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Según cuentan, Galicia es tierra de meigas, o brujas, en gallego. Y que aunque no se crea en ellas, haberlas, hailas...Pero yo me pregunto: ¿es un bosque mágico el hogar de una meiga, o es en sí una bruja gallega?
Hace muchísimos años, Wenceslao Fernández Flórez escribió todo un clásico con un nombre lleno de encanto: El Bosque Animado. Dicha fábula quiso ser adaptada por Walt Disney, que habló con el autor, resultando en vano toda negociación. En el año 1987, José Luis Cuerda llevó a la gran pantalla esta magnífica historia, pero se le quedaba corta...No podría hacer hablar a los animales en una cinta de imagen real. Diez años más tarde, se comienza el proyecto de una nueva versión animada, que vería su primera proyección pública el día 3 de agosto. Una versión cargada de emoción, ternura, humor y situación dramática. En definitiva, un canto a la ecología y una crítica feroz a la sinrazón humana. Algo que, desgraciadamente, no ha variado con el paso de los años. La sensibilidad del argumento, su profundidad sencilla y sus reflexiones, así como la magnífica animación, hacen de El Bosque Animado una obra maestra del cine de animación. Y salí del cine pletórico, en las dos ocasiones que vi la película.
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