Poética
Primigenia: Azathoth En
tu orbe incesante no existirá soledad Yo me niego a sentir el rasgado
suspiro que germina en tus labios. En
tu etérea presencia no habrá muros para ti Pues el aire que bates
lleva parte de ti a universos de nácar. Sólo
quedan promesas de vivir lo soñado Te trasladas sobre el lucero de oro
y marfil que vislumbras. Sólo
incumbe el reposo y tu aroma de fresa Alborea el fulgor y no hay oscuridad;
solamente tu rostro irradia en mis pupilas.
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