LXXI
La
oscuridad cede un poco a la luz de las antorchas, en una gruta bajo
la isla de Elefantina, en medio del Nilo, cuando soy de nuevo absorbido
por la esfera energética y gracias a las artes mágicas
de mi hermano en Naihotep, Utucam D´Queztaixilt, soy liberado
de mi cautiverio en la medalla del "Naih Coronado",
mientras me recupero del trance, Utucam descubre con estupor que
el medallón que me portaba se hace añicos entre sus
manos. Maldito sea Armitage, por medio del ritual que realizó
cuando contacté con Ardomar, consiguió asociar mi
alma a una réplica de la medalla, guardándose así
un as en la manga para poder destruirme, procuraré pues mantenerme
alejado de tan astuto contrincante. Olvidando por ahora el peligro,
yo y mis hermanos nos dirigimos envueltos en bruma a Akhet-Aton,
debemos preparar la liberación de nuestro señor, una
vez en la ciudad descendemos al templo, es una colosal estancia
piramidal escavada en la roca, en cuyo centro geométrico,
rodeado de altas columnas se encuentra un altar de sacrificio, donde
una víctima propiciatoria liberará a Naihotep "Señor
del Caos". En uno de los vértices de la pirámide,
se halla un pasadizo que comunica con el "Pozo de las Amarguras",
que fue escavado por los servidores de Atón y que está
sellado por seguridad.
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