H.P. Lovecraft, El color que cayó del cielo. Ediciones Minotauro S.R.L.: Buenos Aires, 1957, pp. 7-13.
© DOGON [*]
Howard Phillips Lovecraft nació el 20 de agosto de 1890 en Providence, capital del Estado de Rhode Island. Su padre, Winfield Lovecraft, viajante de comercio, era un parético, y su madre, Sarah Phillips, una neurótica. De su infancia ha escrito el mismo Lovecraft en "Algunas notas sobre una No-Entidad":
"De niño yo era muy raro y sensible, y prefería la compañía de las personas adultas No podía apartarme un instante de cualquier hoja impresa. A los dos años de edad aprendí el alfabeto, y a los cuatro podía leer fácilmente, aunque cometiendo los más absurdos errores al pronunciar las palabras largas, a las que era tan aficionado. A los cinco años añadía el escribir con tinta a la lista de mis hazañas. Entre mis escasos compañeros de juegos yo era muy impopular, pues insistía en que interpretásemos papeles históricos, o que jugáramos de acuerdo con un plan preestablecido. De ese modo, rechazado por los seres humanos, busqué refugio en los libros... A los ocho años me sentí muy interesado por las ciencias, interés provocado, sin duda, por las imágenes de curioso aspecto de los Instrumentos Filosóficos y Científicos del diccionario Webster. Ante todo me atrajo la química, y pronto instalé un pequeño laboratorio en el sótano de la casa. Luego vino la geografía, y sentí una curiosa fascinación por el continente antártico y otros reinos vírgenes de remotas maravillas. Al fin conocí la astronomía, y la magia de los mundos lejanos y los inconcebibles abismos cósmicos eclipsó todo otro interés durante un largo período hasta mis doce años de edad... En esta época casi todos mis incesantes y voluminosos escritos eran científicos y clásicos; la literatura fantástica ocupaba un lugar relativamente menor".
Era aun un adolescente cuando comenzó a publicar una revista de astronomía, "The Rhode Island Journal of Astronomy", y a escribir un artículo mensual sobre la misma materia en el periódico "Tribune" de Providence. Los cuentos fantásticos de Lovecraft comenzaron a aparecer en "Weird Tales" algo más tarde. Con el objetivo de obtener un poco más de dinero se dedicó al mismo tiempo a revisar y corregir manuscritos de la más diversa índole. Fue esta labor la que lo puso en contacto con Mrs. Sonia Green, de Brooklyn, mujer de negocios diez años mayor que Lovecraft y algo aficionada a las letras. Lovecraft se casó con Mrs. Sonia Green en el año 1924. Como afirma atinadamente August Derleth, todos los episodios de la vida de Lovecraft forman un todo armónico, salvo esta aventura matrimonial. La unión no dura más de dos años. Aparte las dificultades financieras y la incompatibilidad de caracteres, Lovecraft no toleraba la vida en Brooklyn, y Frank Belknap Long apunta que la salud mental de su amigo se hubiese visto seriamente amenazada si no hubiese regresado a Providence. Lovecraft, en su correspondencia, habla continuamente de los crepúsculos en Providence, extraños y hermosos. Providence es para él una ciudad de "pináculos encantados y bóvedas que flotan en el aire".
No puede afirmarse sin embargo que Lovecraft buscase en la vida retirada alejarse de sus semejantes. Las opiniones de sus amigos son en este aspecto uniformes. "Era uno de los hombres más humanos y comprensivos que podamos conocer", ha afirmado Clifford Eddy. Sin embargo, sus amistades fueron sobre todo epistolares. Acerca de esta afición a escribir cartas dice el mismo Lovecraft: "Mis epístolas son otra fase de mis gustos de anticuario. Como usted sabe - se dirige a J. Vernon Shea -, el arte de escribir cartas fue asiduamente cultivado en mi siglo favorito, el dieciocho... Me atrevo a afirmar que este intercambio de ideas me ayuda considerablemente a suprimir la estrechez mental que de otro modo adquiriría en esta mi existencia de recluso".
Cualquiera de estas cartas es un extraordinario ejemplo de la erudición y la fantasía de Lovecraft. "Este nombre (Betelgeuse)" - escribe comentando uno de sus trabajos de revisión - "es un producto arábigo de la Edad Media y significa 'el hombro (o antebrazo) del gigante (o ser central)', Ibt al Janzah. Orión fue conocido como al Janzah por los astrónomos del califato sarracénico, que tanto hicieron por el adelanto de esta ciencia..." (1) Y en una carta a August Derleth le escribe a propósito de su afición al siglo dieciocho: "Nada contemporáneo puede destruir mi afición al siglo dieciocho, la sensación de que pertenezco naturalmente a él. Todas las estanterías de mi casa están ocupadas por libros victorianos. ¿Qué puedo hacer? ¿ Qué sino encaminarme con cirios o una lámpara de kerosene a las criptas nocturnas - abandonando ese odiado siglo diecinueve - y hundirme a través de las décadas con la ayuda de innumerables tomos de todo tamaño y naturaleza...? Los siglos veinte y diecinueve retroceden como en un sueño, y la vieja colonia se convierte en realidad".
El encabezamiento y las fórmulas de despedida de estas cartas son también típicas de la fantasía de Lovecraft. Su dirección - 66 College Street, Providence, Rhode Island - se convierte en "El desierto situado más allá de Leng, en la hora de las sombras en la arena", o "el Abismo de Noth, en la hora de los vapores". Los nombres de sus corresponsales sufren transformaciones similares: Robert Bloch pasa a ser Bho-Blok; el dibujante Virgil Finlay, Monstro Ligriv; Frank Belknap Long, Belknapius; Clark Ashton Smith - cuyos relatos y esculturas merecen para Lovecraft el honor de ser citados en algunas historias del ciclo de Cthulhu -, Klarkash-Ton; August Derleth, le conte D'Erlette. Y sus fórmulas de despedida son casi siempre como estas: "Suyo, por el signo de Gnar, Abdul Alhazred"; "Suyo, por el Pilar de Pnath"; Suyo, por el Ritual Gris de Khif, Ech-Pi-El".
Se ha explicado de diversos modos el origen de los relatos de Lovecraft. Las influencias literarias reconocidas por él mismo - Poe, Dunsany, Machen, R.W. Chambers, los escritores del siglo dieciocho - no bastan para aclarar la génesis de los mitos de Cthulhu. Debe entenderse que estos mitos - inspirados sin duda por las cosmogonías mitológicas mßs variadas - son obra personal de Lovecraft. Los que hacen de Lovecraft un hombre de letras que creó artísticamente un mundo legendario, olvidan que soñaba sus monstruos y leyendas, y que su miedo al océano, por ejemplo, estaba inspirado en sus pesadillas. En "Some Notes on a Non-entity", escribe: "Me parece como si este oscuro y primitivo paisaje - se refiere a los alrededores de Providence a la caída del sol - ocultara un vasto, pero profundo significado, y ciertas hondonadas boscosas en las cercanías del río Seekonk tienen una aureola de irrealidad que no deja de estar unida a un vago horror. Veo estos paisajes en sueños, especialmente en esas pesadillas en que se me aparecen unos seres negros alados y gomosos".
En la serie de poemas titulada "Hongos de Yuggoth" es también visible esta presencia - inmediata - del horror. Traducimos literalmente un soneto característico: "La Ventana: La casa era vieja, con numerosas alas que nadie llegó a recorrer enteramente, y en un cuartito no muy lejos de los fondos había una curiosa ventana tapada con viejas piedras. Allí, en una infancia plagada de sueños, totalmente solo yo solía ir cuando la noche era vaga y oscura con una rara ausencia de terror, y una curiosidad mayor cada vez. Un día llevé allí a los albañiles para descubrir qué escena me habían ocultado mis oscuros antecesores, pero mientras horadaban la piedra, una ráfaga vino de los abismos extremos que más allá se abrían. Los hombres escaparon, pero yo miré, y extendidos ante mí estaban los terribles mundos de mis sueños".
"Todas mis historias" - escribe el mismo Lovecraft - ... están basadas en la creencia o leyenda fundamental de que este mundo estuvo habitado en otros tiempos por una raza que... vive esperando el día en que tomará otra vez posesión de la Tierra". Esta raza es designada habitualmente por Lovecraft con el nombre de Grandes Antiguos. Pertenecen a ella las criaturas designadas como Azathot (centro de todo infinito), Yog-Sothot (que coexiste con el espacio-tiempo), Cthulhu (el agua), Hastur (el aire) y Shub-Niggurath (la fertilidad). Nyarlathotep ejerce las funciones de mensajero. Nodens, señor del Gran Abismo, que personificaría al bien, no interviene casi nunca en los asuntos terrestres y vive en la constelación de Orión, en Betelgeuse. Los mitos de Cthulhu impresionaron sobremanera a diversos escritores que crearon a su vez nuevos personajes y leyendas admitidos más tarde por Lovecraft en sus propios relatos. Los Perros de Tíndalos fueron imaginados por Frank Belknap Long; Nyoghta por Henry Kuttner; Tsathoggua por Clark Ashton Smith; Lloigor y Zhar por August Derleth.
Para dar mayor verosimilitud a estas narraciones Lovecraft se refiere a un libro supuesto, el "Necronomicón" del árabe loco Abdul Alhazred, escrito en Damasco en el año 730 de nuestra era. Según Lovecraft, "Al-Azif", nombre original de esta obra, fue traducido al griego con el nombre de "Necronomicón" por Theodorus Philetas en el año 950; el patriarca Michael ordenó su destrucción en el año 1050; Olaus Wormius lo tradujo del griego al latín en el año 1228; en 1232 el papa Gregorio IX suprimió las ediciones latinas y griegas; una edición alemana apareció en el siglo XVI; el texto griego fue reimpreso en Italia entre los años 1500 y 1550, y en el siglo XVII se publicó una edición española. La cronología y la historia del "Necronomicón" parecieron tan convincentes a los lectores de Lovecraft que se cuenta que aun hoy, de cuando en cuando, el Museo Británico recibe alguna carta en la que se le solicita permiso para leer el libro. Al "Necronomicón" Lovecraft añadió otras obras menores: los "Manuescritos Pnakóticos", libro fragmentario en el que se habla de la Gran Raza; el "Texto de R'lyeh"; el "Libro de Dayan"; los "Siete Libros Crípticos de Hsan" y los "Cantos de Dhol".
Cronológicamente, los mitos fueron desarrollados en trece historias: "La ciudad sin nombre" (1921), en donde se cita por primera vez al árabe loco Abdul Alhazred; "El festival" (1925), donde hace su aparición el "Necronomicón"; "El llamado de Cthulu" (1926); "El color que cayó del cielo" (1927); "El caso de Charles Dexter Ward" (1927-1928); "El horror de Dunwich" (1928); "El que susurraba en la oscuridad" (1930); "La sombra sobre Innsmouth" (1931); "En las montañas de la locura" (1931); "Los sueños en la casa de la bruja" (1932); "El ser en el umbral" (1933); "La sombra que surgió del tiempo (1934); "El que se aparece en las sombras" (1935).
En 1936 Lovecraft se queja en alguna carta de su mala salud, y el 15 de marzo de 1937 muere en el hospital Jane Brown Memorial de Providence de un cáncer de intestino y el mal de Bright. Había vivido en la pobreza (ganaba con sus cuentos y trabajos de revisión unos 120 dólares al mes), y casi ignorado. August Derleth y Donald Wandrei iniciaron dos años más tarde la publicación en libro de sus mejores obras. En 1939 apareció "El extraño y otros relatos", un tomo hoy agotado de 553 páginas que suele venderse a 100 dólares el ejemplar. "La muralla del sueño" apareció en 1943, y en 1944 se publicó "Marginalia", obra en la que Winfield Townley Scott, Frank Belknap Long, August Derleth, Henry Kuttner, Francis Flagg y otros escritores rinden a Lovecraft un homenaje póstumo. "Las viejas calles de Providence - escribe el poeta W.T. Scott - han sido dignamente frecuentadas durante generaciones por el recuerdo de la figura intensa y oscura de Edgar Allan Poe, y me parece que ahora veremos al fin que un caballero más alto, delgado y ascético se ha unido a él, camina con él, y es más especialmente nuestro". Según el crítico francés Jacques Bergier, varias nociones fundamentales de tipo científico hacen de Lovecraft el verdadero creador del cuento materialista de terror; la infinitud del espacio-tiempo (H.P. Robertson y Vorontzov-Veliaminov), la antigüedad de la vida terrestre (¿dos mil setecientos millones de años?) y nuestro desconocimiento de las formas primitivas de esa vida. "El gran mérito de Lovecraft" - escribe Bergier - "es el de haber conquistado para la imaginación humana dominios inmensos en los que no había osado aventurarse. Ha creado un mito que expresa la grandeza y el terror del universo".
Acerca de este carácter mítico de la obra de Lovecraft ha dicho Claude Ernoult: "Apoyados en la hipótesis de una cuarta dimensión del espacio, o de una evolución biológica marina paralela a la evolución de las especies terrestres, o de las relaciones interplanetarias, los mitos de Lovecraft nos pertenecen, creemos en ellos.. Lovecraft ha sabido descubrir la continuidad de la función mítica humana, y ha construido el puente que une los mitos antiguos a los nuevos. Y ha sabido advertir, además, que en esa continuidad no ha dejado de producirse una revolución que hoy permite al hombre adelantarse a sus mitos, asumir la responsabilidad por los mismos".
[*] © 2004, Jorge R. Ogdon (a) Dogon. Queda hecho el depósito que marca la Ley N° 11.723 de Registro de la Propiedad Intelectual de la República Argentina. Es propiedad. Derechos reservados. N.B.: Los derechos de los textos transcriptos y de las ilustraciones de tapa reproducidos en esta nota pertenecen a sus respectivos autores, y se presentan únicamente como material didáctico y de estudio para los visitantes ocasionales de Nueva Logia del Tentáculo.
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