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| Waster
desde Madrid
, España
-- Lunes, 7 de Febrero de 2005 a las 19:33.
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.82.158.90.4 |
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Respeto tu opinión, y hay cosas que no puedo replicarte porque son simplemente cuestión de gusto. Pero...
Lo primero :
Chaplin dijo eso de que no habría deseado hacer el film después del holocausto judío. Bastante fue para él saber profetizar la que se le venía encima al mundo. Pero tras las terribles matanzas, se sintió arrepentido de haber hecho una comedia sobre algo que terminaría de esa forma.
Lo segundo :
Yo no la admiro ni la considero una obra de arte por ser una crítica a los totalitarismos. Y dudo muchísimo que las personas que disfrutan esta película la admiren por esto, así que no generalices ni digas gilipolleces sin fundamento.
Lo tercero :
"y que más que una crítica parece una comedia que sólo se aprovecha de los acontecimientos", dices. Al film no le falta dureza y dramatismo, pero pretende insuflar esperanzas a la paz y al fin del avance del fascismo. Y no sólo en su final. Chaplin utiliza, como en todas sus películas, la comedia (a veces teñida de cierta amargura) para luchar contra la injusticia.
En este caso, el director utiliza la burla desenfadada, la risa (lo más optimista que podía hacer) como forma de descalificar los totalitarismos y su implacable avance.
Y cuarto :
A partir de aquí, son meras apreciaciones subjetivas :
El film tiene unos gags geniales, al menos a mí me lo parecieron, el perfil dramático (narrando las vivencias de los judíos en el ghetto) está logradísimo, y las burlas al gobierno nazi (Los inventores de objetos extravagantes que siempre la cagan, Hynkel que juega con el mundo hasta que, literal y metafóricamente, le explota en sus manos) me parecen genuinamente acertadas. No me aburrió, ni me cansaron los gags en ningún momento.
El discurso final es previsible, pero me parece de una sinceridad aplastante, y siempre que lo escucho me atenaza el corazón como pocas veces lo ha hecho el cine.
Creo que C. Chaplin era un tío con cojones, que arremetió de una forma valiente y mordaz no sólo contra el fascismo, sino también contra el capitalismo (sistema económico imperante en su país y en casi todo el mundo) en numerosos films, además de sentirse siempre identificado con las clases más desfavorecidas, lo cual fue un argumento que usaron los caza-brujas para lograr su "destierro".
Y tras ser expulsado, ¿le hizo la pelota a sus antiguos conciudadanos para que lo dejaran volver?. No. Los criticó de forma implacable (una vez más) con Un rey en Nueva York.
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