Una de las cosas que más echo de menos en los cómics es la labor educativa, a través de magníficas obras que hacían la Historia más amena y divertida, permitiendo profundizar en el conocimiento adquirido. Hace unos días disfrutaba de la vida de Carlos I de España y V de Alemania, magníficamente ilustrado por Antonio Hernández Palacios. Innegable la labor educativa de El Capitán Trueno, el Guerrero del Antifaz o El Jabato, independientemente de las ideas sociopolíticas impuestas por la dictadura franquista y la censura, burlada sutilmente. Hoy por hoy, pocos tebeos sirven para enseñar, pues su labor se limita a entretenernos o hacernos reír. Me parece muy triste que no se den cuenta de la labor de la lectura, a través de largos textos sin ilustraciones o a través de historias contadas en tebeos. es triste que no se fomente más la lectura, pero eso es harina de otro costal, y tema de otros blogs.