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Ukar
-- Sábado, 24 de Abril de 2004 a las 01:15.
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.62.42.67.4 |
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Esta película tiene algo mágico. Cuando la vi por primera vez tuve la sensación de que estaba viendo un clásico, a pesar de que se trataba de una película relativamente reciente. ¿Qué la hace tan especial? Yo diría que es la combinación de muchas cosas: personajes entrañables -como sin ir más lejos el carismático protagonista-, la interpretación de un Sean Penn inconmensurable, la estupenda música inspirada en la obra de Django Reinhardt (sí, ese gitano francés tan bueno...), una historia interesante y muy humana, una dirección a la altura... Lo tiene todo. Para mí significó el descubrimiento del jazz -algo que nunca agradeceré lo suficiente al señor Woody Allen-, por lo que le tengo bastante cariño a esta película. Mi escena favorita: el final. Emmet Ray estalla, se deja a un lado la soberbia, el cinismo, la indiferencia... y vuelve a empezar de cero en su vida. Una joya que con el tiempo ganará incondicionales.
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