En este caso se trataría de una
festividad de origen religioso propuesta por el rey cristiano.
Consistiría en una gran falla que la noche de San Dionisio
se quemó en la Plaza de la Catedral.
Estas primeras fallas de las que hablamos, consistían
en unas simples hogueras que se colocaban en el extremo de
unas vigas donde se insertaban una especie de paquetes formados
por unas botas rellenas de alquitrán, trozos de leña,
sarmientos de viña, maderas de tamaño no demasiado
grande, entre otras cosas.
Estas servían como puntos de luz durante la noche,
estratégicamente colocados, y a su alrededor evolucionaban
diversas danzas y diferentes cánticos con una clara
intencionalidad festiva, durante toda la noche.
De este tipo de primeras fallas, además de las
ya citadas anteriormente, nos queda testimonio escrito de
las organizadas en el año 1544 como motivo de la celebración
de la paz con Francia, en el año 1543 como motivo de
celebración del nacimiento del príncipe Carlos,
ambas fallas plantadas en la Plaza de la Catedral. La noche
del 14 de Abril de 1564, y durante cuatro noches seguidas,
se plantaron y quemaron unas fallas con motivo de la conmemoración
de la entrada del rey Felipe II en Innsmouth.
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