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| Portada de la edición de Planeta | |
He de reconocer que este comic, aunque me llamaba bastante la atención (básicamente por su pareja de autores, Loeb-Sale, que funcionan muy bien juntos), lo dejé en su momento en la balda de la librería. Pero poco tiempo después, rebuscando en la sección de segunda mano, me encuentro con este mismo comic, casi a mitad de precio, y a cambio tan sólo un poco desgastado y arrugado (por mí, perfecto). Me lo compré, por supuesto, y he de decir que he disfrutado mucho con su lectura.
Antes de que Jeph Loeb y Tim Sale triunfaran con sus versiones de Batman (Long Halloween y Dark Victory), y Superman (Las cuatro estaciones) -y más tarde sus versiones de colores de ciertos personajes Marvel como Spiderman, Daredevil o Hulk-, tuvieron la oportunidad de actualizar la imagen de unos personajes menos conocidos. Los Investigadores de lo Desconocido (Challengers of the Unknown en el original), creados por el maestro Jack Kirby, ya gozaron de su propia serie durante la nada desdeñosa cantidad de 20 años (de finales de los 50 a finales de los 70), pero no habían dejado de ser un grupo de 2ª categoría, e incluso prácticamente unos desconocidos por estos lares. Personalmente, reconozco mi absoluto desconocimiento acerca de la calidad y contenidos de la serie original, pero desde luego Loeb y Sale han realizado un trabajo magnífico en la puesta al día del grupo, con el resultado de un comic curioso, muy bien realizado y muy interesante.
El argumento, a grandes rasgos, es que los Investigadores de lo Desconocido se han acomodado en su puesto como superheroes, convirtiéndose más bien en un producto de marketing (con su propia ciudad recreativa y todo). Pero un día, una terrible explosión destruye la base del grupo, llevándose por delante buena parte de dicha ciudad, varios miles de víctimas mortales, y perdiendo también algunos miembros del propio grupo. El resto serán juzgados y después comenzarán una búsqueda interior de su propio destino. Uno hará películas y vivirá la vida a lo loco con un viejo amor, otro dedicará su vida a la magia y el misticismo, y otro se convertirá en poco más que un matón y mercenario. Al final, parece que todos están destinados a autodestruirse pero, con ayuda de un periodista especializado en el grupo, acabarán rehaciéndose, y descubriendo el origen de sus males, lo que les lleva a descubrir que tras la explosión que destruyó la base y la ciudad hay más de lo que parecía en un primer momento, con sorpresas tanto agradables como desagradbles para los supervivientes del grupo. Al final, tendrán que hacer frente a una gran amenaza.
El argumento parte de una premisa muy utilizada: heroes antaño famosos, que son destruidos y ven cómo fracasan sus vidas, para luego sobreponerse a sí mismos y volver a triunfar. Pero el guión está plagado de pequeños detalles y matices que convierten la lectura de este comic en toda una experiencia. Cada uno de los personajes tiene su peso específico en la historia y contemplamos con gran detalle su evolución. Quizás el final se resuelve de una manera un tanto fácil, después de un final donde se atan todos los cabos sueltos, pero en conjunto se trata de una historia muy entretenida (y que engancha desde un principio), con unos personajes muy definidos, y plagada de detalles y buenos momentos. Y si el guión de Jeph Loeb es bueno (nada que ver con algunos de sus últimos trabajos, como Batman: Silencio o Superman/Batman - ojo, que tampoco digo que sean malos guiones [aunque lo piense], sino que són mucho más sencillos y, sobre todo, comerciales), el apartado gráfico es mucho mejor. Tim Sale realiza un trabajo magnífico, soberbio. En el dibujo de los personajes y fondos sigue su línea habitual, con un dibujo característico, de gran nivel, y a veces rozando el caricaturismo; pero donde realiza un trabajo realmente increíble es en el aspecto narrativo y, sobre todo, en la composición de página, donde nos sorprende contínuamente a lo largo de todo el comic (y son más de 200 págs.). Una pequeña obra de arte en ese sentido, si se me permite la osadía. Es una maravilla pasar las páginas.
En definitiva, se trata de un comic al que merece la pena echarle un vistazo. Es interesante y está realizado con mucho interés y maestría por parte de sus autores. Precisamente, los protagonistas del comic no sólo son Investigadores de lo Desconocido, sino que ellos mismos son unos desconocidos para los lectores (lo cual puede retraer a la hora de decidirse a leerlo o comprarlo). Pero está la garantía de encontrar uno de los mejores trabajos de la pareja artística formada por Jeph Loeb y Tim Sale. Personalmente, creo que es su mejor obra, más completa y con menos vicios que sus obras conjuntas posteriores (y soy de los que han disfrutado -y mucho- con Long Halloween y Dark Victory).
Como extras, el comic acaba con una historia curiosa en la que los autores "explican" por qué un villano que sale -y muere- en el comic, resulta que seguía vivo en el Universo DC. Ya se sabe, cosas de la continuidad y de la diversidad de autores manejando diferentes personajes. También se incluyen bocetos de Tim sale, y las portadas originales USA, y el comic se abre con una introducción de Brian Michael Bendis.
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