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Hitomi sentía su corazón romperse en mil pedazos.
La guerra había acabado, saldandose muchas muertes, pero por fín Fanelia podía volver a ser feliz.
Se alegraba por ello, y sabía que su labor había acabado en el mismo momento en el que el nuevo sol amanecía.
Pero nopodía entender porqué tenía que regresar a su mundo, sin siquiera una promesa de volver a verle.
Por fín sabían cuales eran sus sentimientos ; se habían amado desde el principio, pero no lo habían querido admitir hasta el final, y no podían hacer nada más que volver a reprimirlos.
Con el corazón en unpuño, le devolvió la a Van el amuleto que llevaba siempre consigo y que la había conducido hasta ese mundo.
No se dijeron demasiado, y se comportaban más como amigos que como lo que sentían...
Hitomi respiró hondo, sintiendo que su cuerpo empezaba a elevarse escasos milímetros del suelo, preparandose para ser transportada ; Van la miraba apretando los puños y los dientes, sonriendo forzadamente.
De repente, Hitomi gritó, alargandole la mano a Van, que la cogió instintivamente, y, a pesar de que ya nop odían detener el proceso de transportación, se abrazaron con delirio.
¡¡Te AMO¡¡VAN-gritó ella, besandole tiernamente, antes de ser arrancada de sus brazos por aquella fuerza que la arrastraba a su viejo mundo.
Las lágrimas brotaban y volaban, transformadas en pequeñas burbujas, que Van recogió con las palmas de sus manos, tragando saliva a duras penas.
Y allí se quedó, de pie, susurrando al vacío donde ella había estado segundos antes.
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