Puntuación del crítico: 9 | Después de dos maravillosas entregas, todo el mundo se mordía las uñas pensando en cómo iba a ser ese nuevo proyecto que Lucas Arts estaba preparando. El nuevo Monkey Island, el tercero de las saga, que entonces la convertía en trilogía.
Pues bien, una vez en nuestras manos, podemos decir que es uno de los mejores de la saga, puesto que da lo que promete y más.
El argumento gira en torno a una maldición que sufre Elaine al ponerse el anillo que le ofrece Guybrush, recogido de las bodegas del barco de LeChuck. Se convertirá en una estatua de oro y además será robada por piratas (como es lógico, la verdad). Por ello, nuestro protagonista no solo tendrá que recuperar a su amada, sino también reunir diferentes elementos para contrarrestar la maldición, y para ello tendrá que pasar por varias islas.
El apartado gráfico merece un elogio colosal, puesto que se trata de una muy cuidada manera de realizar una especie de animación 2D muy acertada que parece que estés ante una película de dibujos animados interactiva. Y encima, ¡¡vaya dibujos!! Es una estética muy conseguida, muy caricaturesca que se aleja del (en cierto modo) "realismo" de las entregas anteriores. Los personajes están mucho más alargados y da gusto verlos gesticular cuando hablan o realizar actos la mar de graciosos, imposible no soltar una carcajada cuando Guybrush trata de pisar la arena, ardiente por el sol. Por otro lado, los fondos están cargados de detalles y son muy curiosos. A veces es fácil detenerse a contemplar el virtuosismo del que hacen gala, tienen una ambientación muy digna.
Los videos merecen una mención aparte, son dibujos animados la mar de conseguidos, realmente parece que estés viendo una película y los personajes lucen mejor que nunca. Una animación y dibujos de categoría para una aventura bestial.
El ritmo es muy equilibrado, repleto de grandes momentos y que deja con un muy buen gusto a la hora de finalizarla. Bien cierto es que el final no está a la altura, puesto que es demasiado simple y bastante olvidable. Aún así, esto no quita que estemos ante un juego que promete exploración, conversación y puzzles en moderadas cantidades y en su justa medida. Aunque sea bastante lineal, hay momentos en los que tienes que hacer las cosas en un orden incierto, pero no es tan embarrasado ni complicado como en la segunda parte, que se hacía insufrible, aquí está muy, pero que muy bien. Difícil aburrirse. Ah, y las batallas de insultos en el mar vuelven, con mucho acierto además, pues van acompañadas de bombardeos marinos.
Los personajes, por otra parte, siguen en su tónica, Elaine se muestra (en los primeros momentos de la aventura, claro) bastante más guerrera que antes, LeChuck va a por todas y adopta una presencia mucho más respetable y Guybrush sigue siendo el mismo de siempre, quizá hasta más divertido. No hay que olvidar a los secundarios, que algunos repiten y se hacen agradables de ver, como la adivina, el propio Wally, los caníbales... Pero lo mejor es que los nuevos están a la altura y tampoco merecen desperdicio alguno.
Las islas y localizaciones tienen un encanto genuino, tal y como en las dos partes anteriores. La isla Plunder es delirante como ella sola, toda llena de Pollos y una selva bastante extraña, con una fauna bastante interesante. Así como la isla Blood, repleta de mausoleos, tumbas y, claro está, muertos vivientes. Los habitantes vivos, por otra parte, no son nada normales, bastante depresivos y relajados. Todo esto sin olvidar el regreso a Monkey Island, que es... lo que nadie espera.
La música sigue siendo de lo mejor y esta vez es mucho más pegadiza y resultona, recoge temas de las entregas anteriores y los mejora. De lo mejor.
En fin, genial, los señores de Lucas Arts se superaron con creces en esta aventura, logrando un broque de oro más a la saga de Monkey Island.
Mira, es un mono de tres cabezas.
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