Esta parrafada me evoca
saga Alien. La escena en que
aparece por primera vez el bicho con esa boca babeante rezumando
extraños fluidos, entre el silencio de la soledad espacial.
Otro personaje es el yo espectador: Me voy escondiendo y
enterrando entre los pliegues de la butaca del cine, tratando que
este ser no me alcance en mi insegura y oscura guarida, los ojos
se me dilatan, se me encogen, los dientes se aprietan, hasta que
en el momento del ataque de la bestia mis ojos se entristezcan por
el nefasto final de la víctima y un sabor amargo invada mi
boca con la sangre del esfuerzo bucal ocasionado. Todo acaba con
el susurro del viento helado de ese extraño y lejano planeta
en el Universo.
(Iranon de Aira)
Una doncella de las de torre de castillo
va subiendo por unas escaleras interminables, una escalera de caracol.
El suelo y las paredes hechas de roca rezumando humedad y viento
ululante. Unos ojos la observan con avidez, con una lujuria maligna
y unos miembros largos y peludos intentan atraparla y cuando estan
a punto de hacerlo, la doncella se despierta sobresaltada, mientras
las ramas de las encinas golpean los cristales de su ventana y a
otro lado cae una lluvia a raudales como un desbordamiento de sauce
llorón.
(Lavinia Whateley)
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