La quintaesencia de Lubitsch
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Sinopsis | Una mujer casada con un aburrido diplomántico inglés hace una escapada a París donde conoce a un atractivo hombre, que resulta ser un antiguo amigo de su marido.
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Crítica | Puntuación del crítico: 10 | Obra maestra incontestable del director mas inteligente que jamás haya dado el septimo arte. En 91 minutos se ríe de la censura a carcajada limpia, y es que sin hacer ninguna alusión en el dialogo ni enseñarnos ningun indicio en imagen de ello, nos damos perfecta cuenta de que en realidad Marlene Dietrich es una ex-prostituta de lujo, ahora casada,que vuelve a Paris para saludar a su Madam, con tan mala suerte que se topa con Melvyn Douglass quien la confunde inmediatamente con una prostituta. El film está lleno de insinuaciones, ocultaciones, y sofisticacion, en el que en ningun momento se habla de una manera prosaica y sin embargo en todo momento sabemos lo que se quiere decir. Continuamente se finge algo, pero mediante la gran interpretación que Lubitsch logra extraer de su plausible plantel estelar -sobre todo una inspiradisima Dietrich-, y su elegante puesta en escena, comprendemos perfectamente lo que pasa en realidad. Como decía Billy Wilder: "Lubitsch nos dice dos mas dos, y el espectador se encarga de hacer la suma". Eso es verdad (Lubitch creía que su público era inteligente) y lo descubrimos en varios momentos en este film, como por ejemplo cuando Douglass va a casa de Marshall y Dietrich, sin saber que esta es la esposa de Marshall, hay un retrato dado la vuelta, y Douglass pregunta "¿ese retrato es de su mujer?", Marshall dice que sí, y vemos como Melvyn douglass sale de plano, con la intención, por supuesto de mirar el retrato de frente, otro lo hubiera enseñado, sin embargo Lubitsch acaba la escena en este plano con un fundido, no hace falta mas, la información está dada. Magistral utilización del fuera de plano. Por otra parte el archifamoso toque Lubitsch se pone de manifiesto al final de otras muchas escenas a lo largo de la película. El ejemplo más memorable de ello escuando en pleno Affair amoroso en Paris, Melvyn Douglass quiere regalar un ramo de flores a la Dietrich, toda la escena ocurre en Off y nos enteramos de lo que pasa a través de los ojos de la florista del parque, mediante un plano medio de esta. Mientras Douglass compra la flor, Dietrich se marcha, y Melvyn desaparece de plano gritando Angel, Angel. Finalmente la camara sigue a la vieja vendedora, quien recobra su ramo, recogiendolo del suelo, al lado del banco donde se hayaban los dos amantes: la interrupción de un romance. De nuevo magistral utilización del fuera de plano. Destacar como no también a los actores secundarios, qeu brillan de nuevo a gran altura, destacando sobre todos ellos a Edward Everett Horton, el secundario por excelencia de las peliculas de Lubitsch, y uno de los mas destacados de la época clásica en Hollywood. Las sutilezas se suceden en este magistral ejercicio cinematográfico hasta un final casi inevitable, del cual no saldrá feliz nadie.
MARAVILLOSO LUBITSCH
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Al Sampedro | |
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