XXVII
Aunque tenía una
cita con Don Gonzalo prevista, decidí anularla, pues en vista
de los acontecimientos ocurridos lo mejor era alejarme por unos
días de los alrededores de la Universidad de Miskatonic.
Lo último que hice antes de marcharme fue acudir a la cita
con Mr. Alhazred para mostrarle el medallón de la rana coronada.
Mr. Alhazred intentó persuadirme para que se lo dejase con
el objetivo de analizarlo más concienzudamente pero yo me
negué, estaba seguro que ese medallón ocultaba grandes
enigmas. Además la presencia de Lady Margaret tras su revista
me intranquilizó, y me llevó a decidir mi partida.
Al verla supe que se me estaba investigando de cerca. Lady Margaret
era la cabeza visible de un grupo de investigadores que estaban
repartidos por varios países del mundo. Desgraciadamente
mi entrevista con Mr. Alhazred no había resultado tan fructífera
como hubiese querido, así que le invité a cenar en
el mismo Hotel y tras ver el espectáculo de Music Hall "The
Dunwich Horror Show" me despedí y me marché
a casa a reflexionar sobre el tema y dormir un rato. A la mañana
siguiente me levanté temprano, después de arreglarme,
y al coger el teléfono móvil para llamar a un taxi
que me llevase a la estación de trenes, aparecía un
mensaje de texto, lo abrí y quedé paralizado tras
leerlo: "Mr. Marchand está muerto, tenga usted cuidado,
podría ser el próximo."
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