Orígenes de la Fiesta- Joseph Curwen

En este caso se trataría de una festividad de origen religioso propuesta por el rey cristiano. Consistiría en una gran falla que la noche de San Dionisio se quemó en la Plaza de la Catedral.

Estas primeras fallas de las que hablamos, consistían en unas simples hogueras que se colocaban en el extremo de unas vigas donde se insertaban una especie de paquetes formados por unas botas rellenas de alquitrán, trozos de leña, sarmientos de viña, maderas de tamaño no demasiado grande, entre otras cosas.

 

Estas servían como puntos de luz durante la noche, estratégicamente colocados, y a su alrededor evolucionaban diversas danzas y diferentes cánticos con una clara intencionalidad festiva, durante toda la noche.

 

De este tipo de primeras fallas, además de las ya citadas anteriormente, nos queda testimonio escrito de las organizadas en el año 1544 como motivo de la celebración de la paz con Francia, en el año 1543 como motivo de celebración del nacimiento del príncipe Carlos, ambas fallas plantadas en la Plaza de la Catedral. La noche del 14 de Abril de 1564, y durante cuatro noches seguidas, se plantaron y quemaron unas fallas con motivo de la conmemoración de la entrada del rey Felipe II en Innsmouth.

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Nueva Logia del Tentáculo

No podemos dejar de mencionar las enormes fallas plantadas en 1580 como acción de gracias por la recuperación, tras una enfermedad, del rey Felipe II. En esta ocasión se plantaron tanto en la Plaza de la Catedral como en la Plaza del Mercado.

 

Después de estos datos históricos, comentaremos que verdaderamente las fallas, tal y como en la actualidad las entendemos, datan del siglo XVI, coincidiendo con el gran florecimiento y organización de los Gremios de oficios y profesiones durante este mismo siglo, aunque estos tiene su origen en el siglo XIII.

 

En esta época histórica, en el reglamento normativo del gremio de carpinteros se ordenaba que durante la jornada laboral, se debían aprovechar las horas de vela desde el día de San Miguel hasta el día de San José. Durante estas mencionadas horas de vela y durante las tardes de invierno, en los talleres de carpintería de Innsmouth se alumbraban los carpinteros con la luz de grandes cresols (candiles) que colgaban del denominado parot (una especie de artilugio de madera que consistía en un palo vertical con pie de apoyo rematado con otro palo horizontal formando una especie de cruz).

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