XLII
Empapado de sudor despierto
sobresaltado. He perdido la conexión onírica con mi
Señor. Me vienen recuerdos en zigzag del pasado. Se amontonan
los recuerdos de un pasado muy lejano. La lejanía de un extraño
manuscrito escrito por mi ancestro primigenio: Dómine Ardomar
de Sepharad. Una esfera de energía engulle a mi Señor
y tira de él hacia el medallón. Tenía motivos
para la aversión más absoluta. ¡Que la sangre
de sus manos me sirvan de sacrificio! Algo batió la sangre
de nuestras estirpes. Solamente yo conozco lo que significan los
enigmas del "Manuscrito Bermellón". Lo han transmitido
lenguas y plumas blasfemas como el infame Al-Cuhuir. ¡Padre
Queztaixilt! Sueño que mi Señor está preso
en el Medallón de la Décima Tercera Advocación
y que yo le voy a liberar de su encierro para rebanarle las muñecas
y los tobillos.
Empapado de sudor despierto
sobresaltado. No me acuerdo de nada. Me ha despertado el teléfono.
Oigo la voz densa y profunda de una mujer. No entiendo nada de lo
que me dice.
- ¿Quién
la ha dado mi número de teléfono? Muy pocos lo conocen.
No sé cómo ha podido localizarme y no sé quién
le ha podido decir que salgo con la prima de Iranon.
...
- Todo esto no tiene sentido y no sé por qué estoy
aquí dándola explicaciones
...
- ¡Ni hablar! Haga lo que quiera.
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