LA BOCA DE MAMA
DASH SHAW
P.V.P.:
13 €
PÁGS:
132
Gustar, disfrutar, pasarlo bien, no son expresiones que uno asociaría directamente con la obra de Dash Shaw. El autor retrata la ternura, y también la pena, incluso el amor y la pérdida, de forma maravillosa, pero lo suyo no es un “barrelful of laughs”, que dicen los ingleses. Risitas, pocas, aquí. Y no pasa nada. Hay un sitio para cada cosa, y quizás el humor no debería estar en todas partes. Especialmente, perdonen la digresión, sobre un escenario en el que hay cuatro tíos con guitarras y tambores. La historia de La boca de la mamá es la siguiente: Virginia, una mujer joven y no especialmente atractiva, aunque harto sensible, viaja al New Orleans pre-Katrina para visitar a su madre, gravemente enferma. Allí conoce a Dick, un músico con parecido nivel de autoestima (“Siempre he creído que tengo pinta de caballo enfermo”), y junto a él reconstruye algunas escenas de su pasado para intentar ensamblar las piezas rotas. Parte de ese pasado es el novio infantil de Virginia, Richard. El niño falleció trágicamente en manos de un psiquiatra cuando éste trataba de provocarle un “renacimiento” envolviéndolo en mantas y asfixiándolo. Richard, se intuye por algunas escenas, también sufría abusos físicos por parte de su madre alcohólica. La madre de Virginia, a su vez, ha perdido casi toda la memoria y sobrevive en un estado semi-vegetativo. Bienvenidos a la diversión. Además, todo indica que La boca de la máma está basado en una historia real, en parte. Ugh.