Mundo Inferior Mesopotámico

© Ezdra-Él

Invocador del Bermejo Cthulhu


Pérgamo, Foto 2004 © Henry Armitage

Si tú quieres bajar a los infiernos, entonces debes aceptar de buen corazón mi consejo:
un vestido puro no debes ponerte, o si no, los muertos reconocerán que tu allá eres un extranjero
no debes untarte un ungüento precioso
o si no ellos, oliendo el perfume, se aunaran a tu alrededor

no debes alzar tu espada en los infiernos
si no te rodearan aquellos que han sido muertos por la espada

no debes tomar un cetro en tus manos
o si no temblarán ante ti todos los espiritus

no debes calzar tus pies con sandalias
no se puede hacer ruido en los infiernos

I

HABITANTES DEL MUNDO INFERIOR

El Mundo Inferior Mesopotámico esta ordenado de la siguiente forma:

Seres Divinos Infernales

Haciendo alusión a que léxicamente los relatos están condicionados por oposiciones bajar-subir, infierno-superno y que el sentido de éstos depende del contenido semántico y valórico que se le asigne al arriba y abajo, por cuanto estos seres "infernales" no son necesariamente malignos.

Seres Humanos habitantes del Mundo Inferior

A la última categoría, he de acotar que los humanos al morir, pasan a ser un etemmu (en acádio) - gidim (en sumerio) nombres de origen y significado aún no aclarado.

Etemmu morfológicamente pertenece al paradigma de los nombres, (tanto sustantivos como adjetivos) que poseen la llamada "reduplicación numinosa", es decir, que denotan una sacralidad sobresaliente. A veces, cuando el etemmu es dañino se lo llama utukku, que algunos textos (Ars Necronómica?) corresponde a un demonio con cabeza de León con manos y pies de Anzu.

La impresión que dejan los textos que describen la suerte de los etemmu en el Mundo Inferior, es que allá, continuamos en una tétrica prolongación de nuestra existencia terrestre, el político sigue siendo político, nuestro Çide Abdul Alhazred seguiría siendo un vertedor de la verdad universal en prosa, etc., es decir, se mantienen las identidades y jerarquías tenidas en la vida terrestre. La muerte es propiamente un cambio de forma de existencia: se pasa de la vida a la etemmutu, condición de espectro "sombra de la sombra".

Respecto al Habur, se supone que el Mundo Inferior, está a corta distancia de la superficie del suelo, sin embargo, la entrada al inframundo está ruqu, lejos, al Occidente, allí donde se entra el sol. El viajero que a él se dirige, se encuentra con el río Habur, y Humut-tabal, el barquero, que lo conduce al más allá.

II

DESCRIPCIÓN DEL MUNDO INFERIOR

Aquí nos vamos a preocupar por la modalidad de las oposiciones señaladas en la cultura de la antigua Mesopotamia, para comenzar de lleno, déjenme citar a George Sarton en su Historia de la Ciencia:

[...] es infantil suponer que la ciencia comenzó en Grecia: el milagro griego fue preparado en Egipto, Mesopotamia y posiblemente en otras regiones por una obra de varios milenios. La ciencia hélenica fue menos una invención que un renacimiento.

Como mencioné anteriormente, el viajero que quiere pasar al Mundo Inferior, debe toparse con el río Habur y Hummut-Tabal, el barquero que lo conduce mas allá. Otros textos, mencionan una escalera que conduce desde el Cielo hasta los límites de la ciudad del Mundo Inferior, que está rodeada por 14 muros, cada uno con su puerta y su correspondiente portero. La primera puerta esta custodiada por el Jefe Portero Ganzir Nedu/Neti, Ojo del Mundo Inferior

Cruzados los muros el viajero se halla en un amplio espacio donde se yergue el palacio real Diligina, hecho de lapislázuli, provisto de todas las dependencias necesarias para el confort de sus divinos moradores, incluyendo una sala de baño; otro palacio importante es el de la corte de justicia Ekalgina, donde sesiona el Tribunal del Mundo Inferior. El ambiente es ruinoso, oscuro y desértico y Shaqummu, mortalmente silencioso.

Hay una serie de frases hechas en torno al Mundo Inferior y que resultan semánticamente importantes, se le denomina "la casa donde se entra y no se sale" y "la casa donde el que entra es privado de luz".

Sobre el Inframundo no me queda más que decir que es un lugar de absoluto silencio y de quietud que no debe ser perturbada, un lugar de desnudez total (como mas adelante detallaré, con el descenso de Innana/Ishtar)... Hay excepciones si a tamaña regla de quietud, Gilgamesh el pendenciero, por ejemplo.

SERES DIVINOS INFERNALES


Ereshkigal
Señora de la Tierra Grande, Reina del Mundo Inferior

Ereshkigal: Dissolution © DemetriosVakras

En la ciudad de la muerte, reside un panteón divino que la gobierna, a la cabeza de estos seres, la Reina del Mundo Inferior, Ereshkigal, "Señora de la Tierra Grande", con su esposo Nergal, acérrimos enemigos antes de los tiempos, odio que terminó traspolándose en amor, Nergal era un dios celestial que finalmente y por lo citado en forma previa, terminó fijando su residencia en el Mundo Inferior.
Le siguen Ningishzida, porteador del trono y su esposa Geshtinanna (=Vid del Cielo), cuya función es administrativa, es decir, se encarga de velar por que se cumplan las normas protocolares para llegar hasta el Inframundo, o sea, trayendo las debidas ofrendas a los dioses.


Nergal

Versión Moderna © Franck Benoualid

A la izquierda de estos seres, se encuentra un importante dios, Namtar, la etimología de su nombre explica su función (el Repartidor), reparte la suerte de los hombres y fija el momento de su muerte (existen textos que suguieren que cada hombre tiene su Namtar personal), análogo al Moira de los griegos. Los dioses inferiores reciben el título de Anunna, son jueces y testigos de las reglas, pero por lo general son protectores y benéficos, hacen sus sesiones en el palacio de justicia citado arriba.

Junto a estas divinidades, se encuentran los hombres famosos de la antigüedad, que post mortem, se transformaron en divinidades infernales. A esta categoria pertenencen los Héroes de Uruk, Enmerkar, Lugalbanda, Dumuzi y mi heroe favorito Gilgamesh (su historia está narrada en suerte de viñetas con inscripciones cuneiformes, por lo que se le denomina como el primer comic de la historia de la humanidad)

En el inframundo habitan una serie de demonios de distinto tipo, algunos pocos beneficos, el resto, no hace más que repartir enfermedades y males entre los hombres. La Diosa hermana de Ereshkigal, Inanna, era escoltada por una jauría de esta clase de demonios, llamados Gallha, de ellos se dice:

no conocen agua, no comen la harina esparcida, no beben del agua libada, ellos quital la mujer del marido, quitan el niño de la nodriza

En esta categoría se encuentran quince dioses zoo-antropomorfos, la versión sumeria del Arcángel Azrael, homólogicamente a su función era Mutu, la Muerte, con cabeza de león, manos humanas y pies de ave.

Los Me, que cito en mi semblanza, son tablillas las cuales servían a modo de verdaderas agendas, las que contenian manuales religiosos y fórmulas varias, en una de ellas, se detalla que los dioses para crear a los hombres, combinaron una serie de elementos, y que tomaron tantas cosas de esto y de esto otro..., también está registrado el Algoritmo Universal, donde entre varias manifestaciones matemáticas, estan descritos 12 planetas, uno de ellos, el planeta de estos dioses, gira transversalmente a la orbita lógica de los conocidos , y que no recuerdo cada cuanto tiempo (creo que cada 6000 años), queda entre la Tierra y Marte, oportunidad que utilizan para volver a la tierra (¿Término del letargo de chtulhu?)

III

RESEÑA DE LA EPOPEYA DE GILGAMESH


Gilgamesh

Proclamaré al mundo las hazañas de Gilgamesh... el hombre al que todas las cosas le eran conocidas... era sabio... conocía cosas secretas, nos trajo una historia de antes de la inundación. Partió en un largo viaje, estaba abatido, cansado de trabajar; al regresar descansó y grabó en una piedra todo el relato.

Gilgamesh era el señor de Uruk, en Mesopotamia. Al ser en parte humano y en parte divino eran tan arrogante que los dioses decidieron crear al guerrero Enkidú, que habría de igularle en fuerza.

Enkidú y Gilgamesh lucharon vehementemente entre sí durante el primer encuentro, pero luego se hicieron íntimos amigos y marcharon juntos a matar a Humbaba, "el Gran Mal".

Cuando regresaba, la diosa Ishtar vio la belleza de Gilgamesh y le pidió que se casara con ella, pero él se negó. Entonces, furiosa, le pidió a su padre Anu que crease el Toro del Cielo para que destruyese la tierra. Pero Enkidú y Gilgamesh le dieron muerte. En este momento, los dioses deciden que uno de los héroes debe pagar y Enkidú cae enfermo y muere. Llorando, Gilgamesh emprende viaje para encontrar a Utnapishtim, el antecesor de la humanidad y así preguntarle por qué todos han de morir. Viaja a los confienes de la tierra y el camino de regreso encuentra una planta capaz de devolverle la juventud a los ancianos. Un día, al detenerse a beber en un charco, una serpiente se come la planta, razón por la que las serpientes mudan de piel y se hacen jóvenes de nuevo, mientras que los hombres envejecen y mueren.

EL DILUVIO

Utnapishtim, el único hombres sobreviviente del gran diluvio enviado por los dioses, vivía en la ciudad de Shurrupak, donde servía al dios Ea.

La ciudad y los dioses envejecieron y la diosa Ishtar causó tantos conflictos entre los hombres, que de tanto ruido los dioses no conseguían conciliar el sueño. Así, Enlili, dios de la tierra, el viento y el aire, dijo:

Desatemos las aguas sobre el mundo, y que todos perezcan ahogados.

Los dioses accedieron, pero Ea adviritió que Utnapishtim de la catástrofe que se avecinaba y en un sueño le dijo que construyera una nave y que metiera en ella una pareja de cada especie. Durante siete noches, la tempestad se desató con furia hasta que todo el mundo se cubrió con las aguas. Finalmente la nave llegó a tierra en la cima del monte Nisir. Para comprobar la extensión de las aguas, Utnapishtim soltó una paloma, luego una golondrina y finalmente un cuervo. Al no regresar éste último, supuso que que había encontrado dónde posarse y que las aguas estaban cediendo. En acción de gracias, encendió un fuego e hizo sacrificios a los dioses. Enlil encendió de ira al oler el humo, pero el sabio Ea intercedió y Enlil hizo a Utnapashtim y a su esposa inmortales. Ellos son pues, los antecesores de toda la humanidad.

Anticuario H.P. Lovecraft

 

 

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