Relatos Dreamers

     La noche comenzó con una reunión urgente. Catwoman y Oráculo estaban invitadas, de hecho se reclamaba su presencia en la cueva.
     Todos llegaron a la hora señalada. No había rastro de Batman, pero Robin estaba sentado al teclado del ordenador, bostezando y frotándose los ojos.
-Ante todo os debo una disculpa- murmuró la voz grave de Batman retumbando en las paredes de húmeda roca. Todos pudieron ver cómo lo que parecía ser una estalagmita se giraba y mostraba sus fríos y blancos ojos.
-¿A los demás también?- preguntó Oráculo, aún nerviosa.
-A todos, pero especialmente a ti, Barbara- dijo Batman, avanzando hacia ellos y quitándose la máscara-. Conocéis mis métodos. Necesitaba tenderle una trampa al ladrón, y para estar seguro de que mordería el anzuelo vosotros no podíais saber nada, o él se daría cuenta.
-Podías haberme dicho que te dejase el cd en cualquier sitio menos en la torre del reloj- protestó Oráculo.
-Podría, pero habrías sospechado. De cualquier manera, y como ya te he dicho, ese hombre no volverá a entrar en tu casa.
-¿Y cómo lo sabes?
-Porque esta misma noche voy a hablar con él, y a convencerle de que no le queremos en Gotham.
-¿Pero sabes ya quién es?- preguntó Nightwing.
     Bruce Wayne sonrió. En sus ojos centelleaba la emoción de la caza.
-Robin ha hecho un trabajo excelente durante todo el día- dijo, palmeándole el hombro con orgullo-. Hemos definido un perfil partiendo de lo que sabíamos de él, y Robin ha estado cribando una base de datos hasta encontrar al único que encaja en la descripción.
-Pero no tenemos ninguna descripción- apuntó Catwoman.
-La teníamos desde el principio- respondió Batman-. Pero no supimos verla. Alfred descubrió unos cuantos detalles interesantes de nuestro ladrón. Sabemos que es inglés y que se ha entrenado con un preparador del Servicio Secreto Británico.
-¿Y por qué no nos lo dijiste antes?
     Batman caminó hacia Oráculo.
-Si cualquiera de vosotros lo hubiese sabido- explicó-, habría constado en el informe de Oráculo. Y necesitábamos que el ladrón robase ese informe, para hacerle seguir una pista falsa.
-¿Qué pista falsa?- preguntó Catwoman.
-El ladrón no ha robado las joyas para venderlas, pero nos interesaba que pensase que nosotros lo creíamos, porque así no sabríamos sus verdaderos motivos. Ahora sabemos qué fue lo que realmente ocurrió con los coches, lo que encaja en mi teoría. Pero el ladrón no sabe hasta dónde sabemos realmente, y por lo que a él respecta no tenemos ni la más mínima idea de quién puede ser, salvo que es un buen escalador. Por eso le hemos hecho creer que esta misma noche interrogaré a Lee Cliff, el mejor escalador reconocido del mundo.
-¿Pero por qué?
-Si tenemos razón- bostezó Robin-, Lee Cliff es íntimo amigo de nuestro ladrón. Si le hacemos pensar que su amigo corre peligro, vendrá directamente hacia nosotros. Buenas noches- y se desplomó sobre el ordenador, que comenzó a protestar diciendo “entrada inválida”.
-Sé que pensáis que os he utilizado- dijo Batman-. En especial tú, Barbara. Y me temo que tenéis razón. Pero tengo todos los motivos para pensar que esta misma noche cogeremos a nuestro ladrón y, en el peor de los casos, no volverá por Gotham.
-Tú no lo entiendes- dijo Barbara-. Ahora el ladrón sabe que soy un eslabón de tu cadena.
-No- respondió Batman secamente-. El ladrón sabe que has sido un eslabón de mi cadena por tu propia voluntad, y que hoy mismo te ordenaré que dejes de colaborar con nosotros por tu seguridad.
     Barbara se encogió de hombros, comprendiendo que no obtendría nada más de él.
-¿Esto es lo que se siente cuando te despiden?- preguntó a Nightwing.
-No lo sé, a mí no me renovaron el contrato.
-Bueno, ¿y lo que hemos estado investigando hoy?- apuntó Catwoman-. Batgirl parece haber descubierto cosas interesantes, todo estaba en el informe que Oráculo te ha preparado.
-Yo también me he encargado de registrar todas las transmisiones- respondió Robin, levantando de repente la cabeza y recolocándose el antifaz en su sitio-. Batman tiene el informe completo.
-Y en ese informe estaba la última pista que necesitábamos- aclaró Batman, mientras Robin se levantaba sobre unas piernas que tenían la consistencia de una bayeta para el polvo y se tambaleaba escaleras arriba hacia alguno de los dormitorios-. Ahora no sólo sabemos quién es nuestro hombre, sino para quién trabaja.
-¿Para quién?- preguntó Nightwing.
     Batman sonrió de nuevo. A nadie le gustaba ver a Batman sonreír con tanta frecuencia. Solía ser mala señal.

(Todos los personajes -salvo el ladrón, que realmente no sale- son de DC Comics. Todo el dinero es de DC Comics. Toda la vida me la pasaré mendigando frente a la puerta de DC Comics)