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Hacia la digitalización de mis cómics (1)

Escrito por Peribáñez el martes, febrero 16, 2021 | martes, febrero 16, 2021

Antes que nada, quiero aclarar que no pretendo aquí hacer apología de la piratería. He comprado cómics durante 30 años y pretendo hacerlo durante otros tantos si la economía, el espacio y, sobre todo, mi interés, me lo permiten. En realidad se trata de una reflexión sobre el enfoque que quiero dar a mi colección en los próximos años como consecuencia de múltiples factores. 

ANTES, TODO ERA MÁS SENCILLO

Comencé a comprar cómics hacia finales de los años 80, si bien ya tenía mucho material de Vértice, Bruguera, Fórum y Zinco que había adquirido anteriormente mi hermano. Al principio compraba de forma esporádica y sin orden ni sentido, de modo que igual me llevaba un Batman que un Transformers. Con el paso del tiempo me acostumbré a visitar semanalmente el kiosco, a seguir fielmente una serie... aprendí conceptos como que la numeración española no coincidía con la original, que de una misma serie podía haber varios volúmenes o que existían unos retapados que recopilaban varios números por la mitad de precio. Diría que hacia mediados de los 90 me convertí en un lector de cómics hecho y derecho en el sentido de que conocía los personajes, cómo se publicaban las series y qué autores me gustaban.

Allá por 1998 comencé a seguir las series Los 4 Fantásticos, Capitán América, Iron Man, Thor, Los Vengadores que salieron con motivo de Héroes Return, que se sumaron a otros títulos, como Spiderman o Hulk, que compraba desde hacía años. Con esto, prácticamente seguía la mitad del Universo Marvel. Fue una buena época. Por entonces para leer, por ejemplo, Los Vengadores lo único que tenía que hacer era... leer Los Vengadores. Entre 1998 y 2005 salieron dos anuales, un par de especiales y una serie limitada, pero todo esto eran simples complementos a la serie principal, de modo que los podía haber ignorado sin importancia. Hubo un par de crossovers, pero del primero era suficiente con leer el número de Los Vengadores  Y sí, también es cierto que hubo números con el doble de páginas y, en consecuencia, con un precio mayor, pero se trataba de números simbólicos como el 1, el 12, el 25... En definitiva, seguir a este grupo de personajes era muy fácil. 

LUEGO, LA COSA SE COMPLICÓ

En 2011 el Universo Marvel se relanzó por enésima vez, esta vez con la etiqueta La Edad Heroica, que en cierto modo me recordó al espíritu de Héroes Return y, tal vez por ello, me subí al carro de Iron Man, Thor y Los Vengadores. Para explicarlo mejor, seguiré con el caso de los Vengadores. 

Al margen de la calidad de la serie, lo que me disgustó fue la sensación de que para seguir a este grupo de personajes era necesario comprar varios títulos. Ahora estaba Los Vengadores, sí, pero también Los Nuevos Vengadores, Vengadores Secretos, Academia VengadoresLos Vengadores: Las Guerras Asgardianas... Series, series y más series. Y cuando alguna vez pensaba en rellenar el hueco que había en mi colección me echaba para atrás encontrarme con que estaban Los Nuevos Vengadores, Los Poderosos Vengadores, Los Vengadores Oscuros... Si a todo esto añadía los eventos anuales (Civil War, etc.) y los especiales (el de los Illuminati, etc.) y puede que incluso otras series que no recuerdo, los Vengadores se habían convertido prácticamente en un universo propio. Ahora, la cosa ya no era tan fácil.

El problema se agravaba cuando leía los cómics. Primero, por la narración decompressive storytelling, que llevaba a que las historias se desarrollaban muy lentamente y era necesario comprar muchos números para leer una historia completa. Por ejemplo, en el primer número de Miedo Encarnado se mostraba el planeta Tierra cada vez más de cerca en varias viñetas... es algo que puede ser impactante en una película y que apenas supone unos segundos pero que en un comic cubre una página completa. Si un comic consta de 20-24 páginas, dedicar una a algo así me parece desperdiciar el espacio. 

Segundo, por la sensación de que si una historia era interesante, como Las Guerras Asgardianas, en lugar de publicarla en la serie Los Vengadores se editaba en un título propio. Esto es algo que se repetiría en otras ocasiones, como cuando Rondador Nocturno podía haber vuelto en Lobezno y la Patrulla-X de Jason Aaron, pero... no, lo hizo en un nuevo título (La Asombrosa Patrulla-X) con guiones del mismo autor. ¿Por qué lanzar una nueva serie para contar algo... si ya hay una serie en curso en la que perfectamente se puede hacer? Con esto, lo que se consigue es vaciar de contenido la serie principal y quitarle relevancia.

Tercero, que no había una estabilidad en el número de páginas, lo que llevaba a una inestabilidad en el precio. Los dos primeros números de Los Vengadores costaban 2,9 euros, los siguientes 2,5, luego venía uno de 1,95, uno de 3,5... En solo 12 números me encontraba con cuatro precios distintos. A mí me daba igual; podía pagarlo. Pero me pongo en el lugar de un chaval que solo tuviera, supongamos, 10 euros al mes y que estos vaivenes le rompieran el presupuesto. 

Cuarto, que esa falta de estabilidad en el número de páginas venían por cosas como "la historia oral", el número 12.1, un anual... Porque era fundamental relatar en prosa el origen de Los Vengadores. Porque después del número 12 no va el 13, sino el 12.1, el cual introduce una historia que, por supuesto, no se publicará en esta serie, sino en otra (La era de Ultrón). Porque una subtrama no se puede resolver en esta serie, sino en un anual. En parte, es comprensible: si hacen falta seis números para contar una historia, con doce al año solo se cuentan dos, así es que hay sacar muchos más cómics. 

Quinto, que con Los Vengadores no era suficiente, que también hacía falta Los Nuevos Vengadores. Que en principio eran independientes, que podía leer una y omitir la otra... hasta que algún día el guionista cruzaba tramas y me sentía irremediablemente perdido. 

Y sexto, que si acontecía un evento, como Miedo Encarnado, la serie pausaba sus propias tramas y se volcaba en dicha historia durante varios meses pero, al mismo tiempo, sin poder desarrollar dicho evento. Así es como durante cinco números los personajes se dedicaban, simplemente, a hablar. 

Yo solo quería leer Los Vengadores, como hacía en 1998, y me encontraba con números que apenas contaban nada, con rellenos innecesarios, con historias que me llevaban a otros cómics, con historias interesantes que se contaban fuera de la serie regular... 

LA PASTA GANSA

En 1998 compré los doce primeros números de Los Vengadores por 18 euros, lo que en 2011 equivaldría a 26,08 teniendo en cuenta la actualización del IPC. Ese año el mismo número de cómics me costó 32,45, o sea, unos seis más. 

En 1998 solo tenía que comprar una serie. En 2011, debía comprar también Los Nuevos Vengadores si quería entenderlo todo. Personalmente, no la seguí, pero aún así voy a echar cuentas: los doce primeros números costaban 29,9 euros, por lo que el lector que compró los dos títulos del grupo se gastó más de 60 euros. Y si a esto añadiéramos la miniserie Las Guerras Asgardianas, habría que sumar 10,85 euros más. 

En definitiva, con el dinero que costaría leer las aventuras de los Vengadores allá por 2011, antes daba para TRES años. Ahí es nada. 

EL ESPACIO

Hasta aquí me he centrado en mi frustración como lector y como comprador, pero ¿y qué hay del espacio? ¿Acaso es lo mismo acumular 12 números al año... que 30? Cuando este sistema se mantiene un año más y otro y otro... es inevitable que la propia colección te dice "ya basta". Si antes en media caja del IKEA me cabía toda la colección de Los Vengadores y derivados que se publicaron entre 1998 y 2005, ahora me hace falta otra caja. Y puede que alguna más. Porque no es una serie. Son dos. O tres. Y no siempre son de 24 páginas, a veces son de 32. O de 48. 

Cuando llegas al extremo de tener colecciones en el suelo o en una mesa porque no caben en las cajas o en la estantería, tal vez debes plantearte hacer un cambio. 

Continuará...

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