¿Teléfono rojo?, ¡volamos hacia Moscú!
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| El Pinguino
-- Domingo, 11 de Febrero de 2007 a las 11:02.
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| Jorge Romero
-- Martes, 2 de Enero de 2007 a las 02:07.
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| el pinguino
-- Domingo, 31 de Diciembre de 2006 a las 21:46.
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Ni es la mejor de Kubrick ni te partes de risa viéndola, pero merece la pena por la inquietante visión que hace de un mundo destruido por la estupidez y la incompetencia de los altos mandos. La verdad es que la escena final me produjo verdadero desasosiego.
Una película que sigue teniendo total vigencia hoy día.
¡Feliz entrada al nuevo año, dreamerianos!
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| Woody Constanza
-- Miércoles, 5 de Julio de 2006 a las 23:28.
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Una maravilla, yo me descojono cada vez que la veo. Peter Sellers es dios.
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| Cyberfine Systems
desde Los Ángeles
, EE.UU.
-- Viernes, 16 de Septiembre de 2005 a las 12:49.
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Poco puedo decir acerca de este peliculón que no se haya dicho ya, coincido plenamente con Myers, Ukar y Waster al respecto, y sólo destacaré un par de gags de este film con los que siempre me parto:
- Cuando el bombardero (impagable la tonadilla que suena cada vez que sale) recibe la orden de aplicar la directriz "R", el capitán parece asombrado y afligido pero, tras recibir la confirmación de sus superiores, adopta una actitud de "bueno, órdenes son órdenes", saca su sombrero de cowboy y mete una arenga a sus hombres en la que se demuestra como éste está gozando con su cometido.
- La frase del presidente estadounidense: "¡Basta, no puden pelear en el Gabinete de guerra!".
- Ese "tic" del maravilloso Dr. Strangelove que ya habéis comentado.
- La explicación del general Scott, acerca del agua manipulada por los rusos que contamina nuestros "fluidos corporales" ("las mujeres buscan mi esencia, pero yo no se la doy..."). La cara de Peter Sellers aguantando semejante teoría conspiratoria es tronchante.
- La explicación que el embajador ruso da de porqué no se ha hecho pública la existencia del dispositivo militar que destruirá el mundo ("el presidente iba a hacerlo el lunes, durante el congreso del partido, le gustan las sorpresas").
- Las teorías acerca de una posible guerra entre los EE.UU. y Rusia por las "minas-reservas de vida humana" del futuro ("un momento, ha dicho usted que habría unas 20 mujeres para cada hombre...¿no acabaría eso con el ancestral hábito de la monogamia?).
Genial.
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| avex
-- Viernes, 9 de Septiembre de 2005 a las 04:20.
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La mejor pelicula de Stanley Kubrick
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| Piripiflautico
-- Jueves, 8 de Septiembre de 2005 a las 21:43.
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| Waster
desde Madrid
, España
-- Martes, 14 de Junio de 2005 a las 21:25.
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| Myers
-- Sábado, 12 de Febrero de 2005 a las 13:24.
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Sátira bélico-política de la mano de Stanley Kubrick, en la que es, en mi opinión una de sus mejores obras. Realmente tiene escenas regocijantes, aunque no deje de tener su trasfondo pesadillesco y oscuro. La guerra fría como eje argumental de un relato donde Kubrick no duda en ofrecernos una visión genialmente irónica y caricaturesca de situaciones (el prólogo, la de la máquina de Coca-Cola, el de la caída de la bomba) y personajes (comedido y espléndido George C. Scott, Peter Sellers con un triple personaje, quedando para la memoria colectiva su creación del temible Dr. Strangelove) como catalizador del film. Una única visión de ¿TELÉFONO ROJO? VOLAMOS HACIA MOSCÚ no basta para conectar con su humor anárquico. El guión en tono de farsa y la siempre magistral puesta en escena de Kubrick confirman a esta película como uno de los indispensables clásicos de su director y por supuesto, de los 60.
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| Ukar
-- Sábado, 11 de Diciembre de 2004 a las 01:33.
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Como dicen en un documental que vi hace poco sobre la vida y milagros de este inconmensurable director, Kubrick se dio cuenta de que la única forma de hacer "¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú" era tomándose la historia con sentido del humor.
Peter Sellers es como un gran futbolista: Sólo por él merece la pena pagar la entrada. Sus tres papeles son estupendos, pero yo me quedo sin duda con el del siniestro e inolvidable Dr. Strangelove: Esa sonrisa perpetua, esa voz, esos tics nazis...
George C. Scott tampoco se queda atrás. Me parto de risa con sus muecas y sus piques con el embajador ruso, por no mencionar ese final en el que especula acerca del control de las minas para asegurar la supremacía mundial del país.
Momentos para la posteridad: Casi todos. Las escenas protagonizadas por los pilotos del bombardero, con esa música de la guerra civil estadounidense sonando de fondo... son de leyenda, de las que quedan en el recuerdo.
Un peliculón del señor Kubrick y también un pedacito de historia del cine.
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