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| Esperanza es la palabra, una esperanza truncada. | |
Antes de ponerme a la labor, debo comentar que odio el trabajo de Austen en Patrulla-X hasta ahora, las razones las pondré después del repaso que voy a dar de lo que ha escrito hasta ahora en la colección.
Comentar que antes de Austen estuvo Joe Casey, un guionista realmente correcto (solo hay que leer sus muy buenos Wildcats) que no estuvo muy inspirado con los mutantes, pero que tampoco fue malo, sin embargo, muchos le pusieron a parir. Quién iba a decir que, en comparación con lo que vendría después, su etapa iba a ser bastante buena.
Pues bien, Austen empezó con muy buen pie (no, aquí aun no he empezado con los sarcasmos, en serio) con la saga Esperanza. Y es que prometía, oigan, con la incursión de Sammy, el chico pez, que era interesante. Es la típica historia del mutante marginado sin poderes, que esta vez pretende acabar con todo. Son fantásticas las escenas donde Xavier habla con la familia para que ingrese en la escuela. Recuerda un poco a la aparición de Kitty, pero vaya, es lo de menos, la caracterización de Charles es correcta. Luego vemos que los X-men (un equipo compuesto por Rondador, Monet, Stacy, Angel y el omnipresente Lobezno) se dirigen hacia una localización donde han sido llamados por un desconocido que al final resulta ser el Juggernaut. El aterrizaje hacia el lugar (una isla con un castillo) resulta ser un tanto accidental y algunos quedan heridos. Resulta que Cain Marko había llamado a los X-men para que contuvieran a Tom el Negro, cuyo poder se estaba alterando demasiado y se estaba volviendo demasiado poderoso. Todos quedan en peligro, atrapados por las lianas de éste, que además absorvían la vitalidad de los cautivos. Mientras tanto, descubrimos que Alex está en un hospital, donde le cuida una enfermera, madre soltera llamada Annie. Cuando ella descubre que él es uno de los miembros de X-men, decide llamar para que se lo lleven. Annie, se ha enamorado de Alex, a pesar de que está en coma, por lo que decide hacerse enfermera de la escuela para seguir cuidándolo. En la isla, Stacy consigue llegar hasta Tom y lo contiene mientras Bobby Drake congela sus ramas, pudiendo así liberar a todos. Lo curioso es que... Ángel pierde el color azul (¿?), sin más y vemos que Stacy está coladita por éste. Al escapar de la isla, los recoge Xavier, Sammy consigue salvar a Juggernaut, que se cae al agua y después decide ser miembro de los X-men. Pues bien, esta saga es la mejor de Austen, que no es mucho decir, la verdad. Y tenía un regusto a clásico modernizado que era del agrado de muchos. Por no hablar de personajes nuevos como Annie y Sammy, la recuperación de Alex en los X-men y la incursión de un villano como es el Juggernaut. Todo pintaba bastante bien. Garney hace un trabajo correcto.
Pues bien, después vendría uno de esos números de transición, para tomarse un respiro, vaya. Donde vemos a Annie intentando adaptarse a la escuela y descubrimos que teme a los mutantes y su hijo es uno de ellos. Para colmo, también vemos una pelea entre Stacy y Paige porque ambas están por Warren, resulta un tanto curiosa, aunque es una pena que en ese momento no supieramos que iba a ser el modo de escribir de este guionista, hacer a chicas más salidas que el pitorro de un botijo y soltando brillanteces como "vete a menear en la cara de otro esas ubres que llevas sueltas" iba a ser el pan de cada día. Pero en ese momento podría decirse que estaba justificado, al fin y al cabo son dos adolescentes, aunque en ese momento muchos empezamos a odiar a Stacy. Pues bien, de eso va, de relaciones personales, un número correcto, sin más.
Y ahora viene la incursión de Estrella del Norte al grupo, empezando con una discusión de éste con Xavier que considero bien tratada. Después tenemos a Estrella intentando salvar a un niño con un poder mutante descontrolado que hace que explote literalmente a cada momento. No es mal número, es un poco emotivo incluso, con Estrella haciendo todo lo posible para salvarlo y al final sin conseguirlo. Mención especial a que Stacy muda de piel, curioso porque no se vuelve a mencionar en ningún otro número, y es que Austen tiende a olvidar lo que escribe.
Ahora viene un número muy olvidable, el primero de los penosos de Austen, OTRO número más de transición. Este resulta un tanto aburrido y poco reseñable. Para empezar, vemos a un Bobby Drake dándoselas de enterado, metiéndose con Ángel, y lo peor de todo es que éste no sabe responderle. Pero bueno, luego viene la mutante "cebra" (la llamo así porque no tiene nombre en todo el número y su única especialidad es tener un par de melones enormes y rayas blancas en su piel azul). Esta resulta ser mucho peor que Stacy en el sentido de calentorra, toda una chica made in Austen, desde luego. Kurt tiene una pequeña crisis de fe, sin venir a cuento. Descubrimos que Bobby sufre una mutación secundaria bastante extraña. Ah... y éste gusta a Estrella... vale... Pues bien, Bobby se enrolla con la "chica cebra" y descubrimos que ésta tiene como noviete a una especie de Clayface (un villano de Batman) que vapulea todo lo que quiere y más al hombre de hielo, que no se defiende de ningún modo. Por suerte, llega Estrella al rescate y... parte en dos al supuesto villano (que no lo es, porque su único problema es tener una implantación de cuernos bastante grande). Después de todo esto Estrella le dice a Annie que quiere olvidarse de Bobby... y digo yo... ¿qué acabo de leer? Un número que sería la tónica a seguir a partir de ahora.
Pues bien, por ahora tenemos una saga decente. Un par de números de transición correctos y un número realmente horripilante. Ya pasó la buena etapa de Austen. Aunque cueste de creer.
Continúa en el artículo: "Vivir en una mansión" y "Especies Dominantes".
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