La victoria tiene un alto precio
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Sinopsis | Un entrenador de la liga universitaria americana de baloncesto, cuyos tiempos de éxitos ya han pasado, sufre varios años seguidos de malos resultados. Cuando trata de reforzar su equipo consiguiendo a los mejores jugadores jóvenes del país descubre hasta qué punto están implantados los sobornos para captar jugadores, y se replantea su propia negativa inicial a romper las reglas.
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Crítica | Puntuación del crítico: 7 | No es que sea magistral, ni mucho menos, pero se coloca fácilmente como mi película de basket preferida. Un tema adulto (o que por lo menos no es el clásico "camino de autosuperación constante para acabar ganando el trofeo en un emocionante final"), un guion no totalmente deficiente (con cosas chulas, personajes creíbles, etc) y un par de buenos actores (en este caso Nick Nolte y Mary McDonnell) es todo lo que se necesitaba.
Lastima de final, la verdad. Porque ahí sí se recurre a lo más fácil, e igual de bobalicón resulta exagerar un partido de baloncesto para conseguir el final feliz que exagerar cualquier otra cosa (en este caso es una rueda de prensa en la que Nick Nolte arremete contra los causantes de todo el tinglado, sin excluirse a sí mismo, y acaba expiando todos sus pecados mediante la confesión).
La peli no es Match point ni Ron Shelton es Woody Allen, y eso se nota en cosas como que la evolución de los personajes pueda ir un poquito a saltos, pero de todas formas en general está bien planteada. El entrenador de difícil carácter cuya gloria ha pasado pero cuyo espíritu se mantiene, la chica "inocente" que se usa como contrapunto de todo lo impuro que hay en ese mundillo, los jugadores con el punto justo de inmoralidad para aceptar sobornos, los secundarios adecuados (está bien que apenas se hable de tíos como el periodista o el jugador que se vendió, pero aun así estén bien descritos...)
Hay incluso (en medio del tono moralizante de la peli, que a veces se sale un poco de madre) un par de momentos serios, como esa escena (tan esperpéntica pero tan lógica) en la que Penny pregunta si su madre conservará el trabajo en caso de que él se vaya, o esa otra en que Nick Nolte reflexiona acerca de por qué es algo "malo" que unos chicos jueguen al máximo de sus capacidades y no consigan ganar.
Falla, como digo, un poco al final, pero se puede perdonar. Se hubiera podido plasmar mucho mejor la intrascendencia del partido definitivo (¿qué necesidad había de un final emocionante con Shaq a cámara lenta machacando?), pero ésa es una de las cosas que siempre parecen imposiciones para asegurar público, etc. Y de todos modos hay que agradecer que la película cuente con tantos personajes reales, no solo a nivel de jugadores si no también de cameos, como los de Larry Bird, Pitino, Dick Vitale, etc.
Una digna película que supone la cima de la carrera de Ron Shelton, habitualmente tan mediocre (aunque se trata de todo un especialista, porque yo creo que casi todas "sus" películas tratan acerca de deportes...)
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