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Esta no es la parte más elegante de la ciudad, bueno, yo tampoco soy un tipo muy elegante. El Gastown Bar está situado en Vancouver, en la Columbia Británica. Es un local viejo y gastado, con no muy buena reputación para la gente decente de la ciudad. Muchos dirían que es un antro... pero es mi antro .
Aparco la moto en la entrada y me enciendo un puro. Escucho el ruido de cristales rompiéndose y veo a un tipo salir despedido por una de las ventanas del local. Un sucio camionero borracho se remueve dolorido en el suelo, parece haber mordido más de lo que puede tragar. No me resulta difícil imaginar quien es el responsable de tan severo correctivo. Dos segundos más tarde otro tipo atraviesa la puerta y cae junto al primero. Este, demasiado estúpido para saber cuando ha recibido una lección, intenta entrar de nuevo... para encontrarse con mi puño en su estómago. Lo dejo retorciéndose de dolor.
Al entrar en el bar, observo que todo está como siempre. Humo, alcohol, sudor y mucho ruido. El Gastown Bar es una auténtica demostración de cómo acabar con los sentidos de la clientela. Me encanta. Lo echaba de menos.
Algunos clientes se distraen de sus charlas y de sus risas un instante, para mirarme .La mayoría son camioneros de paso y leñadores de la zona. En busca de un poco de diversión para olvidar la dura rutina diaria. En un momento vuelven a lo que estaban haciendo.
Casi todos están observando una de las muchas peleas que se suceden en el local.
Esta es diferente. Tres robustos leñadores se enfrentan a un pequeño hombrecillo de apenas un metro. Los movimientos del hombrecillo son rápidos y gráciles, más de lo que se podría esperar de sus cortos miembros. Con una agilidad sorprendente, salta contra la pared para rebotar en ella y lanzarse encogido y hecho una bola contra los leñadores, derribando a dos de ellos como si fueran bolos. Sonrío al ver como Puck sigue siendo tan eficiente como siempre.
“-En un momento estoy contigo ¿eh?” me dice Puck con una sonrisa.
“-¿Necesitas una mano?”
“-¿Quien, yo?” dice mientras derriba al tercer leñador de una certera patada en pleno rostro.
“-No esperaba verte por aquí, Judd, pensaba que estarías con tus amigos de Alpha Flight”
“-Después de los problemas que hemos tenido últimamente con el departamento H, estamos reorganizando el grupo, se puede decir que estoy de vacaciones, al menos de momento... ¿Una cerveza?” Sin esperar a mi respuesta salta encima de un taburete y se sienta en la barra, haciendo un gesto al camarero para que sirva dos cervezas bien frías.
“-¿Qué te trae por aquí, Logan?”
“-Buscaba un poco de calma y tranquilidad”
“-Bueno, no se si has venido al sitio adecuado, ¿eh? ¿Es por todo lo que les ha pasado a tus amigos-x en los últimos tiempos? Escuché cuando Xavier salió del armario, lo de Genosha y los centinelas... Corren malos tiempos, ¿eh?”
“-Los tiempos están cambiando, si...”
Los últimos hechos que han ocurrido acuden a mi mente. Como Xavier salió por la TV revelando a todo el mundo que era mutante, claro que no era realmente él, sino Cassandra Nova con su cuerpo... pero eso hizo cambiar muchas cosas. La escuela está llena de nuevos alumnos mutantes, no un grupo reducido como los Nuevos Mutantes y Generación-x, sino en grandes cantidades. No es que fuera una mala idea, pero era un cambio respecto al estatus anterior, sin lugar a dudas.
Por no hablar de los millones de muertos de Genosha, la reciente masacre de mutantes en las alcantarillas de Londres...
No son buenos tiempos para los mutantes. Claro que, ¿cuándo lo han sido?.
“-¿Como está, Heather, Judd? Hace tiempo que no nos vemos”
“-Muy bien, ahora mismo está de visita en casa de sus padres... Estamos saliendo juntos, ¿lo sabías, Logan?”
“-¿Sí?, vaya, me alegro, por los dos. Pero cuídala bien, si no te las tendrás que ver conmigo, enano”
“-Por supuesto, y, ¿a quien llamas enano? ¿eh?”
Sonrío y le doy un trago a mi cerveza. Siempre he notado que Puck sentía algo especial por Heather. Si ella le corresponde significa que es feliz. Eso es suficiente para mí.
Judd es un buen tipo, un buen hombre... me alegro por ellos.
“-Supongo, Logan, que sigues siendo tan duro ¿eh?” dice sacándome de mis pensamientos.
“-Por supuesto, pequeñín, ¿quieres comprobarlo?” contesto con una sonrisa apurando el último trago de cerveza.
“-¡Bambi, cielo, trae el “especial” de la casa!, este fanfarrón va a averiguar quien es el mejor bebedor de la zona!”
Un par de horas después, el vencedor de este juego es el esperado, como no podía ser de otro modo. Ventajas de tener un sistema de recuperación mutante. Aunque tengo que reconocer que el bueno de Puck, ha aguantado el tipo muy bien... en la mesa quedan una docena de botellas vacías del veneno que hemos estado bebiendo.
El pequeño cuerpo de Puck es mucho más duro de lo que aparenta.
Me enciendo un puro mientras contemplo a mi amigo. Y, de repente, mis pensamientos se desvían salvajemente del curso que estaban siguiendo para ser sustituidos por una serie de ideas y emociones nuevas. Es como si una fuerza invisible estuviese tirando de mí, arrastrándome contra mi voluntad. Me invaden sensaciones, fragmentos de emociones, briznas de pensamientos...
...Dolor...
...Garras afiladas deslizándose sobre una pared cubierta por una película viscosa....
Siento su miedo. Su dolor.
Ya no estoy en el Glastown bar. Me encuentro en un desierto. El sol, como un foco de pintura roja, arroja un resplandor carmesí sobre mí.
El viento me golpea cruelmente.
Un remolino de polvo cruza el árido desierto en mi dirección, una rueda en continuo movimiento, hecha de aire seco y cálido. El remolino cambia, se hace cada vez más denso, hasta convertirse en una sombra plateada.
Comienza a tomar forma humana.
Se convierte en una mujer. Parece una chica joven. Su cabello, rubio plateado, flota tras su rostro como una telaraña de gasa. Está desnuda.
Parece ser sólida pero, a su vez, da también la impresión de ser insustancial. Su rostro es muy hermoso.
Mis sentidos me dicen que todo es real... el desierto, la mujer...
“-...Ayudadme, que alguien me ayude, es que nadie va a.... se acerca, esta aquí, ya viene...”
Extiende los brazos. Y grita...
“-Ottsvilleeeeeeeee...”
“-...ven a Ottsville....”
La imagen de la chica parpadea y comienza a cambiar... siendo sustituida por una criatura demoníaca y humanoide de gran tamaño. Es de color grisáceo, larga cola y una mandíbula llena de dientes afilados como navajas. Sus ojos son como dos carbones encendidos y revelan su odio hacia mí... hacia ella, me doy cuenta de que estoy viendo lo que ella ve.
Un parpadeo y estoy de nuevo en el Glastown Bar. Nadie parece haberse dado cuenta de nada, sólo yo he sido testigo. Sólo yo he escuchado la llamada de auxilio de la chica. Sólo yo he visto los ojos de esa criatura, unos ojos que desprendían una maldad inhumana y terrible. Unos ojos que pertenecían a un N’garai. Una raza de demonios extradimensionales con los que ya me he enfrentado en un par de ocasiones. Son odio puro, instinto puro, rabia pura... Si alguna vez llevasen a cabo la invasión que planean, la Tierra probablemente perdería.
La última vez que me enfrenté a ellos perdí el control de la bestia, del animal que hay en mí... me pregunto si eso volverá a pasar si me encuentro de nuevo con ellos.
Miro a Judd, sigue durmiendo con la cabeza reclinada hacia atrás. Dejo un buen puñado de billetes sobre la barra.
“-Esta ronda la pago yo, viejo amigo. Dale recuerdos a Heather”
“-Clarooooooo, la prózzzima la pagggoooo yyo, Logaaaan” dice cayéndose de la silla. Bambi le ayuda a incorporarse y me dedica un guiño cargado de sentido, le dedico una sonrisa inocente y me dirijo a la puerta.
Abandono el Glastown Bar, perdido en mis pensamientos. Podría pedir ayuda a mis compañeros de la Patrulla, pero esto es algo que debo hacer solo.
¿Quién es esa misteriosa chica? ¿Por qué pedía ayuda?. No se si el mensaje iba dirigido a otra persona, nunca la vi antes... ¿o era para mí?. Sólo se que me ha pedido ayuda y eso es más que suficiente.
Arranco mi motocicleta, el aeropuerto de Vancouver no está muy lejos. Creo que conozco al tipo que puede ayudarme a descifrar todo este asunto...
PD: Una historia q algún día puede q continué en Action tales...
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