§ 2. Prólogo de Lester del Río

H.P. Lovecraft-A. Derleth, El que acecha en el umbral. Ediciones Fantaciencia. Buenos Aires, 1976, pp. 5-6

© DOGON [*]

La obra de Lovecraft, aunque se encuentra a la cabeza de la literatura fantástica, es tan controvertida como su vida misma.

Nació Howard Phillips Lovecraft en Providence (Rhode Island) el 20 de agosto de 1890. Fueron sus padres Winfield Scott Lovecraft, "neurótico y dictatorial" al decir de los biógrafos, de profesión viajante, que nunca convivió con su hijo, primero por sus ocupaciones y segundo porque murió cuando el autor tenía sólo ocho años de edad. Su madre Sarah Susan Phillips, era de carácter sumamente nervioso y volcó en el niño toda la ansiedad que resultaba de un matrimonio desavenido. Creció Lovecraft "convencido de su fealdad y de que la gente que le rodeaba no merecía el roce dado que, como él era hijo de padres ingleses, era de otra estirpe y por lo tanto ajeno al monstruoso país en el que vivía".

Como era de esperar con tal influencia, se crió acompañado en su imaginación por seres extraños, reprimido y solitario, echo [sic] a un lado por todos los niños de su edad. Creció rodeado únicamente por los libros de la biblioteca de su abuelo materno. Se consideraba británico cien por cien y adoraba todo lo que le recordase el pasado colonial de su patria. Recogemos del estudio-prólogo que Rafael Llopis escribió para la obra "Los Mitos de Cthulhu", Alianza Editorial, Libro de Bolsillo, Sección Literatura, n° 196, Madrid, 1969:

"Educado en un santo temor al género humano (exceptuando de éste a las "buenas familias" de origen anglosajón), creía que nadie era capaz de comprender ni de amar a nadie y se sentía un extranjero en su patria. Para él, 'el pensamiento humano... es quizá el espectáculo más divertido y más desalentador del globo terráqueo. Es divertido por sus contradicciones y la pomposidad con que intenta analizar dogmáticamente un cosmos totalmente incógnito e incognoscible., en el cual la humanidad no constituye sino un átomo transitorio y despreciable; es desalentador porque, por su misma índole, nunca alcanzará ese grado ideal de unanimidad que permitiría liberar su tremenda energía en provecho de la raza humana'". "El conflicto es la única realidad ineludible de la vida", escribió Lovecraft . Y él, incapacitado para la lucha, se encerró en el pesimismo de su soledad impotente, entre dos viejas tías solteronas, rodeado de muebles antiguos y empolvados. Hasta los treinta años no pasó una noche fuera de su casa. Filosóficamente se consideraba "monista dogmático" y "materialista mecanicista", y era en realidad un escéptico radical, absoluto, auto-destructor. Para él, el colmo del idealismo era pretender mejorar la situación del hombre.

Y así fue su vida, que luego se convirtió en leyenda: una vida de penuria económica, de represión y soledad, de amargura y pesimismo. Odiaba la luz del día. Pero en las noches revivía para leer, para escribir y paras pasear por las calles solitarias - sin enemigos ya - y, sobre todo, para soñar. Lovecraft vivía por y para sus sueños. En ellos experimentaba "una extraña sensación de expectación y de aventura, relacionada con el paisaje, con la arquitectura y con ciertos efectos de las nubes en el cielo". Este goce estético fue el que según Derleth le impidió suicidarse. Sus amigos, sin embargo, lo pintaban como hombre afable, bondadoso y cordial. Bloch decía además que "El cuadro del hombre retraído y solitario que persigue sombras y pasea de noche en antiguos cementerios no es completo. La rareza de Lovecraft residió en que su torre de marfil estaba mejor construida y era más bella que la mayoría de ellas y en que invitaba al mundo entero a visitarla y a compartir sus riquezas".

Murió a la edad de cuarenta y siete años un 15 de marzo de 1937 en el Jane Brown Memorial Hospital de Providence. Como dato bibliográfico brindamos las obras de Howard Phillips Lovecraft que han sido traducidas al castellano:

"El llamado de Cthulhu", "El color que cayó del cielo", "El que susurraba en las tinieblas", "En las montañas de la locura", "La ciudad sin nombre", "La cosa en el umbral", "El caso de Charles Dexter Ward", "El horror de Dunwich", "Los sueños en la casa de la bruja", "La habitación de los postigos cerrados", "Las ratas de las paredes", "El extraño", "La casa encantada", "Las declaraciones de Carter", "Aire frío", "El pantano luna", "El que acecha en el umbral", "Herbert West, reanimador", "Horror en Red Hook", "El templo", "En la cripta", "El modelo de Pickman", "Arthur Jermyn", "El sabueso", "Desde más allá", "La tumba", "Hipnos", "Más allá de la pared del sueño".


[*] © 2004, Jorge R. Ogdon (a) Dogon. Queda hecho el depósito que marca la Ley N° 11.723 de Registro de la Propiedad Intelectual de la República Argentina. Es propiedad. Derechos reservados. N.B.: Los derechos de los textos transcriptos y de las ilustraciones de tapa reproducidos en esta nota pertenecen a sus respectivos autores, y se presentan únicamente como material didáctico y de estudio para los visitantes ocasionales de Nueva Logia del Tentáculo.

 

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