Una bola de fuego del cielo impacta contra una catedral: algo viene a avisar de la llegada de Belial y Azmodan, que van a sembrar el caos en la búsqueda de la Piedra del Alma Negra, donde están encerrados los demonios mayores Diablo, Baal y Mefisto.
Por fin, ya era hora. Esperadísima tercera parte de la mítica serie de videojuegos hack-and-slash que el día de su estreno colapsó los servidores de la página de Blizzard. Dirige Jay Wilson y lo acompaña Leonard Boyarsky. He optado por comprarme la edición del coleccionista, que incluye la banda sonora, el "cómo se hizo", pósters y un pen-drive con forma de piedra del alma con los juegos Diablo II y su expansión con un soporte de la cabeza de Diablo.
Empiezo elogiando, como no podía ser de otro modo, la gran mejora en los gráficos. Esos píxeles en la sangre evidentes en el juego anterior ya han desaparecido. Además, el repertorio que el protagonista lleva ha sido ampliado y mejorado, pudiendo contener muchísimos objetos. Otra gran ventaja es que al morir no tienes que ir a recoger tus accesorios al sitio donde fuiste asesinado. También te sube la vitalidad cada vez que atacas a un enemigo.
Los personajes son distintos. Hay algunos como el bárbaro que bien podrían equivaler al paladín del juego anterior, pero todos son diferentes, tanto el nombre como la forma. Yo personalmente he optado por el médico brujo, ya que siempre he jugado con el paladín y quería experimentar algo nuevo. La verdad es que no me he arrepentido.
Ahora mi punto en contra: el hecho de tener que estar conectado a internet (aunque esto no supone demasiados problemas, sí que jode que pierdas todos tus avances si, por casualidad, se va la conexión). Tampoco comprendo por qué se ha prescindido de Matt Uelmen, cuando su música era una obra maestra. Aún así la música de este juego es aceptable (sobre todo la de Lut Gholein).
También me he soprendido con algunos fallos inexplicables que he experimentado, espero que esto se solucione.
Por otro lado, la introducción del juego me ha parecido bastante sosa, ya que no se explica con total claridad qué ha pasado para que todo vuelva a estar mal.
Otro gran defecto es que los mapas se borran cada vez que guardas la partida. Acepto que los monstruos revivan, porque así entrenas más, pero ¿por qué coño se borra el mapa?
Los enemigos también me han encantado. Hay algunos similares como el hombre cabra, pero la gran mayoría rebosa innovación. Lo del sistema campeón, raro e único me ha parecido interesante.
En definitiva, es difícil sorprenderse a no ser que juegues por primera vez a Diablo, aunque no decepcionará a fanáticos del género.