Versión © Iranon de Aira
VI
-
La verdad es que no sé qué pinto yo en El Cairo
en estos momentos, no tengo nada claro en El caso... ¿Por
qué quieren que me vaya del país en este momento?...
¿No será que lo que quieren es quitarme de en medio?...
Voy a pensármelo de aquí al aeropuerto y espero
que Hee-Hoo aparezca para intercambiar ideas y tomar una decisión
antes de partir... Siempre me queda la oportunidad de anular o
aplazar el viaje, porque el acuerdo con los Hijos de Aton era
ir a Egipto y buscar su perdida ciudad mitológica, no la
que aparece en las rutas turísticas destinada a viajeros
incautos.
Históricamente cuando murió el faraón Akenaton,
no de una forma natural como nos podemos imaginar, los seguidores
de Amón con todo su clero al frente, que eran los rivales
de los seguidores del dios Aton, arrasaron totalmente la llamada
ciudad de la Luz de Aton o Akhet Aton...
Pero
lo que no quedamos era cuándo o en qué momento debía
realizar el viaje... ya veremos qué hago.
-Señor
ya estamos llegando al aeropuerto... ¿Dónde le dejo,
en Nacionales o Internacionales?
-En Salidas Internacionales, por favor...
VII
Bueno,
ya solo nos queda esperar a que nos llamen para el vuelo... Espero
que pueda venir Hee... ¡Hombre, la persona que menos me
podía esperar encontrarme en el aeropuerto!
-¡Iris... Iris...!
En ese momento se vuelve una hermosa mujer vestida con un oscuro
vestido, bajo su peludo abrigo de visón y altos zapatos
en pico que le daban la esbeltez de una preciosa modelo.
- ¡Iris!... o debo decir Sra. Marchand, o mejor dicho viuda
de Marchand...
Una amplia sonrisa se dibujó en su maquillado rostro, que
no demostraba ninguna huella de la tristeza que había visto
unos días atrás en las costas Normandas de los Mosquitos.
- ¿Cómo tu por aquí? ¿Eras la última
persona que podía imaginarme...
- ¿Qué ocurre?
- ¿Os conocéis?
Me había quedado mudo, ya que tras mi amiga Iris, la Viuda
de Marchand, iba una mujer empujando el carro de su equipaje que
no era otra que mi inestimable Lady...
- ¡Margaret!, ¿Cómo...?
- ¿Os conocéis? - Insistió Iris
- Un poco... - respondimos casi al unísono, aunque Lady
se puso colorada al verse en semejante trance...
- Hicimos migas en un viaje hace un par de veranos... y desde
entonces no habíamos vuelto a coincidir.
-
¿Cómo estás? - Le pregunté y con una
mirada de complicidad me agradeció que no hubiese metido
la pata.
-
Bien, aquí estoy trabajando de "asistente y secretaria"
de la señora Marchand.
- Disculpe... Señora, voy a buscar un taxi... ¿o
venían a buscarnos?
- Sí, venían a buscarnos... acércate a la
puerta principal y mira haber si ya ha llegado Roberto... cuando
le veas, ven a buscarme. Después de que guardéis
todo el equipaje que yo me voy a quedar aquí hablando un
rato con mi buen "amigo" Iranon.
-
¡Cierra la boca!... parece como si hubieses visto un fantasma.
- Tanto tiempo hace que no la veías.
-Eeeeeh... no. Es que no me lo esperaba... más sorprendido
me he quedado por la belleza y alegría que irradia tu hermoso
rostro... estás guapísima.
-Tú tan zalamero como siempre, no tienes que emplear conmigo
tus artes... que ya te conozco.
VIII
-
Vosotras las mujeres como siempre... cotilleando...
- Ya te lo he dicho... hace dos veranos...
- Eso no te lo crees ni tú... ni ... Ella.
- Y vosotras... ¿cómo os habéis conocido...
la última vez que estuve contigo no tenias a nadie como
asistente y menos una mujer... en eso sí me hubiese fijado.
-
Es una buena chica... pero eso tú ya lo sabes... Después
que nos separamos en Normandía... sabes que estaba muy
alicaída por lo que le había pasado a mi marido,
su desaparición, y luego su aparición muerto en
ese horrible bosque... menos mal que tú estabas cerca para
"consolarme"... fuiste de gran ayuda... Bueno, marché
hacia las pantanosas costas de Innsmouth, donde me habían
dicho que su templado clima primaveral, y el raro olor de sus
aguas plagadas de arrozales y huertas frondosas la hacen un verdadero
Edén... Bueno, eso es lo que dicen los folletos para los
turistas... yo creía que era una nueva Venecia... pero
ni por asomo, es distinta. Allí... cerca del hotel donde
me hospedaba, había lo que en nuestra tierra de Sent llaman
una Venta, y por estas tierras Alquería, un sitio recomendado
por la Guía Michelangelo, especializada en un zumo extraño,
pero excitante de un pequeño fruto al que llaman Chufa
y al zumo que sacan de este producto Horchata...
Bueno,
el caso es que acudieron a este sitio y allí me la encontré
entre perolas, niños saltarines en una especie de piscina
llena de bolas de colores donde grandes y pequeños disfrutaban
de lo lindo... pero ella no estaba todo lo contenta que se podía
esperar... volví un par de veces e hicimos buenas migas...
ya sabes que yo no sé estar callada y ella es de mi misma
"Cofradía" la de "La Húmeda Lengua"...
Como
no la veía contenta con su trabajo y yo necesitaba una
persona que me acompañara, le propuse el trabajo y aquí
estamos.
- Ahora me explico por qué no podía ponerme en contacto
con ella, después de la paliza que me dio con los emails
y mensajes telefónicos - murmuré entre dientes.
- ¿Cómo dices?...
- Nada... pensaba en voz alta.
- ¡Margaret, Margaret... aquí!
- Señora, ya ha llegado Roberto y nos está esperando.
- Bueno te dejo un momento para que saludes y te despidas de tuuuu...
amigo con más intimidad - dijo mirándome picadamente...
- Iranon... espero que nos volvamos a ver pronto... ya tienes
mi móvil... no tardes en ponerte en contacto - Me tendió
su mano y me rozó suavemente la mejilla. - Hasta pronto...
y dándose la vuelta se dirigió hasta las puertas
automáticas aeropuerto.
IX
-¿Qué
haces aquí?...Yo te hacía volando hacia Egipto...
- Y... ¿Cómo sabes tú que me iba hacia Egipto?
- Yo sé muchas cosas que tu desconoces... No has querido
hablar conmigo, me has dado de lado... así que yo he tomado
el rumbo que más me interesaba...
- Y por lo que se ve... ¡Te va sobre ruedas!
- Yo te hacía despachando horchatas en una venta
de Innsmouth... ¿Tan mal te ha ido el negocio de la investigación?
- ¡Déjate de coñas!... ya era hora que dieras
señales de vida... si insisto... me llamas pesada... si
no lo hago... no sé lo que me llamarás... bueno,
me tengo que ir... me están esperando... ¿Te vas
de viaje o vuelves?....
- Creo que vuelvo... quiero verte cuanto antes y aclaremos todo
este lío... ¡Siempre estás con unos líos
tremendos! No se como te las apañas... ya te he dicho miles
de veces que dejes de leer novelas policíacas... Edgar
Wallace te tiene comido la sesera...
- No me mires así... yo también te he echado de
menos... me tenías preocupado.
Y dándome un sonoro bofetón se dio la vuelta y me
dejó en medio del hall del aeropuerto donde todo el mundo
me miraba y sonreía con una mueca de complicidad
X
-¡Hombre,
Hee... ya era hora, una cara amiga!
- ¿Te marchas por fin de viaje?
- Me lo estoy pensando...
- ¿A qué no adivinas a quién he visto ahora
mismo en el aeropuerto?
- No empecemos con los jueguecitos estúpidos y dímelo
de una vez.
- A Lady trabajando deee ... asistente y secretaria de una rica
viuda Madame Iris... Marchand...
- ¿Marchand?... ¿Estás seguro?
- Segurísimo... la conocí hace unas semanas en La
costa Normanda de los Mosquitos... Estaba desesperada por la desaparición
de su marido... por eso me contrató a mí para ver
si le podía localizar... y le localicé...
- ¿Cómo?... Sí le localicé... muerto...
enterrado en una fosa escondida en un oscuro bosque cerca de tu
pueblo Brattleboro.
- ¿Sabes que yo también le conocía?...
- ¿Sí...mucho, o sólo fue una cosa pasajera?...
- No , era un... casi amigo... compartíamos el vicio por
todo lo Egipcio, que... como sabes... es mi hobby favorito...
Le conocí en la Biblioteca Pública donde nos veíamos
casi todas las semanas.
Coincidíamos casi siempre consultando las mismas estanterías
de historia del arte egipcio... e intentando coger los mismos
libros... así un día tras otro... Comenzamos a intercambiar
frases, estudios, anécdotas, bibliografía, planos...
bueno, ya conoces todos mis rollos... un día me habló
de su colección de papiros egipcios y claro está
se me pusieron los ojos como platos... así que en la primera
oportunidad que pude le pedí... muy sutilmente, que me
enseñara alguno de sus Tesoros...y así un
día y otro hicimos amistad.
-Y... ¿Nunca viste a su mujer?...
- La verdad es que ni tan siquiera sabía que estaba casado...
como se pasaba horas y horas enteras en la Biblioteca... estudiando
o haciendo sus investigaciones...
- ¿Qué tipo de investigaciones?...
- Traducciones... sabía perfectamente traducir el egipcio...
tanto el herético como el demótico...
-¿El qué?...
- Sí... la lengua culta... la de los Faraones y los sacerdotes...
y la lengua del pueblo, la de andar por casa... la de los escribas,
comerciantes, el pueblo...
- Ah!...Ya entiendo... un traductor... Y ¿qué pasó?...
Porque seguro que conociéndote... Algo pasó... y
más sabiendo lo que le ha sucedido después.
- Pues que vino un conocido mío... Joseph Curwen... con
su amiga... Lavinia...
- ¿Lavi?
- Sí....a pasar el fin de semana a mi casa... ya sabes
que soy muy... generoso...y allí ocurrió
que...
-
Una historia fascinante... y por lo que veo ya van encajando las
cosas... me estaba volviendo loco... con tanta gente que no sabía
quién era y qué pintaba en todo esto... ¿Por
cierto?... ¿Qué se traerá entre manos Lady?...
- ¡Aviso para los pasajeros con destino a El Cairo, hagan
el favor de pasar a la zona de embarque!
La cara de Hee cambió en un instante... girando su cabeza
casi 180 grados y con una mueca de extrañeza siguió
la figura de un hombre, que con una maleta en la mano y la mirada
perdida en el infinito marchaba rápidamente hacia la entrada
de los embarques.
- ¡Es Curwen!... ¿Qué estará haciendo
aquí?
- Pues me da la impresión que se va de viaje... ¿Será
a El Cairo?
- ¡Déjate de guasas!... Tú tienes pasaje...
¿No es así?... ¡Síguele! y no le pierdas
de vista... Nos veremos en el Hotel Ramsés II como habíamos
dicho... Yo saldré en el próximo vuelo... ¡Correeee...
y no le pierdas de vista!
Al-Cuhuir