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Por primera vez, el recinto elegido era idóneo: Pabellón de Convenciones de la Casa de Campo. Sí, el nombre puede no decir nada, pero el ver que finalmente se celebraba en un lugar de verdad, pues le hacia ganar puntos.
Dicho recinto estaba dividido en tres partes: La primera, desde la entrada a algo más de la mitad del recinto, con los stands de las diferentes tiendas y editoriales. Algunos stands eran monstruosos (por el tamaño), otros más recogiditos, otros no sabias muy bien que hacian ahí, pero estaban bien organizados. Se podía pasear con una relativa tranquilidad (aunque por el sábado por la tarde era algo complicado dado que se lleno de gente).
La segunda parte, que iba desde los stands hasta el final del recinto, estaba situado el escenario donde se celebraban las diferentes charlas, presentaciones y firmas de autores. Había sillas para sentarse y todo. También había unas mesas para las diferentes partidas de rol y esas cosas. Las exposiciones estaban en la parte superior, un balcón que rodeaba casi todo el recinto.
Nada más llegar, y después del pertinente recorrido por los stands, nos paramos a presenciar la presentación de novedades de Aleta. Estas cosas siempre son destacables de ver, aunque solo sea por esperar al turno de preguntas de los allí reunidos para preguntarle a Xavi porque en la edición española Savage Dragon no tenia pelos en las portadas. Cuando todo el mundo sabe que se hace así para adaptarlo a los tiempos que corren, donde se llevan los metrosexuales y no los machos velludos.
Después de esto, una vuelta por las exposiciones, donde pudimos comprobar que a Neal Adams hay que perdonarle su putafobia y demás excentricidades por su gran calidad como dibujante. También destacable fue la de Stan Sakai con sus bonitos conejos.
Pero volvamos de nuevo al escenario. Tocaba charla sobre el manga (sobre la segunda explosión del manga más concretamente). No teníamos mucha intención de quedarnos cuando nos enteramos de que ÉL iba a estar. El gran Jaime Rodríguez. Sí, ese que trabaja en Planeta y al que extrañamente mucha gente (especialmente los de la Dolmen) le tiene manía. No se muy bien la causa, porque ese tío es un crack. No solo toreo con dignidad preguntas complicadas sobre las ediciones de manga que realiza Planeta, sino que se enfrento en un combate dialéctico contra otro de los contertulios allí presentes, Coco, sobre el apasionante tema de ver quien la tiene más grande (la lista de clientes, mal pensados). Fueron momentos memorables. En teoría había dos contertulios más, pero el poder fáctico de Jaime y Coco los hicieron pasar a un tercer plano (como al pobre moderador, que se vio desbordado por la situación).
El plato fuerte llego por la tarde, con la presentación en sociedad de Panini, esa editorial de cromos que iba a ser la encargada de publicar los comics de Marvel a partir del mes siguiente. Había una sensación un tanto extraña, como si de repente se fueran a apagar las luces y solo enfocara un gran círculo de papel por el que irían pasando los jefes de Panini, en el que se colaría Viturtia, como en cierto capítulo de los Simpson (sí, ese en el que Marge compra una franquicia).
La presentación en sí fue algo aburrida, para que lo vamos a negar. Que si los precios eran muy caros, que si iban a reducir la distancia de publicación a unos seis meses, que los tomos 100% siempre costarían 10€, que nada de juntar dos series en una misma colección… vamos, nada que no hayan incumplido, ¿Verdad?
No fue hasta el turno de preguntas cuando la cosa mejoro un poco. Aunque solo por el tremendo deja vú que dejaban las preguntas, pues la mayoría eran idénticas (“que pasara con los números inéditos de –inserte aquí una serie—“) o impopulares (porque vamos, preguntar por el Kent Parker cuando todo el mundo estaba pendiente de sus “preciadas” colecciones Marvel era provocar). Hablaron de manga, pero no se presto mucha atención.
Lo gracioso fue que poco antes de la presentación, se repartió a los allí congregados un ejemplar gratuito de la Panini Comics News. Yo iba a comprarlo, pero en los stands que preguntamos se habían agotados (ya se sabe, el morbo vende), por lo que el regalo se agradeció. Claro, que a Errol no le agrado mucho pues el había comprado antes el último número que quedaba en el stand de Astro City. Desde entonces, al mencionarle algo sobre esa "revista" hace que se le hinche la vena del cuello y sus ojos se inyecten en sangre.
En definitiva, el mejor Expocomic al que he asistido. Esperemos que se superen este año.
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