XXI
Diario de Hee Hoo: Continúa
el relato de Menehptah
Apenas ascendido al poder Akhenatón suprimió nuestro
culto secular y renegó de nuestros dioses para suplantarlos
por su dios. A su muerte los sacerdotes del culto verdadero tomaron
las cosas en sus manos, restablecieron a nuestros dioses, prohibieron
el culto de Atón y emprendieron sangrientas represalias contra
sus adeptos. La ciudad de Akhenaton fue demolida y abandonada. Su
sitio fue maldecido y nadie volvió a habitar en ella.
Pero he aquí que hace unos años los barqueros del
Nilo comenzaron a hacer correr la voz según la cual habían
visto luces cuando pasaban de noche por el sitio de la ciudad fantasma.
El rumor comenzó a correr en los alrededores de Akhet-Aton
que en las ruinas se habían instalado extraños individuos
depositarios de un culto maléfico. Los campesinos que vivían
a varios kilómetros de la ciudad maldita comenzaron a tener
miedo y pronto denunciaron desapariciones de mujeres y de niños.
Las cosas empeoraron, los barqueros comenzaron a oir gritos y extraños
sonidos al pasar por allí y las desapariciones se multiplicaron.
Entonces el general Horemheb me dió órden de reunir
mis unidades e ir a investigar que es lo que ocurría allí
y establecer el orden.
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