Puntuación del crítico: 9 | Los que disfrutamos especialmente de los Opeth mas melodicos, siempre con el contraste que supone con la brutalidad de su musica, agradecimos como agua de mayo este Damnation, que apareció poco despues de Deliverance (02). La idea inicial era que ambos discos fueran uno solo, peor definitivamente los dividieron. Para éste dejaron su faceta mas cristalina y progresiva, bebiendo de muchas fuentes, pero mostrando una elegancia y clase sin igual. Ayuda a ello la fabulosa produccion de Steve Wilson (otra vez) de Porcupine Tree, quien ademas ayuda y enriquece esta obra con voces y teclados. Abre el disco "Windowpane", con ese ritmo con contratiempos, una hermosa melodia de voz de Mikael, y la sinuosa presencia del mellotron, creando un ambiente enigmatico y mágico. Especialmente destacable el pasaje intermedio que, tras un cambio melodico de reminiscencias orientales, con un gran trabajo de la batería, nos regala un hermosisimo solo de guitarra, que enlaza con el riff principal, para asi cerrar este maravilloso tema. "In my time of need", sorprende desde el primer momento por la manera de cantar de Åkerfeldt, monosilabica, por la cristalinidad de sus guitarras, y por su estribillo cargado de feeling. Dos canciones y el lider de Opeth se mueve como pez en el agua en su nueva faceta de cantante sin necesidad de usar su ya mas que famosa voz gutural. "Death Whispered A Lullaby" es tal vez de las menos destacables, aunque eso no signifique que no rebose calidad en composicion y ejecución. Sin embargo, "Closure" eleva a Opeth a un nivel realmente estratosferico. Desde su comienzo enigmatico con la guitarra de 12 cuerdas, esa onirica voz como en off, y ese riff acustico que te imaginas como quedaria si el tema fuera de Deliverance en vez de Damnation... todo encaja, convirtiendolo en una pieza unica, apoyada por los teclados de Wilson, que crean un ambiente opresivo y oscuro. Tambien importante es el despliegue percusivo de Martin Lopez. Y tras un radical corte, nos sumergen en otra de las piezas mas hermosas de Damnation, la suave y delicada "Hope Leves", donde mellotron y guitarra se hermanan para dar lugar a momentos de extrema belleza. E igual de inspirada es "Ride the disease", que sigue con el inteligente uso de guitarras limpias y teclados que enfatizan determinados momentos, sobre todo en ese estribillo que pone los pelos de punta. Contiene ademas uno de mis momentos Opeth por excelencia, el solo de guitarra, al que le sigue a modo de waltz una bellisima parte que te invita a cerrar los ojos y dejar que te lleven donde estos suecos le plazca. Continua la instrumental "Ending Credits", un tema bastante mas standard que el resto, de una simpleza significativa, y bastante optimista si la comparamos con el resto. La final "Weakness" convierte a Wilson en protagonista, merced a sus teclados inquietantes, y nos invita a abandonar el disco con una sonrisa en la cara, agradeciendo a los nórdicos su personal visión de la musica.
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