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Hellboy es un personaje de cómic americano creado por Mike Mignola en 1994 cuyas aventuras sigue narrando en historias de diferente extensión y que recientemente ha sido llevado a la gran pantalla por el mejicano Guillermo Del Toro en lo que parece que será la primera parte de una triología. Este artículo hace un repaso de la figura de Mike Mignola, de su obra más personal y de la adaptación fílmica de esta.
MIKE MIGNOLA Cuando era un niño le gustaban las películas de monstruos de la Universal, los cuentos de terror llenos de folklore exótico, los comics de Jack Kirby con monstruos gigantes, las novelas de H.P. Lovecraft con extrañas criaturas de aspecto pulposo y sobre todo le gustaba dibujar monstruos, decidió hacerse dibujante de cómic por la sencilla razón de que era el único trabajo que conocía en el cuál podía ganarse la vida haciéndolo. En el mercado americano lo más habitual es que las editoriales sean las propietarias de los derechos de los personajes, casi siempre superhéroes, y que contraten a varios autores para encargarse del guión, el dibujo a lápiz, el acabado en tinta china y el color, Mignola inicio su carrera a principios de los años 80 y durante más de una década trabajo para las dos grandes editoriales americanas como dibujante. Su estilo de dibujo se caracterizo desde un primer momento por su sabio uso de las masas de negro para reforzar la composición de las imágenes, la progresiva eliminación de detalles innecesarios y por un cierto toque gótico que no acababa de encajar con los comics de superhéroes que dibujaba, esto hizo que nunca llegase a triunfar a pesar de ser un autor muy influyente y apreciado por los demás autores y la crítica. Por suerte con los años consiguió hacerse un hueco en el mercado y encontró proyectos más adecuados a su estilo y gustos, entre ellos la adaptación al cómic del Drácula de Francis Ford Coppola. A principios de los 90 el mercado americano vivió una revolución que provocó la fundación de varias iniciativas editoriales destinadas a la publicación de personajes propiedad de sus autores, una de ellos era el sello Legend auspiciado por la editorial independiente Dark Horse y en el cual algunos de los mejores autores publicaron sus obras, entre ellos Mignola.
HELLBOY: EL CÓMIC Hellboy es un demonio traído a la tierra accidentalmente por un experimento nazi en los años cuarenta que fue criado por un estudioso de lo oculto en las instalaciones de una organización secreta del gobierno americano dedicada a combatir amenazas sobrenaturales. Cuando creció se puso al servicio de esta organización como agente de campo y se dedica a viajar por el mundo investigando fenómenos paranormales y monstruos relacionados con leyendas, mitología y folklore de las más inhóspitas regiones del mundo. Las historias de Hellboy van de las ocho páginas hasta más de cien y se desarrollan en la segunda mitad del siglo veinte, en la mayor parte Mignola es responsable del guión, el dibujo y el acabado a tinta.
La mayoría de las historias cortas de Hellboy suelen estar basadas en alguna leyenda sacada de la amplía biblioteca de Mignola dedicada al folklore y no pasan de ser casos puntuales de este investigador de lo oculto con aspecto de demonio. Es en las historias largas donde los argumentos pueden desarrollarse mejor y abarcar más temas a la vez que se narran acontecimientos de más trascendencia para el personaje. El dibujo de Mignola aporta por si solo una ambientación de terror gótico soberbia muy bien reforzada por el interesante trabajo de documentación. Mignola consigue un pastiche sorprendentemente coherente donde tienen cabida nazis, monstruos extradimensionales al estilo de Lovecraft, vampiros, demonios y cualquier criatura que exista en la mitología de algún rincón olvidado del mundo, incluso hay una breve aparición de extraterrestres. El problema de los cómics de Hellboy viene de la inexperiencia de Mignola como autor completo, ya que a diferencia de casi todos los otros miembros de Legend no había tenido una carrera como guionista y dibujante trabajando para las grandes editoriales americanas. Esto le llevo a solicitar la colaboración de Jhon Byrne, amigo y compañero de sello editorial, para que le escribiese los diálogos de su primera historia larga. Mignola consigue alcanzar un nivel mínimo en sus inicios que hace que las historias de Hellboy sean entretenidas y eso junto con el gran nivel alcanzado en el dibujo y la soberbia ambientación lo hacen un producto más que digno, sin embargo no acaba de quedar claro si se trata de un cómic de terror o uno de aventuras con una ambientación terrorífica y acaba en tierra de nadie. La ambientación, el trasfondo argumental y el dibujo podrían ser usados para conseguir unas historias realmente aterradoras, pero a las historias les falta el suspense y el misterio necesario para ello y no encajan con la resolución de las historias que casi siempre acaban con Hellboy pegándole al bicho de turno con su puño de piedra. Por otro lado las historias y los personajes carecen del ritmo y carisma necesarios para hacer una buena serie de acción y aventuras en donde el terror no sea más que un ambiente de fondo o una mera excusa argumental. Otro aspecto negativo es la falta de personalidad de todos los personajes de la serie, tan solo Hellboy parece tener un mínimo de desarrollo y se antoja a todas luces insuficiente para la cantidad de páginas que ya se han dedicado a sus aventuras, si a esto le unimos que los dibujos de Mignola apenas aportan expresividad a estos personajes, tenemos uno de los puntos más flacos de la serie. Argumentalmente las historias largas presentan ideas muy interesantes pero con un desarrollo algo pobre y en donde el desarrollo de subtramas se limita al destino del protagonista, tema al que no se deja de dar vueltas sin avanzarlo en exceso ni sabiendo crear un suspense interesante. Por suerte a lo largo de los años el autor ha ido puliendo estos fallos y las historias están cada vez mejor contadas.
El estilo de dibujo de Mignola a continuado evolucionando constantemente en Hellboy, su habilidad a la hora de diseñar las imágenes y dirigir la mirada del lector gracias a su increíble habilidad con la composición y el contraste de masas de negro no ha parado de crecer y actualmente esta entre los mejores de la historia del cómic americano en ese aspecto. Según a declarado está es la parte del dibujo que más le interesa, por ello la progresiva simplificación del acabado ha derivado en una dejadez difícilmente justificable dada la escasa cantidad de material que produce. Aunque Mignola es conocido por ser un dibujante con un apabullante dominio del blanco y negro su trabajo en Hellboy se ha caracterizado desde el primer momento por el sabio uso del color como elemento narrativo que refuerza la ya de por si sólida composición de las imágenes.
HELLBOY: LA PELÍCULA La considerable mejora de los efectos especiales, la sequía de ideas tan característica de Hollywood y el agotamiento del interés del espectador hacia las películas de acción y aventuras convencionales han propiciado la actual ola de adaptaciones de personajes de cómic. Hellboy se ha aprovechado de está tendencia a pesar de no ser un superhéroe al uso y su particular aspecto gráfico se ha podido llevar a la pantalla gracias a la tecnología actual de una forma fidedigna que hace unos años hubiese sido imposible.
Guillermo del Toro es uno de los muchos directores aficionados a los comics que han ido apareciendo a lo largo de la última década, además de Hellboy ha dirigido Cronos, Mímic, El espinazo del Diablo y Blade 2. Como fan de Mike Mignola, Hellboy era un proyecto que llevaba acariciando desde hacía algún tiempo y que gracias al éxito de Blade 2, película en la que contó con Mignola como asesor creativo, pudo poner en marcha antes de lo que esperaba. Tras esta película está preparando la adaptación de un relato de H.P. Lovecraft y después se embarcara en la segunda parte de lo que, si todo sigue funcionando a nivel económico, será una trilogía.
La película tiene la gran virtud de lograr trasladar a la pantalla intactas casi todas las virtudes del cómic y de paso compensa casi todas sus carencias. Del Toro y su equipo tienen claro lo que están contando, una película de acción y aventuras con un trasfondo de terror. El aspecto que más mejora respecto al original es el de los personajes que en su paso a la pantalla consiguen personalidades definidas y diferenciadas que los hacen mucho más interesantes y carismáticos. Es destacable la incorporación del personaje del agente Myers, que al ser un recién llegado a la organización para la que trabaja Hellboy sirve de perfecto vehículo para presentarle al espectador todos los aspectos del mundo en donde se mueve el protagonista, también son buenas aportaciones la historia de amor, con todas las situaciones que comporta, y el humor que va de lo más cafre a lo más entrañable sin que chirríe en ningún momento. El único punto débil de la película se halla en su trama principal, los villanos son una mera excusa argumental sin personalidad y las motivaciones que hay tras sus objetivos están muy poco desarrolladas, a lo largo de la película este defecto es bastante perdonable gracias al excelente ritmo de la historia y los carismáticos protagonistas, pero en el clímax supone un problema importante al no conseguirse el dramatismo necesario y dejar la historia un tanto coja de sentido. En parte el problema viene de que cuando se hizo la película no se sabía si sería una historia autoconclusiva o el inicio de una trilogía, motivo por el cual algunas cosas se quedan demasiado en el aire para ser algo cerrado y al mismo tiempo se enfrenta a Hellboy con su destino demasiado pronto para ser una historia más larga.
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