© Zdzislaw Beksinski

 

ACTIVIDADES COLECTIVAS

Poema | Relato | Encadenados | Imágenes

 

Poema Colectivo

 

Escalofrío gestado ha derretido ya
pulverizando todas las manchas negras del sol
algún paraíso dormido inmunizado va
Cthulhu trepa por la raíz salada en caracol

Henry Armitage

Desiertos estrellados son mis labios
y en polares abismos mis palabras susurran,
la nívea arena de mis arcanos versos
esculpirá esfinges en escarchados vacíos.

Kryshul D´Naihotep

Arco Iris negro marca un horizonte eterno
Cristales de fuego esculpen finos trazos de entelequia
Transformando los ecos de gargantas inmensas
En férrea oración que declama en unificada lengua madre.

Joseph Curwen

Solitario reflejo de un objeto invisible,
amurado contra un rincón alejado,
como si fuera viejo y, sin embargo, tan nuevo,
el rostro sin cara se asemeja a algo vago.

Dogon

Como vacios informes que moldean lo indecible
Mis pasos me conduciran a tierras lejanas,
donde el arco oscuro marca la entrada...
Alli donde el antiguo idolo monta su guardia.

Harley Warren

Ondoso cerco que de pulposo oro
ciegas con fulgor la amenazante luz
de mis agrios desvaríos; decoro
de mis yerros, quejumbroso parteluz.

Abdul Al-Hazred

Y fue entonces que leí aterrado
del Misterioso Arcano la profecía
la puerta del insondable abismo se abriría
y la Atlántida hallaría el final anunciado

As Selet

Aluvión en el umbral lumínico
que desborda todos mis sentidos
el alma aterra con ojo cínico
no calma ver crías crueles en nidos

Henry Armitage

¡Pútridas bocas hambrientas,
qué tributo de almas en pena
con blasfema malicia esperan
y de mi esencia psíquica se apoderan!

Hee Hoo


 

Relato Colectivo

Ondoso cerco que de pulposo oro
ciegas con fulgor la amenazante luz
de mis agrios desvaríos; decoro
de mis yerros, quejumbroso parteluz.

Abdul Alhazred

Las aguas abrían su vientre traslúcido para dar paso a unos gentiles aros dorados, florecidos con ventosas. Y allí me encontraba yo, recio y membrudo lobo de mar, luchando a brazo partido con los encajes de alambre que trenzaba las espumas de las olas. Así, de buen grado, casi placenteramente, acepté el abrazo pulposo, que me pareció monstruosamente bello. Me sirvió de auxilio, dió descanso a mis piernas tumefactas y me abrazó amorosamente, mientras yo inclinaba mi cabeza como si quisiese oir palabras de ternura que pudieran salir de sus ventosas de labios pálidos. Cuando abrí los ojos, se llenaron de sal y del color verdoso de las aguas marinas. Todo parecía ir bien, pero todo el hechizo se rompió al intentar respirar en ese universo acuoso.

Henry Armitage

Solitario reflejo de un objeto invisible,
amurado contra un rincón alejado,
como si fuera viejo y, sin embargo, tan nuevo,
el rostro sin cara se asemeja a algo vago.

Dogon

El universo se contrae en mi derredor, la desesperación que nace del caos, del instante en que el delicado hilo que esta por cortarse se tensa en una cuerda de mandolina.
El mundo atraviesa un lente verdoso, que se opaca y, a lo lejos, las imágenes indefinibles evocan recuerdos del pasado, de instantes que en las garras del impío añoro.
Se cierra sobre mí, oprime y el dolor se convierte en la esfumada visión de un pasado cercano, de los pasos que me arrastran a las profundidades de esta tumba acuosa. Recuerdos que parecen tan lejanos como siglos de historia, pero aún cercanos como el líquido corrupto que entre mis dedos supura.
Veo un rostro en mi memoria, carece de imagen, pero podría ser la mía propia.
Mi mente ya no logra enlazar estos cabos sueltos como eslabones de una historia nunca escrita, todo es difuso, y ese rostro quiere hablarme, decirme al oído las palabras que nunca logre pronunciar. Pero ya no puedo escucharle...

Harley Warren

Como vacios informes que moldean lo indecible
Mis pasos me conduciran a tierras lejanas,
donde el arco oscuro marca la entrada...
Alli donde el antiguo idolo monta su guardia

Harley Warren

Una sensación extraña envuelve mi mente, los escurridizos tentáculos que hace tan solo unos instantes me rodeaban se han difuminado ente algas, corales y desconocidos ecos sonoros hasta ahora nunca escuchados. Unas agudas corrientes marinas trazan en las profundas arenas vírgenes un camino que, sin saber porqué, tengo la necesidad de recorrer; una senda que se desliza entre rocas piramidales salpicadas de pequeñas caracoles de mil colores, cientos de algas que danzan vertiginosos ritmos cadenciosos a mi paso orquestados por los sinuosos caprichos acuáticos, solemnes grutas sólo iluminadas en sus entrañas por los tornasolados reflejos coralinos y toda una serie de elementos abismales jamás descritos por tratado de Ciencias Naturales. Al fondo, en el lejano horizonte submarino y aunque nadie me lo haya dicho, sé que se alza un gigantesco arco oscuro, puerta de entrada a un insólito reino de seres inauditos de inhumana fisonomía y sorprendentes costumbres. El antiguo ídolo eternamente guarda la entrada para que nunca extraños ojos vislumbren todo aquello que no serían capaces de comprender.

Joseph Curwen

Y fue entonces que leí aterrado
del Misterioso Arcano la profecía
la puerta del insondable abismo se abriría
y la Atlántida hallaría el final anunciado.

As Selet

El verde esmeralda de los templos rocosos se torna azul, helado canal de transparentes sillares, que palpitan al retumbar de los cánticos proféticos de arcanas y desaparecidas voces ululantes, que aún serpentean en la ruinas de la naciente y nonata Atlántida, ella vestirá de alabanzas y radiante voluptuosidad, al señor del abisal páramo, anhelante y durmiente soñador de los fondos profundos, está tu deseo de futuro caos, en los ardientes desiertos, entre los aulladores glaciares, sobre los sirvientes humanos que loan en sus quimeras, tu estela de pasado por pasar y de futuro por alcanzar. Omnipotente viajante de universos, ¡¡¡Oh, Gran Cthulhu!!!, esperanza mia, ruego que surjas para los que somos y seremos tus profundos, de tu lecho marino, trae tus tentaculares enseñanzas a tus siervos descarriados.

Kryshul D´Naihotep

Desiertos estrellados son mis labios
y en polares abismos mis palabras susurran,
la nívea arena de mis arcanos versos
esculpirá esfinges en escarchados vacíos.

Kryshul D´Naihotep

Me deshacía buscando la cadencia exacta, el ritmo adecuado con el que esculpir su figura, la imagen idílica que cinceló mi apetito en base a su existencia soñada; pero en el yermo árido de mis labios tibios sólo habitaba la inmensidad abismal de la noche cerrada. A lo lejos, muy de tarde en tarde, mis torpes balbuceos ponía nombres deslavazados a la estrella que tintineante me hacía guiños; quise hacerle una cobertura de chocolate humeante con mis palabras, y sólo emití susurros inconexos, carentes de la argamasa que imprime melodías a los sentimientos con los que hacer por emerger vida de la podredumbre. Estaba frente a mis ojos entornados. Era perenne en mi mente, como los hielos polares. Su silueta era rotunda, delimitada por los trazos firmes de los pinceles vacíos; pero se deshacía en la vacuosidad de mi silencio articulatorio como la arena seca, con la jabonosidad escurridiza de la impotencia extrema. Se deshacía en el desierto improductivo de mi boca callada, como se clausura el fracaso.

Abdul Al-Hazred

Arco Iris negro marca un horizonte eterno
Cristales de fuego esculpen finos trazos de entelequia
Transformando los ecos de gargantas inmensas
En férrea oración que declama en unificada lengua madre.

Joseph Curwen

Penetré por el arco sin vacilar, sin que me detuviera el ídolo de grotesco rostro de la entrada. Bien sabía yo que estaba allí para detener a los extraños a aquel mundo subacuático, pero no a mí, que desde hacía generaciones era aguardado allí. Yo bien lo sabía: debía penetrar sin vacilaciones, o de lo contrario el terrible ídolo cobraría vida y me destruiría. Más allá de la siniestra entrada, se alzaba un negro arco iris formado no por la luz del sol, sino por una espectral radiación, invisible a los ojos humanos, pero no a los míos siendo como yo era hijo de estas profundidades. Y al acercarme más, pude contemplar aquella especie de castillo de cristal que resaltaba en medio de la oscuridad abisal con chispas multicolores de un espectral fuego sin llama y que se mostraba ante mí como una entelequia en medio de la nada. Sus ciclópeas puertas se abrieron al aproximarme, y pude escuchar un inmenso coro de miles de inhumanas gargantas declamando en una lengua que al comienzo no entendí pero que muy pronto mi mente, que comenzaba a vibrar al influjo de la herencia de mis antepasados, comenzó a captar como una oración interminable y bellamente modulada por las braquiadas gargantas que me llenó de gozo: "¡Salve Cthulhu y salve tu hijo pródigo que vuelve a R’lyeh!"

As Selet

Intenté apartarme de esos cuerpos, que debían ser mis hermanos de raza, pero que no conseguía enlazar con mis recuerdos, puesto que éstos parecían conservarse intactos. Al contemplar sus cuerpos escamosos, sentía el olor de naturalezas ajenas; al escuchar los ecos de sus voces, enfocaba mi mirada turbia en las agallas de sus gargantas. No quería ser partícipe de esa oración burbujeante, que cantaba alabanzas a una Masa Salobre de volumen majestuoso y divino, que retorcía sus tentáculos y gorgoteaba con sus ventosas una lengua informe, que nunca fue gestada, ni amamantada, ni nutrida por un aliento cálido y sencillamente humano. Intenté zafarme de mis ligaduras de algas e intenté encontar lo que había perdido.

Henry Armitage



© Harley Warren


Encadenados

 

Imágenes


Viñeta para El Modelo Pickman Cyrus Llanfer


 

EFEMÉRIDES NEOLOGIAS

 

 

© 2006