Solsticio

Nueva Logia del Tentáculo

Algo extraño

 

 

 


SOLSTICIO

Siempre he vivido en este valle sombrío entre colinas rechonchas, donde unas nubes espesas tapizaban un suelo esponjoso. Aquel era el ombligo de mi mundo, en el que las ramas desnudas golpeaban los cristales de mi ventana con sus nudillos engarfiados. Allí murieron mis pensamientos y nacieron mis miedos.

Miedos de los que aún hoy no he logrado zafarme, sino que me atenazan de por vida con el vigor de una garra prensil que me asfixia. Miedos de exhalación entrecortada, de hálito extremo y extrema carencia, que me sumerge en la sombra de otros mundos. La distancia y el tiempo no alcanzaron mi evanescencia.
Mi vida transcurre en un miedo absoluto, miedo del aire que respiro, miedo de la ténue luz que me alumbra en las frías noches de invierno, miedo de la turbia agua que apaga mi remota sed de vida. Y lo que es peor, miedo de mí mismo, de mi triste existencia, de mi envolvente soledad, de mis corruptas entrañas.
Algunas noches, cuando la luna llena el cielo de la noche y me baña desnudo en mi alcoba, abro una caja de música y empieza a sonar un vals; pero la tengo que cerrar de golpe, porque la maza de un puño machaca mi puerta y una boca de ventosa empieza a ulular una melodía escalofriante.

Nada me distancia, nada me evade de este infernal sótano de mis pensamientos, donde me siento encadenado al interior herrumbroso de mi

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© 2003