Al-Cuhuir

  • Henry Armitage
  • Dogon
  • Albert Wilmath
  • Joseph Curwen
  • Lady Margaret Trevor
  • He-Who-Must-Not-Be-Named
  • Abdul Alhazred
  • Lavinia Whateley
  • Kryshul D'Naihotep
  • Ludwig Prinn

Índice

Nueva Logia del Tentáculo


XL

 

No dormí en toda la noche. La pareja que llevaba un niño dormía profundamente. Los oía respirar. A la señora la cabeza le tocaba las rodillas y roncaba como un gato. Los estudiantes japoneses reían entre dientes, no quiero pensar ni lo que hacían. Mejor así. No estaba yo para fiestas precisamente. El señor con rasgos arabescos leía un libro. Al menos daba esa impresión. Me daba cierto miedo, bueno más bien intranquilidad. Me sentía observada. No sé que hora sería cuando me dirigí al servicio. Lo hice por estirar un poco las piernas. Al salir el señor de rasgos arabescos estaba entrando al otro servicio, al de caballeros. Me pareció que iba a decirme algo pero salí disparada hacia mi asiento. Ya amanecía cuando llegué a Brattleboro. Enseguida ví a He haciéndome gestos con la mano. Sentí alivio. A su lado Joseph Curwen permanecía sentado en el coche de He. Nos saludamos los tres y subí al coche. Nada más arrancar He comenzó a contarme muy nervioso las últimas novedades. Me daba la impresión de que me estaba metiendo en un buen lío. Pero lo peor fue cuando oí la única frase que Curwen pronunció durante todo el camino. Había que enterrar a Marchand esa misma noche sin más demora en el jardín de su casa. He me miraba por el retrovisor. Yo no podía hablar. Pero Curwen volvió a repetir la frase.

Sigue


 

© 2004