El Horror en la Literatura
(Supernatural Horror in Literature)

H.P. Lovecraft, 1925-29

Cumbres Borrascosas, Wuthering Heights (1847) - Emily Brontë

Totalmente aparte como novela y como obra literaria de terror, se encuentra la famosa Cumbres Borrascosas (1847), de Emily Brontë, con sus enloquecedores paisajes —los páramos desolados de Yorkshire— y las vidas violentas y atormentadas que en ellos se desarrollan. Aunque se trata ante todo de un relato sobre la vida, y sobre las pasiones humanas en conflicto y agonía, su marco épicamente cósmico da cabida a un horror de lo más espiritual. Heathcliff, variante del héroe malvado byroniano, es un niño raro y huraño al que encuentran en la calle de pequeño; sólo habla una especie de extraño galimatías, y es adoptado por la familia a la que al final arruina. Se insinúa repetidamente que se trata de un espíritu diabólico, más que de un ser humano; pero lo irreal se hace aún más patente cuando el visitante se encuentra con el espectro lastimero de un niño en una ventana superior arañada por las ramas. Entre Heathcliff y Catherine Earshaw nace un vínculo más profundo y terrible que el amor humano. Después de la muerte de ella, él turba su sepultura dos veces, y es atormentado por una presencia implacable que no puede ser otra que la del espíritu de Catherine. Este espíritu se va introduciendo en su existencia cada vez más, hasta que finalmente adquiere la convicción de que muy pronto se unirán místicamente. Dice que siente acercarse un extraño cambio y deja de tomar alimento. Por las noches sale a pasear, o abre la ventana que tiene junto a la cama. Cuando muere, la lluvia bate las hojas de la ventana, aún abierta, y una extraña sonrisa inunda su rostro rígido. Le entierran en una sepultura junto al montículo que él ha visitado durante dieciocho años, y los pastorcillos dicen que aún pasea con su Catherine por el cementerio y por los páramos cuando llueve. Sus rostros se ven a veces, también, detrás de esa ventana superior de Wuthering Heights en las noches de lluvia. El misterioso terror de Emily Brontë no es un mero eco gótico, sino la tensa expresión de la reacción estremecida del hombre ante lo desconocido. En este sentido, Cumbres Borrascosas se convierte en símbolo de una transición literaria, y marca el crecimiento de una escuela nueva y más vigorosa.

 

La vuelta de la tuerca, The Turn of the Screw (1898 ) - Henry James

En La vuelta de la tuerca, Henry James vence suficientemente su inevitable pomposidad y prolijidad como para crear un verdadero ambiente de siniestra amenaza al describir el influjo espantoso de dos muertos malvados, Peter Quint y la institutriz Miss Jessel, sobre un niño y una niña que habían estado bajo sus cuidados. James es, quizá, demasiado difuso, demasiado untuosamente cortés y demasiado adicto a las sutilezas lingüísticas para darse cuenta plenamente del tremendo e insperable horror de sus situaciones; pero a pesar de todo eso, hay una ola rara y creciente de pavor que culmina con la muerte del pequeño, escena que le permite a la novela alcanzar un puesto permanente en su género.

 

 

 

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