La
Pintura en H.P. Lovecraft
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No
creo que tenga que explicarte a estas alturas por qué un
Fuseli nos hace estremecer mientras que la portada de un vulgar
cuento de fantasmas nos mueve a risa. Hay algo que esos artistas
captan - algo que trasciende a la propia vida - y que logran transmitirnos
por unos instantes. Doré poseía esa cualidad. Sime
la posee, y otro tanto puede decirse de Angarola de Chicago. Y
Pickman la poseía en un grado que jamás alcanzó
nadie ni, quiéralo el cielo alcanzará en lo sucesivo.
[...]
Sería
inútil tratar de describirte aquellos cuadros, pues el
más horroroso y diabólico horror, la más
increíble repulsión y hediondez moral se desprendían
de simples pinceladas imposibles de traducir en palabras. No había
nada en ellos de la técnica exótica característica
de Sidney Sime, nada de los paisajes
transplanetarios ni de los hongos lunares con los que Clark Ashton
Smith nos hiela la sangre. Los trasfondos eran en su mayoría
antiguos cementerios, bosques frondosos, arrecifes marinos, túneles
de ladrillo, antiguas estancias artesonadas o simples criptas
de mampostería. El camposanto de Copps Hill, apenas
a unas manzanas de la casa, era uno de sus escenarios favoritos.
El
Modelo de Pickman, H.P. Lovecraft
El
sueño que tuve sobre la Ciudad del Gato Negro fue realmente
muy fragmentario. Se trataba de una ciudad como labrada en piedra
y sus casas parecían estar colgadas en las paredes de unos
acantilados. Se parecían a algunas ciudades dibujadas por
Sime para ilustrar los relatos de Dunsany,
de hecho hay ciudades parecidas en España.
Selected
Letters, V. H.P. Lovecraft