LXVIII
Me acerqué al
pozo y exploré sus paredes internas... entonces vi que habían
unas ranuras de unos 30 cms esculpidas en el interior y espaciadas
de 40 cms entre ellas... una escalera tallada en la piedra... empecé
a bajar... no sé cuántos metros habré bajado
100... 200... pero jamás alcancé el fondo... pero
de pronto sentí como una llamada que me incitaba a ir hacia
abajo de todo y así lo hice, pero apenas descendí
unos metros más abajo cuando me dí cuenta de lo que
estaba haciendo... que aquella fuerza misteriosa que me llamaba,
me había tendido una trampa y que yo estaba cayendo en ella...
luché con toda mi voluntad para deshacerme de aquella influencia
maléfica y subí lo mas rápido que pude... luego,
no recuerdo nada más... sé que salí de la ciudad
fantasma y quise dirigirme hacia el Amarna pero, por lo que veo,
me perdí en el camino hasta que sus hombres me hallaron en
el desierto...
Así concluyó
Preston Warwick su interrogatorio. Aquella misma noche falleció
en medio de una espeluznante crisis de delirio.
Apenas terminé de
leer esta nota, la azafata nos anunció que pronto aterrizaríamos
en el Cairo y nos rogaba que nos abrochemos el cinturón de
seguridad. Recordé de
pronto que no le había prevenido a Lavinia que viajaba al
Cairo, asi que me prometí que la llamaría una vez
en tierra.
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