Tributo a H.P. Lovecraft en el CXV Aniversario de su Nacimiento

20 de Agosto (1890) - 15 de Marzo (1937)

Departamento Bibliográfico de Estudios Lovecraftianos
de la Universidad Miskatónica

Dirigido por Dogon

Reseñas Bibliográficas Miskatónicas

Relato Inspirado: Desarrollar un relato original a partir de el Poema XIX "Las Campanas" del libro Hongos de Yuggoth y "Las Campanas" del mismo libro en Otros poemas fantásticos.

Ensayo: "Polaris": Estudio literario, psicológico, histórico, etc. del Relato de H.P. Lovecraft "Polaris" (Biblioteca H.P. Lovecraft)

Estudio comparativo de Autores a través deTextos Propuestos.

A. Anteriores a Lovecraft

1. Edgar Allan Poe >> H.P. Lovecraft


2. William Hope Hodgson >> H.P. Lovecraft

B. Contemporáneos de Lovecraft

1. H.P. Lovecraft - Seabury Quinn


2. H.P. Lovecraft - Robert Bloch

C. Literatura Hispánica

1. H.P. Lovecraft >> Jorge Luis Borges
2. H.P. Lovecraft >> Rubén Darío

 

TEXTOS

XIX Las Campanas

(De Hongos de Yuggoth, traducido por Juan Antonio Santos)

Año tras año oí aquel tañido débil y lejano
De graves campanas traído por el viento negro de medianoche
Extraños repiques, que no venían de ningún campanario
Que pudiese descubrir, sino como de más allá de un gran vacío.
Busqué una pista en mis sueños y recuerdos,
Y pensé en todos los carillones que albergaban mis visiones;
Los de la apacible Innsmouth, donde las blancas gaviotas planeaban
En torno a una aguja que conocí antaño.

Siempre perplejo seguí oyendo caer aquellas notas lejanas
Hasta una noche de marzo en que la lluvia fría y desapacible
Me hizo franquear de nuevo las puertas del recuerdo
Hacia las viejas torres donde tañían badajos enloquecidos.
Tañían... pero desde las corrientes sin sol que fluyen
Por los valles profundos hasta verter el lecho muerto del mar.


Las Campanas

(De Poemas Fantásticos, traducción de Sonia Tribaldos)

Escucho las campanas de aquella torre majestuosa;
Las campanas del esplendor de Yule en una noche turbulenta;
Repicando con sorna en una hora lúgubre
Sobre un mundo sacudido por la codicia y el espanto.

Sus melodiosos tonos resuenan en miríadas de tejados;
Un millón de almas insomnes asiste al juego de los carillones;
Sin embargo su mensaje cae sobre un suelo pedregoso...
Su espíritu es cercenado por la espada del Tiempo.

¿Por qué suenan, remedando los años felices
Cuando la paz y el sosiego reinaban en la plácida llanura?
¿Por qué sus acordes familiares provocan las lágrimas
De aquellos que tal vez no vuelvan a conocer la dicha?

Hace años os conocía bien... hace muchos años...
Cuando el antiguo pueblo dormía en la ladera;
Entonces vuestras notas resonaban sobre la nieve iluminada por las estrellas
En medio de la alegría, la paz y la esperanza eterna.

Mi imaginación evoca el modesto chapitel;
El tejado puntiagudo, negra sombra contra la luna;
Los góticos ventanales, ardiendo con un fuego
Que presta la magia a los cínicos tonos.

Venerable cada seto cubierto de nieve bajo los rayos
Que añadían plata a la plata del valle;
Encantadora cada choza, cada vereda, cada arroyo,
Y alegre el espíritu del aire perfumado por los pinos.

Los pastores profesaban un simple credo;
Vivían en inocente beatitud entre las montañas;
Sus corazones joviales, sus almas honestas en paz,
Animados por las sencillas alegrías de los mortales.

Pero una horrible plaga aparece en escena;
Un fantástico nimbo se cierne sobre la tierra;
Formas demoniacas flotan por encima de los bosques,
Y ante cada puerta se alzan sombras malignas.

El Tiempo, siniestro bufón, avanza por la pradera;
Bajo su paso la alegría se extingue.
Corazones joviales se desangran con angustia inexpicable,
Y almas atormentadas proclaman su influencia funesta.

Conflicto y cambio acosan al mundo vacilante;
Pensamientos salvajes y quimeras ciegan la razón;
La confusión se apodera de una raza senil
Y el crimen y la locura merodean impunemente.

Escucho las campanas... las campanas burlonas y malditas
Que despiertan recuerdos que obsesionan y paralizan;
Suenan y resuenan sobre un millar de infiernos...
Demonios de la noche... ¿por qué no permanecéis tranquilos?


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