La Personalidad Múltiple en la Literatura y en la Cinematografía

© Joseph Curwen


Fragmentos del subconsciente © Martí Carbonell Carbonell

Para todos los amantes de la Literatura y de la Cinematografía es de sobra conocido que desde los orígenes de estos mencionados géneros, ambos se han mostrado en infinidad de ocasiones interesados por los diferentes conflictos psicológicos humanos para basar su temática argumental, bien de una obra literaria, bien de un guión cinematográfico, en alguno de estos problemas emocionales de la compleja psique humana

Dentro del grupo o clasificación de los problemas psicológicos, quizás sean los Trastornos de Personalidad Múltiple unos de los más llamativos y que más ha inspirado a escritores y guionistas para redactar argumentos en los que aparecen personajes sumidos en este tipo de conflictos a los que nos referimos.

Estos Trastornos de Personalidad Múltiple están incluidos dentro de la categoría clínica de los Trastornos Disociativos. Para facilitar la comprensión de esta terminología específica comentaremos que, en este grupo de trastornos, la principal característica que los define es que algún determinado aspecto psíquico del individuo aparece como desconexo o disociado de otros determinados aspectos del mismo individuo. Estos aspectos pueden ser tantos y tan variados como los propios individuos: experiencias traumáticas, problemas pasados, vivencias conflictivas, etc.

La persona utiliza una gran variedad de maniobras dramáticas para huir de su propia angustia y de los conflictos que padece a consecuencia, principalmente y generalmente, del estrés. En el comportamiento de estas personas se observa claramente la aparición de alteraciones repentinas y temporales de la propia conciencia que tienen el objetivo de eliminar experiencias dolorosas y/o traumáticas.

Esta disociación que comentamos, en muchas ocasiones actúa como una separación, desmembramiento o despersonalización. Se consideraría como un proceso anormal teniendo en cuenta la intensidad, la duración y el no-control voluntario por parte de la persona que la sufre o padece.

La Personalidad Múltiple es un tipo de Trastorno Disociativo en que el individuo asume varias y alternas personalidades. Cada una de estas personalidades tiene sus propias características individuales, muy diferentes entre sí en la mayor parte de los casos descritos. En muchas ocasiones cada una de dichas personalidades no conoce a las demás, en cambio en otras ocasiones sólo se produce lo que se conoce y denomina como amnesia unilateral, es decir, la personalidad I sí que conoce y es sabedora de la existencia de la personalidad II, pero la personalidad II no sabe que existe la personalidad I.

Realmente son trastornos raros que aparecen en muy contadas ocasiones y casi siempre se entienden como intentos patológicos de escapar o huir de la infelicidad, de los conflictos emocionales y/o de las frustraciones.

Una característica frecuente en este tipo de trastorno que nos ocupa es la aparición de comportamientos extremos. Por ejemplo, una de las personalidades puede aparecer como extremadamente conservadora, religiosa y/o éticamente, digamos, formal y la otra personalidad como todo lo contrario, con tendencia a la realización de comportamientos libertinos en general, conductas desorganizadas e informales.

Realmente la explicación de este tipo de trastornos no es absoluto tarea fácil para el profesional, sino todo lo contrario. En muchos ocasiones no está demasiado claro si en un caso determinado el diagnóstico es la disociación o algún tipo de trastorno psicótico. Además de este hecho, para el profesional le es muy complicado llegar a recopilar toda la información necesaria para llevar a cabo un correcto y razonable diagnóstico.

En otro orden de cosas, este tipo de trastorno siempre ha llamado mucho la atención tanto a los propios profesionales como al público general. Teniendo en cuenta lo pintoresco del trastorno visto desde el punto de vista de quien no lo padece, claro. La Cinematografía tiene en su haber un considerable número de películas en las que con mayor o menor fortuna y rigor científico ha tratado, de una u otra forma, este tema.

Una de las películas más representativas en las que se trata este extraño fenómeno psicológico, basándose en un hecho real es, "The Three faces of Eve" ("Las tres caras de Eva") dirigida en 1957 por Nunnally Johnson e interpretada en sus principales papeles por Joanne Woodward (Oscar a la mejor mejor actriz), David Wayne y Lee J. Cobb.

El argumento de la misma nos presenta a Eva, ama de casa y mujer casada, que se encuentra indispuesta a raíz de una serie de jaquecas y periodos de amnesia que ella no es capaz de explicar. Esta es consciente de que no tiene un control voluntario sobre su comportamiento en esos momentos, por lo que decide visitar a un profesional de la salud mental que descubrirá como, dentro de ella misma, existen varias personalidades de características muy diferentes.

Respecto a la Literatura también ha sido un tema que a los escritores le has dado mucho campo de actuación. En este caso, y de entre todas las obras que han tratado el tema de alguna u otra manera, destacamos sin duda "The Strange Case of Dr. Jekyll and Mr. Hyde" ("El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde") que Robert Louis Stevenson escribe en 1886. De todos es conocido el argumento de esta fantástica novela por la que no pasa el tiempo y que además, a tantas adaptaciones y versiones tanto cinematográficas como literarias se ha visto sometida, por supuesto, unas mejores que otras. Destacaríamos la versión cinematográfica más conocida, que es la dirigida por Victor Fleming en 1941, "Dr. Jekyll and Mr. Hyde" ("El extraño caso del Dr. Jekyll") y protagonizada por actores de la talla de Spencer Tracy, Ingrid Bergman y Lana Turner.

La trama argumental es de sobra conocida, el Dr. Jekyll expone su particular teoría de que el ser humano está formado por dos personalidades, una positiva (bondadosa) y otra negativa (maligna), y que ambas pueden actuar por separado. En su laboratorio el eficiente Jekyll experimenta con una droga que al utilizarla y probarla él mismo, se transforma en el señor Hyde que posee una personalidad totalmente diferente, por opuesta, a la del propio Dr. Jekyll, aún siendo la misma persona.

No podemos ni debemos dejar de hacer obligada referencia a H.P. Lovecraft como autor literario que también se sintió atraído por este tipo de argumentos y que supo dar forma, principalmente en su novela "The Case of Charles Dexter Ward" ("El caso de Charles Dexter Ward") que este autor escribió en 1927.

En esta obra, Lovecraft nos cuenta la historia de Ch. Dexter Ward, personaje que se siente atraído por la particular personalidad de su antepasado Joseph Curwen, que practicaba la brujería reviviendo a los muertos, hecho que generaba grandes conflictos en la población donde habitaba. Fruto de dicha fascinación, Dexter Ward empieza a trabajar con los métodos y hechizos de Curwen llegando a asumir y desarrollar su personalidad. Esta novela también ha tenido sus adaptaciones cinematográficas, como la mayoría de obras de H.P. Lovecraft. En este caso mencionaremos "The Haunted Palace" ("El Palacio de los Espíritus",) dirigida en 1963 por Roger Corman e interpretada, en sus principales papeles por un magistral Vincent Price, Debra Paget y Lon Chaney Jr. Esta es, sin duda, la mejor versión cinematográfica que se ha realizado sobre tan estupenda novela.

Estas anteriores incursiones del Cine y la Literatura en esta temática que estamos tratando es sólo una muy pequeña muestra, pues revisando la Cinematografía y la Literatura general al respecto, podemos fácilmente observar la gran cantidad de obras de ambos géneros, literario y cinematográfico, que se han valido de alguna manera, más o menos explícita, más o menos veraz, más o menos científica, del Trastorno Disociativo de la Múltiple Personalidad.

Dicho todo lo anterior, es preciso comentar e incluso recordar que la Literatura y el Cine nunca reflejan exactamente la realidad, por tanto cuando hacemos referencias a personas reales, de carne y hueso, al individuo con su propio cúmulo de emociones, de sentimientos y de afectos, hay que actuar con suma cautela respecto a los "diagnósticos" que se realizan, por lo que siempre es conveniente tener muy claro, muy demostrado, muy corroborado, muy estructurado, muy validado y muy estudiado, científicamente hablando, la hipótesis diagnóstica.

Ya se ha comentado anteriormente la complejidad que supone para un especializado profesional poder realizar un correcto diagnóstico de alguno de estos, realmente extraños, casos de Múltiple Personalidad, pues existen muchos, controvertidos y variados componentes que facilitan el error diagnóstico.

No obstante, por desgracia, se dan muchos casos de errores diagnósticos en esta categoría clínica, principalmente debido la complejidad y rareza de este tipo de trastornos. En muchas ocasiones se realizan diagnósticos dudosos basándose totalmente en premisas erróneas, motivados por una inadecuada recopilación de datos, falta de experiencia en estos trastornos, "intuiciones" nada científicas, no validadas y no corroboradas.

No olvidemos que la intuición es muy importante, pero siempre y cuando vaya acompañada de una serie de datos reales, válidos, fiables y sobre todo demostrables científicamente, que verifiquen el caso, que demuestren el proceso, y que corroboren los posibles síntomas.

En muchas ocasiones se parte de hipótesis erróneas, interpretaciones no cualificadas y premisas no demostradas que empañan el diagnóstico, retrasan el tratamiento y entorpecen la evolución del caso.

Por tanto, si se sospecha que alguno de nuestro alrededor puede padecer uno de estos trastornos que comentamos, siempre hay que ponerse en contacto con un acreditado y autorizado profesional para que sea este quien diagnostique y trate el problema en cuestión.

La Literatura y el Cine futuros, seguro que continuarán deleitándonos con este tipo de fascinantes argumentos, aunque siempre es conveniente y recomendable revisar anteriores obras maestras que han tratado este tema y por las que nunca pasa ni pasará el tiempo. Es muy posible que nunca se logren superar.


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