruye uno de los Grandes Misterios. Así el Cosmos va consumiéndose poco a poco
Soy, por tanto, Portador de Destrucción. Anatema del Misterio y de la Creencia, que es la puta de lo Verificado.
Tan sólo vagos recuerdos de aquel yermo desolado donde aparecí por vez primera tras mi última metamorfosis.
La caminata se me hizo interminable, y bajo el Ardiente Abrasador de los Siete Soles de Bool-Therath hallé la fuente de la que manan todas las Realidades que coexisten en el Tiempo y en el Espacio. Bebí de ella con avidez, y junto a ella morí y renací infinitas veces.
Y en cada nuevo renacer un nuevo signo, una nueva runa, se iban grabando sobre mi piel. Así, cada signo, cada runa, no son más que la impronta de una historia, borrándose cada vez que una es narrada. Y mi lacra es que debo transmitirlas todas hasta el fin de los días. Con el objetivo de que se cumpla el Ciclo y los Antiguos Dioses despierten de nuevo de su Eterno Letargo.
Tened, pues, temor de las historias. Ya que a través de mi se entretejen todas. Y todas ellas confluyen en la Verdad Oculta para destruir el último de los Misterios que gritará por siempre Nyarlathotep, el emisario, a los sordos oídos del dios loco Azathoth.
Con todo esto, desnudo y abandonado, atravesé las tres Puertas de Bronce y llegué a la antigua ciudad de Celephais. Donde viejos maestros curaron mis llagas y me enseñaron El Habla. Y me vistieron con ricos atuendos. Pues ellos sabían que las runas debían ser cubiertas. No podía ser de otro modo.
Me llevaron ante el monarca Kuranes, gobernante de Ooth-Nargai, y él se postró ante mí. Rindiéndome un profundo respeto. Pues él sabía quién era yo.
Y fue el mismo Kuranes quien me entregó el Báculo del Pesar. Ya que con cada historia narrada mi decrepitud se acrecienta y no puedo sostenerme sin ayuda.
Hora era ya de emprender de nuevo el camino.
Visité la Biblioteca de Caeleno, cuyas puertas custodian los Shantaks. La Kadath del Frío Yermo, donde el sacerdote del velo amarillo me desveló innumerables secretos a la entrada del monasterio de piedra. Viajé a las ruinas de la milenaria Carcosa, cerca del lago Hali, donde habita El Innombrable. Anduve por los restos de la Ciudad Sin Nombre. Me hundí en las profundidades de Y´ha-nthlei y a través de pactos blasfemos y drogas prohibidas volé hasta el lejano Yuggoth.
Así, desperté un día cerca del pueblo de Kingsport. Como foráneo profané el templo subterráneo, donde la antigua raza que allí habita adora a dioses imposibles. Enloquecí con la música de las esferas y hasta vomité mi padecimiento para hacer participes de él a todos los que saben o pueden llegar a saber.
Soy el Portador de Destrucción. Preparaos para el entendimiento. Pues los signos comienzan a borrarse.

Kryshul D´Naihotep

Cuando Akhenaton subió al trono cambio el culto a los dioses e instituyo el culto al dios único Aton, el disco solar, esto es lo que les pareció a todos, sin embargo existe otra historia al respecto. Los dioses malignos entre los que se encontraba naihotep quisieron apoderarse del mundo de los humanos, los dioses benéficos se unieron en torno a Aton para acabar con la rebelión y usando a su profeta Akhenaton y a sus hechiceros lucharon contra los rebeldes, atraparon a los deidades malignas y las juzgaron encontrándolas culpables de traición, fueron condenadas al destierro en una dimensión lejana y sus servidores debían morir, todos salvo naihotep un dios menor en la jerarquía divina, cuyos delitos no parecieron demasiado graves y se le encerró en las profundidades de Akhet-Aton. Una vez paso el peligro, lo dioses se olvidaron del tema creyendo que no volvería a ocurrir, pero esta vez agentes malignos que escaparon del juicio mataron al faraón e hicieron que pareciera muerte natural, además influyeron sobre el pueblo para destruir Akhet-Aton, lo que dejo libre a Naihotep, que se apodero de la ruinosa ciudad, desde allí conspiro contra los dioses benignos, hasta que estos decidieron actuar, influyeron sobre Toutankhamon, que envió al general Horemheb al mando del ejercito y a sus hechiceros, el ejercito masacro a todos los servidores del mal, los hechiceros se ocuparon de Naihotep y sus ayudantes mas cercanos, crearon un medallón (Al-Cuhuir), en el cual encerraron por artes mágicas al semidiós, este medallón tenia unos sellos que se activaban por medio de hechizos, además de dos ranuras en la que se insertaban dos pequeñas láminas, una de estaño y otra de cobre con signos de seguridad, en cuanto a sus servidores debido a su condición sobrenatural se fabricaron unas medallas mágicas que harían que se convirtieran en simples mortales lo que facilitaría su ajusticiamiento, cada uno de los reos estaba al cargo de un sacerdote de Amón, si este muere su prisionero queda libre. Sin embargo, escaparon en un descuido y no consiguieron atraparlos ya que son capaces de transformarse en cualquier ser que deseen pasando desapercibidos, Kryshul D´Naihotep es uno de ellos, Al-Cuhuir fue guardado por el sacerdote principal del Templo de Amón y nunca más se volvió a saber nada de él.

Lady Lavinia Whateley Dama Blanca y Baronesa de los Regios Dominios de Dunwich

Hija albina de Wilbur Whateley. Una mujer muy poco atractiva de aspecto deformado y repudiada por las gentes supersticiosas. Vivió gran parte de su vida junto a su padre, persona muy extraña con grandes conocimientos de brujería y grandes contactos sobrenaturales con entidades muy poderosas.
Lavinia se queda embarazada sin tener un marido, pero aún así no hace nada por provocar un aborto ni por abandonar a su bebé, como mandaban las hipócritas costumbres de principios del siglo XX. Las gentes la criticaban duramente y dudaban de su propia existencia debido a sus características personales poco o nada convencionales.
El bebé que tuvo era muy extraño, tenía facciones de chivo y una piel muy oscura, que contrastaba muchísimo con la de su madre. Las gentes del lugar continuaban con las críticas sobre ella, aunque a ella llegó un momento que le daba exactamente lo mismo lo que dijeran las "lenguas de vecindona." Estaba convencida de que su querido bebé tendría en un futuro grandes cualidades que la ayudarían a ella, le darían la deseada belleza física y vengarían a todas aquellas personas que la habían ofendido.
Una mujer extraña, solitaria, y temerosa de la gente, que se ocultaba en sitios oscuros para evitar que alguien pudiese contemplar aquella cara tan desagradable y aquel cuerpo deformado y contrahecho. Siempre aprovechaba las noches de tormenta para salir a la calle de la población y recorrerlas exhibiendo entonces su feo rostro sin ningún pudor. Aquella gente que la pudo ver en esas circunstancias huyó asustada pensando que se trataba de un extraño ser sobrenatural y maligno.
Aunque nunca había ido a la escuela tenía una gran cultura ya que se pasaba las horas muertas leyendo todos los libros y manuscritos que su padre había heredado de los Whateley y que guardaba celosamente en una habitación bajo tierra que poseía la casa familiar. Dominaba varias lenguas, poseía gran capacidad para las artes y las letras, la astronomía y la astrología y como no, para las artes adivinatorias más antiguas. Acompañaba a su padre en las ceremonias que realizaba en los sótanos de su casa de labranza.
Su madre murió en extrañas condiciones que nunca se supieron. Solamente la noche de su muerte horrorosos gritos salían de la casa de los Whateley y extrañas palabras se escuchaban pronunciar a Wilbur. Lavinia tenía entonces doce años de edad y pasaron varios años hasta que ésta pudo salir otra vez de su casa. Los vecinos comenzaron a decir que no existía, que el padre la había entregado a extrañas criaturas del Más Allá. Pero ella sí que existía, se estaba formando ampliamente para convertirse en alguien muy importante para la tarea que su padre le tenía asignada.
Al dar a luz a su hijo al que llamó Wilbur se puso a cuidarlo lo mejor que sabía, como buena madre que era. Nunca se separaba de él ni de día ni de noche. Crecía muy deprisa y tenía un aspecto horrible. A los siete meses andaba perfectamente y emitía fuertes gruñidos que escalofriaban a las gentes del lugar. Poseía una gran fuerza física y un aspecto cada vez más extraño.
Una noche ambos se dirigieron a la cima de una montaña en la que había un altar de sacrificios y nunca más se volvió a saber de ellos, ni de la madre ni del hijo. Pasado el tiempo unos habitantes dijeron haber visto en Dunwich a una joven que decía llamarse Lavinia y de apellido Whateley. Joven bella de claros cabellos, esbelta figura y mirada muy enigmática. Dominaba varias lenguas, poseía gran capacidad para las artes y las letras, la astronomía y la astrología y como no, para las artes adivinatorias más antiguas. Joven que según comentaban quienes la habían visto no se sabía de donde había venido, ni cuando ni de qué manera. Apareció en la ciudad un buen día y desde ese momento extraños ruidos, voces, luces y sombras se pasean por la casa donde vive. Los comentarios sobre ella nunca cesan y nunca desaparecen, pues la ignorancia sobre su persona da pie a la aparición de extrañas explicaciones y muy raras ideas sobre ella por algunos pobladores de los alrededores.

Muerte

Es el encargado de llevar a buen fin el proyecto llamado Necronomicon, El Libro de los Nombres Muertos, con el único interés de dar a conocer unos temas que él considera interesantes y están siendo olvidados. Actualmente, en el Mundo en el que vivimos, muchos temas han sido marginados y olvidados por la incomprensión, desconocimiento y miedo que producen en la mayoría debido a la labor informativa de los medios de comunicación, que informan erróneamente sobre estos, los desprecian y llevan al olvido. Esos saberes están recogidos en la AnteBiblioteca de Muerte, que él mismo describe de la siguiente manera: "Atraviesas el umbral de una puerta corrompida por el paso del tiempo, una brisa gélida acaricia tu piel, y en el horizonte solo vislumbras una gran oscuridad únicamente perturbada por la escasa luz de la luna que da a conocer las dimensiones gigantescas de la estancia. En ella reina un silencio sepulcral que parece no haberse roto en eones, y ahora es corrompido por el sonido seco y abrupto de tus pasos en el suelo. La aparente forma rectangular del lugar se alarga más allá de lo que puedes llegar a contemplar. Alrededor tuyo contemplas un sin fin de estanterías agrupadas en filas a ambos lados que parecen extenderse a lo largo de la habitación. Fruto de la casualidad y del azar sabes que has encontrado la bautizada como biblioteca del olvido, que fue intentada hacer desaparecer de la faz de la tierra para que ningún ser vivo pudiera conocer los terribles y horribles secretos de la noche de los tiempos. No pierdas mas tiempo y adentrate en los misterios inerranables e inimaginables que aguardan en los textos de los libros perdidos y saberes primigenios que fueron intentados olvidar y nunca pudieron ser desterrados de la mente de los mortales, porque lo olvidado forma parte de la AnteBiblioteca y nunca podra ser hecho desaparecer mientras que la imaginación fluya por los seres que viven. Muerte parece vivir en la Red, pero en realidad vive en la Ciudad Sin Nombre y vaga solitario y diferenciado entre la brumas que apenas ocultan las grandes masas que forman sus habitantes.

Nefren-Ka Acólito de Tsyogg-Gh’arn, Sumo sacerdote de Nyarlathotep

Pavel, The Outsider

Nació y creció en un oscuro lugar donde solía tenderse durante horas y soñar con lo que leía en los libros; y apasionadamente se imaginaba a mí mismo en medio de alegres muchedumbres en el soleado mundo que se extendía más allá de aquella isla de pena infinita. Varias veces intentó escapar, pero la sombra se hacía más densa y el aire más henchido de latente horror; de modo que siempre volvía corriendo fantásmagóricamente, por miedo a perderse en un laberinto de noche y silencio. Así, a través de los crepúsculos infinitos, soñaba y esperaba, aunque no sabía qué. Entonces, en la soledad sombría, su anhelo de luz se hizo tan frenético que no pudo ya seguir allí y consiguió escapar. "El extraño" emprendió su largo viaje al lugar de maravillas que solo conocía por libros... Pero al llegar ahí, encontró que tampoco encajaba en ese mundo, que siempre sería "El extraño" o más exactamente "El de afuera". Atrapado entre dos mundos, sin pertenecer a ninguno, no desesperó, sino que buscó la compañía de los que como él, no pertenecen a ningún lado. Los espíritus burlones y merodeadores de catacumbas son sus compañeros, porque sabe que es un extraño en este siglo y se hace bienvenida su propia alienación. No se sabe, a ciencia cierta, cuál es su nombre pero se supone que pudiera pertenecer a una noble familia criolla descendiente de los Edgardos, oriunda de la noble ciudad de Olathoë en el país insular de Lomar. Según cuentas las crónicas, Edgar II de Olathoë, luchó valerosamente contra los inutos, esos achaparrados y amarillentos demonios invasores y que, tras una honrosa derrota, dejó a su pequeño heredero oculto en las criptas subterráneas de su mansión señorial. Ahora el Outsider se abre camino por otras tierras leyendo, escribiendo y dibujando su propia vida.

Randolph Carter

Nacido en Nueva Inglaterra, puso todo su empeño en encontrar la fabulosa ciudad del crepúsculo, mas allá de Kadath en el Yermo frío, después de escapar de Nyarlatothep, logró llegar a su tan anhelado destino, se mofó con insolencia de los débiles dioses de la tierra, una vez conseguida esta hazaña, se dedicó a estudiar en secreto a los otros dioses, y sobre todo al poderoso y arcaico Nodens, de quien tanto oyó cuando estuvo en los abismos, ahora planea regresar a los oscuros dominios de la meseta de Leng, estará en Sarkomand, mientras obtiene los recursos que necesita para el asalto final al monasterio, su objetivo, reencontrarse con Pickman, destruir al sacerdote de la mascara de seda amarilla, para ello, volverá al santuario de las criaturas lunares en la isla, pues ahí hay una puerta que lo comunica con el arcaico monasterio de piedra por medio de un pasaje subterráneo, después, se dirigirá a Dylath – Leen y destruirá al mercader rechoncho y evasivo de ojos oblicuos, que comercia con Leng y las bestias lunares. En este momento Carter se prepara para el viaje a la tierra de los sueños de nuevo, una vez que concluya su aventura, él se compromete a contarles aquí, en este portal, los sucesos que le hayan ocurrido.

Richard Billington

Rico terrateniente que vivía cerca de Nueva Dunnich, lo que más tarde se conocerá como Dunwich. Mr. Billington es un conocido brujo que, se dice, adora a Satanás con rituales hechos en un círculo de piedras cerca de su casa. Según se cuenta todos sus conocimientos en ocultismo lo aprendió de Misquamacus, el chamán de Wampanoag. Actualmente, vive en Kadath en el mayor de los anonimatos, donde pretende pasar desapercibido, pero su interés por la literatura de Lovecraft y su Círculo siempre acaba delatándole. Henry Armitage tiene reseñado un Richard Billington es su Bibliografía anotada sobre Ocultismo, Magia y Misticismo, pero puede que sea solamente una coincidencia en los nombres.

Rodhern Foldant Duque, Mago y Señor de Neithel, Mencey del Arrecife del Diablo.

El que hace llamarse Rodhern Foldant nació entre la casualidad y el embuste de la filantropía. A pesar de ello no tardó en destacar con sus preguntas impertinentes que le granjearon fama de curioso. Fascinado ante la inabarcable cantidad de datos que le rodeaban y ante la idea de no poder nunca contenerlos, desplegó un insondable sentimiento de recelo ante la muerte, que le forzó a inquirir la manera de perpetuarse ante lo fútil y fungible de la existencia. Descubrió entre los oscuros libros y epítomes de la biblioteca familiar impensables perversiones y discernimientos atávicos que rayaban lo innombrable. De esa manera formó su propio grupo masón encargado de corromper las frágiles mentes del vulgo y unir a su causa. Eliminó su nombre, creando un entretejido tul de informaciones imprecisas que le ocultaban cual máscara prosopónica y se dedicó exiliado a un estudio de la forma final para lograr su tan rebuscada inmortalidad. Se dice que ha encontrado un manual escrito en tinta invisible que le ha revelado tal secreto, y que a veces, a la vez que tararea una curiosa canción, salta a los túneles subterráneos del infame Arrecife del Diablo para viajar a quién sabe qué parajes escondidos de la razón. ¡Cuidado con su sugestiva mirada! Porque él es, fue y será, Rodhern Foldant del que Lesoj Dratom, Guardián de las Puertas del Limbo, escribió lo siguiente:
En las lejanas tierras de Neithel dicen que había un Mago Malvado que dominaba con su mirada a los propios hados del destino. Es cierto, yo le conocí. ¿Cómo olvidar esa mirada de acero, sus manos enguantadas de negro, su sonrisa torcida e irónica, su ceja partida, su tez cetrina, su armadura enlutada, su bastón de poder y su espada sin compasión? Esa maldita espada negra que me mató. Dicen que llegó a las tierras del sueño por su propio pie, y que avanzó en ella hasta crear su propio reino. Su ambición hizo que lo echaran de la Orden de Fuego y de la Orden Cardinal. Sí, craso error... de hecho, el último error de los Magos, pues sin control pudo hacerse con el resto de los elementos que controlaban las Ordenes Elementales y luego... luego sólo quedó él como Mago. Una a una fueron encerradas en su cetro todas las esencias de la vida, las Almas que unirían su poder.
Fue así como morí yo, empujándolo a través de la Puerta del Limbo de forma desesperada. Ahora, todos tememos que vuelva a Neithel, pues de vuelta en su mundo dicen que ha encontrado cierta Melodía "capaz de abrir puertas a otros mundos y por ventura a otros universos". Dicen que tan sólo espera que se presenten las condiciones idóneas para ello. Luego Todo habrá sido en vano. Volverá como prometió en los papeles que dejó como aviso postrero en sus ropas y que nosotros ignorábamos... ¡desdichados nosotros!
He de poseer el Alma Suprema, aquella resultante de las que han sido separadas. Aquella que me permitirá Unir lo imposible. Sólo una me queda ya, pero me es imposible de alcanzar, pues reside más allá de este mundo, uno que se rige por leyes diferentes y del que yo he sido exiliado. Los hombres son mortales, yo ni siquiera así lograría unirme con esa última Alma. He de forzar mi viaje. Seré proclamado el Enemigo de lo bueno. Seré pervertidor y corruptor. Las muertes que arrastra mi pasado se convertirán en ínfimas, pues ahora, Rodhern Foldant hará algo tan impío... que no les quedará otro remedio, me obligarán a pasar el arco de La Puerta del Limbo... Ese será su segundo (y último) error, pues regresaré con el Alma Suprema. Será entonces cuando obtenga Todo mi Poder, unido al fin... y terminaré mi trabajo.

Selina Frye

La granja de los Frye, Helmer y Selina, se encontraba situada al extremo este del barranco de Cold Spring, cerca de Dunwich de donde llegó el horror que Lovecraft describe de la siguiente manera: "La casa de los Frye se había hundido como si del cascarón de un huevo se tratase, y entre las ruinas no pudo encontrarse resto alguno vivo o muerto. Sólo un insoportable hedor y una viscosidad bituminosa. La familia Frye había sido por completo borrada de la faz de Dunwich." Pero, en realidad, Selina logró ponerse a salvo y huyó a la villa de Dunwich, donde pudo sobrellevar su viudez dignamente colocándose en el periódico Arkham Advertiser, como telefonista y, por una de esas casualidades de la vida, el redactor descubrió sus dotes para la traducción, convirtiéndose así en una estimada correctora de estilo. Poco a poco se fue abriendo camino y llegó a conseguir unos ahorros, que le permitieron abrir su elegante Bar Soirée Selina en Arkham, donde suelen exponer los artistas de LogiArte, pintores y escultores de la Logia.

Shantak

El Decano Bibliotecario de la Facultad de Literatura de la Universidad Miskatónica Lovecraftiana es conocido como Shantak, ya que afirma que Lovecraft le ha permitido adentrarse en mundos y dimensiones oníricas y fantásticas, que le han llevado a comprender que aquello que creemos que es la realidad no es tan cierto como parece. En su aspecto, no comparte con esas enormes criaturas llamadas pájaros shantaks, sus cabezas equinas, alas y grandes escamas incrustadas en todo el cuerpo. Los que trabajan a sus órdenes sonríen con sorna y complicidad por el parecido del bibliotecario con el shantak, en cuanto a su manera de actuar: Siempre oculto en su despacho, donde parece habitar como el shantak en las cavernas desoladas de inhóspitas montañas, especialmente el la Tierra de los Sueños. Siempre está dispuesto a echar una mano a los que buscan Libros Ominosos y con gran dedicación los lleva en volandas hasta las estanterías más recónditas, como algunos sirvientes de los Primigenios y de Dioses Exteriores que utilizan a los shantaks como monturas, aunque a veces acarrea a desafortunados jinetes hasta el vacío exterior de la Corte del poderoso Azathoth. Su nombre es Francis Morgan, profesor de Medicina y Anatomía Comparativa. Es profesor en excedencia, ya que su amor por los libros le llevó al cargo que hoy desempeña en colaboración con el Dr. Henry Armitage, íntimos amigos desde la gran hazaña realizada en Dunwich.

Sigmund Akeley

Miembro de la rama europea de la familia Akeley, combina su profesión de fotógrafo con el estudio del esoterismo, especialmente el de origen sumerio, caldeo y babilonio.
El descubrimiento de una copia del libro publicado a finales del siglo XIX Chaldean Magic (que cree firmemente que es una valiosa fuente de estudio para comprender a las criaturas del Necronomicón y del Nameless Cults) unido a la tendencia familiar a inmiscuirse en asuntos que deberían quedar relegados más allá de las interacciones humanas le ha llevado a un estudio más profundo de lo que se ha dado en denominar, en determinados círculos esotéricos, Mitos del Necronomicón. La sospecha de que este infame libro está en posesión de alguno de los miembros de la familia Akeley ha hecho que Sigmund realice largos viajes por el mundo visitando a familiares en países lejanos en busca del mencionado volumen.
Tras un periplo vital por diversas ciudades del mundo (incluyendo Innsmouth) regresó, profundamente cambiado, a su ciudad natal de Stregoicavar en compañía de una extraña mujer. Allí viven ambos casi recluidos en la finca familiar bajo la atenta mirada de sospecha de la población que comienza a relacionar a Akeley, y sus periódicos experimentos de óptica, con la desaparición y/o locura de ciudadanos de baja extracción. Uno de los afectados por esa extraña locura solo es capaz de gritar: ¡El humo en la arista!¡El humo en la arista!¡La bestia vive allí!

Titus Crow

Nació el 7 de agosto de 1899 en Horsham (Sussex), en el seno de una rica familia de comerciantes. Su infancia constituyó un prólogo a las múltiples contradicciones que marcarían una vida cargada de acción y colorido, teñida por la rebeldía, la búsqueda de lo extraordinario y una aguda sensación de soledad. Cuando contaba diez años de edad, su padre, Percy Harris Crow, pereció en el transcurso de un viaje de negocios hacia Southwold, pequeño pueblecito costero cercano a Londres. Aquel fue un terrible golpe para el niño, que profesaba una devoción sin igual hacia su padre. Su madre, Catherine, se ocupó desde entonces del cuidado y educación de su hijo, desempeñando tal labor de manera superprotectora y autoritaria. Titus se replegó en sí mismo, entregándose a los libros y a los largos paseos. El aislamiento de la mansión familiar potenció el suyo propio, y el único amigo que tuvo hasta los catorce años fue Winfield Scott Lewis, su mentor, un hombre de vasta cultura obsesionado con la Grecia y el Egipto antiguos, que imbuyó a Harold de un enorme interés por los tiempos pretéritos acorde con los principios del ya pasado romanticismo inglés. Gran apasionado de Wordsworth desde la adolescencia, quedaría tan impactado tras la lectura de su extenso poema El preludio, sobre "... las sofocantes y atestadas guaridas urbanas donde el corazón humano enferma", que, en lo sucesivo, procuraría hollar lo menos posible cualquier núcleo urbano. Cuando llegó a la Universidad de Temphill, situada en el Valle del Severn, el estudio se tornó en paseo para él, ya que gozaba de una cultura sensiblemente superior a la del resto de jóvenes licenciandos que por allí campaban. Fue un tiempo de apertura social en verdad refrescante y revelador para Titus, que hasta entonces se había relacionado con otras personas leyendo sobre ellas en los libros y poco más. Gran conversador e investigador admirable, pronto conseguiría entrar en el departamento de Historia Antigua como becario, para convertirse, unos años después, en el profesor titular más joven de la institución. Especializado en los oscuros albores de la civilización egipcia, iniciaría una estrecha relación epistolar con el antropólogo Laban Shrewsbury a partir de 1940, relación que se vería bruscamente cortada tras la desaparición de este último en el año 51. Actualmente, habiendo publicado numerosos artículos, más de una docena de ensayos históricos (uno de ellos, En torno a las ciudades perdidas –1947-, sería fuente de constantes ataques y descalificaciones, al defender la existencia de varios centros urbanos arcaicos y en principio legendarios como G´harne, Irem, o la siniestra Ciudad sin Nombre), y tras dirigir multitud de expediciones por el delta del Nilo y la zona de Egeo, disfruta de una merecida jubilación en la casa que le vio nacer, reorganizando la colección de notas y objetos que ha acumulado a lo largo de su dilatada existencia. ¿Qué oscuros secretos se ocultan tras su mirada oscura y penetrante? Sólo él lo sabe.

Tyndalos Noble Caballero, Doncel de Kingsport

Desde mi último Renacimiento, ese es el nombre que mis amados Cofrades han tenido a bien imponerme. Tyndalos surgió de algún ángulo hipergeométrico y desde entonces dejó abandonadas sus anteriores existencias, la más reciente en el País Asturiano, a orillas del Mar Cantábrico, una mera provincia acuática de ese Gran Atlántico que tantas costas baña, entre ellas las de Providence. Unidos por la misma masa oceánica, desde Nueva Inglaterra hasta Xixón/Gijón, el Maestro y yo, envuelto en mi última configuración, como Tyndalos de Kingsport, hemos ido advirtiendo a un reducido número de humanos a cerca de los temibles peligros que asolan el planeta. Peligros que proceden del interior del Océano, de lo profundo de la Tierra, de las elevadas Regiones Aéreas y cómo no, de lo más oculto de nuestra Alma, masa de miedos, amores y sueños que conecta intimamente con las otras regiones señaladas. Tyndalos vigila los ángulos y entierra piedras milenarias en Los Límites Absolutos con el fin de prevenir al mundo de toda la caterva de los invasores ultramateriales que amenazan con la Gran Desolación. Tyndalos cuida. Tyndalos escruta. Tyndalos nunca duerme. Tyndalos vive alerta y cuida de tus sueños. Tyndalos evoca terrores sobre el papel con la esperanza de que nunca se materialicen ni traspasen las fronteras que la Sagrada Geometría ha dejado establecidas desde los Tiempos Oscuros, aquellos en los que razas nobles y supremas cedieron el paso a abominables entes que ahora prefiero no evocar, y que desearía por siempre olvidar.

Ward Phillips III

Escritor de relatos para las llamadas revistas pulp y amigo de Randolph Carter, al que le hizo partícipe de su herencia lo que le granjeó la enemistad de sus familiares. Después de leido el polémico testamento, desapareció sin dejar rastro y algunos soñadores empedernidos dijeron que le vieron en Ennon, la tierra de los poetas en el País de los Sueños. En realidad, su residencia se encuentra en algún lugar de la Meseta de Leng, cerca del Yermo Frío, probablemente en el pueblo de Aira. Algunos afirman que es el propio H.P. Lovecraft, pero de hecho es simplemente una novelización del nombre, pues este Phillips de Aira nada tiene que ver con la familia materna de Lovecraft, aún así la familia de los Phillips tienen un rancio abolengo que va desde Ward Phillips, primer decano de la Universidad de Miskatonic, su biznieto el Reverendo Ward Phillips fue autor de Prodigios Taumatúrgicos en Nueva Canaan y pastor baptista de la segunda Iglesia de Arkham e incluso llegó a ser Bibliotecario de la Miskatonic. En esa misma línea, el Tercero de los Ward Phillips ostenta el cargo de Custodio de la Biblioteca Arcana a la que dedica una devoción casi amorosa desde las Profundadades del Sótano, donde se encuentran los manuscritos del ocultismo mercenario en Arcones Herméticos, ya que se ha impuesto como misión luchar a fuego y martillo contra la propagación de sectas malignas; por este motivo, las malas lenguas le llaman Martillo contra Secuaces Sectarios, pero en realidad este bibliotecario subalterno está altamente cualificado para impedir el acceso a los citados Arcones Herméticos, donde se ocultan todas aquellas aberraciones que impiden la libertad del individuo, el libre albedrío de las personas, como a él mismo suele decir.

Wolfgang Ferenczy

Vive en un pueblo olvidado llamado Puntalos, a las afueras de Celephaïs. A los pocos habitantes de esta región, no les gustan las visitas inesperadas, por este motivo matienen en secreto su emplazamiento, al que solamente se puede acceder en noches de luna llena y en unas condiciones tan especiales que únicamente las conocen unos pocos sectarios de Ctha-lu o Kutulu, el dios sumerio del Gran Abismo. La familia Ferenczy vivió durante siglos en una fortaleza de Halmagiu, una región de Transilvania. Las leyendas de las crueles depravaciones de esta familia, especialmente las de Faethor y Janos Ferenczy, aún hoy en día se pueden escuchar en toda la comarca e incluso muchos años después de que muriera el último de los Ferenczy y de que el castillo fuera abandonado. Cientos de años después, apareció un hombre que decía ser descendiente de la Oscura Familia y encabezó una nueva línea de barones que consiguieron una reputación tan infame como la del antiguo linaje. El último Barón Ferenczy tuvo que rendir cuentas a la justicia de Rumanía por todas sus fechorías, pero el Barón Negro, como las gentes sencillas conocían a este Ferenczy, desapareció sin dejar rastro, después de una enorme explosión que dejó la fortaleza familiar convertida en un montón de ruinas. A partir de ese momento, toda la región empezó a vivir en paz, pero nadie se creyó la historia de que el Barón Negro hubiera perdido la vida aplastado bajo los escombros e incluso muchos testigos afirmaron que consiguió huir hasta las costas del Mar Negro, donde le esperaba un barco que le llevaría hasta las costas más occidentales del Mediterráneo y muchos especularon con la posiblidad de que el Barón hiciera un pacto con el maligno dios sumerio Ctha-lu firmando con sangre y fuego en los Cilindros del Gran Abismo. En cualquier caso, el pacto se ha ido transmitiendo de generación en generación hasta llegar a la enigmática figura de Wolfgang, que suele susurrar a los oidos de unos pocos, que su nombre no es Rodolfo, sino Wolfgang, y que su apellido no es Alférez, sino Ferenczy, descendiente de rancio abolengo, de las legendarias tierras de Transilvania.

Zero

El místico y nunca nunca antes existido número. Las culturas grecolatinas nunca conocieron el misterio que siempre ha rodeado a este número. Llegó por la puerta abierta a un cosmos sin sentido, que vivía y se movía con el álgebra de la nada. Lo que no consiguió la filosofía pitagórica, lo consiguieron beduinos y bereberes con su Guerra Santa y el propio Abdul Alhazred escribe al dictado de los Antiguos sobre esa Monstruosidad Redonda que es el Ojo de Yog-Sothoth, el ojo terrible que mira al vacío del cosmos, pero que abre el Pórtico del Foro de Tentáculos. Yog-Sothoth es el Que Susurra en el Umbral, al que la fertilidad de Shub-Niggurath le dió dos hijos, Nug y Yeb, de los que nacieron todos los Ceros de los Números Místicos, así entroncando con el género humano, degenerando, llegamos a Zero, el Adalid de los Mensajes vacíos. No se puede mirar directamente al ojo de Yog-Sothoth, aunque se posea la llave del Foro, Zero mueve el espejo que permite que nuestros ojos franqueen el Pórtico. Con Zero es sencillo viajar y buscar la lejanía de enigmas precolombinos, ya que tiene su morada allende el Mar Meridional en el valle de Pnoth, donde viven los dholes, esos extraños seres enormes que reptan y hacen su madriguera entre las montañas de huesos. Puede que Zero sea uno de ellos.


Zeth Hijo Predilecto de Tonacatecuhtli y Tonacatecihuatl, Señor de Nuestra Subsistencia y Nuestra Señora de la Sabiduría, Virrey de las Tierras Altas, donde se oye el Dios Tolo

Hace una eternidad, existió en el mundo onírico un viajero experimentado, un simple mortal en su vida vigil, que sin embargo se interesó en la natural simetría, que existía alrededor de él, en el supernatural equilibrio, que bañaba su visión siempre que la reposaba en su entorno. Esto despertó su curiosidad y abrió su mente a los vulgares conocimientos humanos conocidos hasta ahora como ciencias exactas, sin embargo las grandes lagunas existentes en ellas lo llevaron a profundizar en textos cada vez mas ignominiosos para descubrir las razones y sinrazones de la última fibra del ser y del existir, del perfecto equilibrio y armonía de lo que sus pobres sentidos le comunicaban, pero con escasos resultados.
Sin embargo, sus mejores acercamientos al conocimiento neciamente deseado los encontró en las pocas y febriles horas que intentaba descansar, justo en ese instante de semiconciencia cuando se confunde el sueño con la realidad y antes de las devastadoras pesadillas que consumían los pocos minutos de antes de despertar. Fue después de uno de esos momentos que le fue revelada la existencia del mundo onírico, la existencia de mundos superiores a esos sueños estúpidos llenos de banalidad humana, y la existencia de puertas hacia esa esfera onírica en nuestro mundo, corroborando después sus efímeras visiones a través de las obras de varios artistas y científicos excéntricos, la mayoría de ellos olvidados, rechazados y considerados locos por la gentuza de mentes simples que los rodeaban, y encontrando a través de sus arduas pesquisas la manera de entrar de lleno en esas altas esferas de mundos alcanzables tan solo por unos pocos.
La nueva vía que encontró lo transportó al mundo onírico en donde llegó a ser un viajero experimentado y conocedor de las formas y costumbres de muchos de los pueblos existentes en el mundo onírico y cuyas aventuras lo llevaron hacia los vacíos exteriores fuera del mundo onírico y muy lejos del mundo vigil, donde descubrió, gracias a su necio deseo, una ínfima parte del horror cósmico que existe en esos lugares de inefable horror, ganando con esto la perdición y rotura de su mente y de su espíritu, pero también se hizo poseedor de conocimientos ancestrales y prohibidos, inalcanzables para la mayoría de los seres, aún de aquellos que habitan en el mundo onírico.
Pero estos conocimientos no están vedados al común porque sí, los Regentes Exteriores del mundo, el vigíl y el onírico, los Dioses Otros, temieron el poder del que se había apoderado un despreciable ser humano, sin embargo nada escapa al mensajero de los Dioses Otros, el abominable Nyarlathotep, y prontamente, y mas aún cuando el ser buscado está dañado en su esencia: la razón, fue capturado por sus sirvientes y llevado al frío y prehistórico monasterio de la Meseta de Leng, donde habita el Gran Sacerdote, que cubre su rostro con una máscara de seda amarilla, donde gracias a las grietas mentales y espirituales originadas en los vacíos exteriores, fue reducido a la calidad de títere para llevar a cabo los designios de los Dioses Otros sobre los mundos vigil y onírico.
Para adquirir el dominio total de ese mortal, fueron necesarios varios ritos, uno de los cuales fue el llevarlo hasta el altar de Azatoth donde se le hizo firmar con sangre el Libro de idéntico nombre. Por lo cual, adquirió el distintivo que ahora porta: Zeth.
Al pasar el tiempo el vínculo con los Dioses Otros y con su mensajero, Nyarlathotep, se fue debilitando y pudo tomar conciencia de sí mismo y recuperar parte de su humanidad. Gracias al servicio en el que fue empleado, pudo acceder a otros muchos lugares prohibidos para el común de los seres y descubrir la clave que podría llevarle a su libertad, la libertad mental y espiritual, la libertad eterna, ya que conoció la existencia de ciertas Cartas Mágicas referenciadas en tablillas y jeroglíficos extremadamente antiguos.
Encontró signos de la última localización de tales Cartas en los relativamente antiguos Manuscritos Pnakóticos y en los Siete Libros Crípticos de Hsan, iniciando así la búsqueda de lo que podría ser el olvido de el horror, la reconstrucción de su alma, la liberación de su ser...

 

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