jueves, 15 de febrero de 2018

"A 47 metros" (Johannes Roberts, 2017)

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Hay que salvar dos grandes pegas para disfrutarla: no tiene ni pies ni cabeza como se meten las protagonistas "en harina" y, una vez bajo el agua, hay que pasar por alto varios momentos inverosímiles. Quitando eso puede servir perfectamente como entretenimiento, dura lo justo, tiene un ritmo aceptable y seguro que es atractiva para los que les guste la tensión claustrofóbica y los relatos con tiburones. También decir que este tipo de películas de supervivencia a mí me suelen gustar, con lo que quizás mi opinión sea potencialmente más positiva que le que tenga cualquier otro espectador al que no le pase lo mismo.