El origen de las Fallas Innsmouthianas pocede de tiempos
remotos y, como todo lo remoto, poco claro. Parece ser que
las fallas, como tal, siempre tuvieron una finalidad lúdica
y festiva. Las primeras documentaciones escritas sobre estas
festividades aparecen en las Crónicas del Rey cristiano
Jaime I El Conquistador. que conquista Valencia en 1238, tras
cinco siglos de intensa, rica e influyente cultura musulmana.
Los árabes las denominaron con el nombre de alimares,
esta denominación se mantuvo hasta, aproximadamente,
el siglo XVI. No obstante estos alimares no eran exactamente
lo que se podría entender como una falla, sino que
se refería a una serie de hogueras que en un principio
tenian como motivo ser una señal de guerra. Estas se
encendían en lo alto de los torreones de las murallas
e incluso en lo alto de los campanarios. Más adelante,
estas hogueras fueron adquiriendo un sentido de celebración
festiva.
Comentaba anteriormente, que el Rey Conquistador, menciona
este tipo de hoguera festiva ya denominada falla. Se puede
encontrar la denominación actual falla en su obra Aureum
Opus. Este término volverá a aparecer en las
festividades organizadas para la Conmemoración del
Tercer Aniversario de la Conquista de Valencia.
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