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El cineasta surcoreano se va de esta SEMINCI con la Espiga de oro por su magnífico trabajo ’Hierro 3’, y además obtiene el premio de la juventud y el segundo puesto entre las votaciones del público. El ajustado palmarés del jurado de esta 49 edición tan sólo se ve empañado por la omisión de una de las mejores películas exhibidas, la japonesa ’Nadie lo sabe’.
El acierto y la ecuanimidad del jurado no sólo se limita a la Espiga de oro, sino que acierta plenamente en el reconocimiento a ’Buena vida-Delivery’ como mejor ópera prima. En ella, el argentino Leonardo Di Cesare, ofrece una absoluta tragicomedia que retrata la miseria no sólo económica sino también moral instalada en su país desde la crisis, representada por un mensajero que ve como de la noche a la mañana se le instalan en su casa una familia con el objetivo de montar un negocio a su costa. La película hace reír al público gracias a su ironía, pero este trabajo es de aquellos que congelan la sonrisa en seguida, al comprobarse que de lo que está hablando el autor no tiene la más mínima gracia.
También son justos los premios de interpretación, (aunque habría muchas otras combinaciones igual de satisfactorias), que recaen en Ricardo Darín, por su trabajo en ’Luna de Avellaneda’, y Pilar Bardem, por su recreación de María Zambrano en ’María querida’. Ambos están muy bien en sus papeles pero esta decisión impide ver premiado al protagonista de la interesante ’Todo un invierno sin fuego’, o las creaciones de las protagonistas femeninas de ’Sur’ y de ’En tus manos’, película esta última que consigue el Premio especial del jurado.
La película italiana ’Domicilio privado’ obtiene la Espiga de plata, aunque quizá, aún siendo un buen trabajo, este premio se deba más al oportunismo político, al narrar dramáticamente la angustia de una familia palestina que ve invadido su hogar por el ejército israelí, con el objeto de convertirla en cuartel provisional.
Finalmente, el premio a la mejor fotografía lo obtiene merecidamente ’2046’, puesto que todo en ella es preocupación por el tratamiento de la luz y la imagen, el cual en muchos momentos es subyugante, aunque sea eso sólo lo que la película ofrece, pese a la adoración de cierto sector de la crítica, que hubiera querido verla en lo más alto del palmarés.
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